He probado la pizza vegana de Mercadona y aunque el falso pollo está bastante logrado, lo de meter la rúcula al horno no es una buena idea

• Mercadona comenzó a comercializar, el pasado mes de agosto, una pizza vegana, sin productos de origen animal
• Entre sus ingredientes se encuentra tomate seco, rúcula y unas tiras de falso pollo.
• Hemos probado la pizza vegana de Mercadona y esto es lo que opino. 

Mercadona diversifica su oferta de productos para atraer nuevos clientes. La cadena de supermercados de Juan Roig lanzó el pasado agosto la pizza vegana, algo revolucionario ya que este tipo de alimentos no suelen formar parte de la dieta de los veganos —ya que contienen productos de origen animal, como queso.

La organización ha optado por este producto que, entre sus ingredientes, cuenta las tiras de pollo falso, elaboradas a base de proteína de soja. De hecho, este ingrediente es la base de la principal de su diferencia frente a sus competidores.

En Business Insider nos ha picado la curiosidad y hemos querido probar la nueva pizza vegana de Mercadona. Queremos saber a qué saben esas tiras de pollo falso hechas con soja, pero también probar el sabor y textura de una pizza sin queso o cómo de rica está esa masa de harina.

La pizza de Mercadona se comercializa en un formato de 400 gr. Debe mantenerse en el congelador hasta el momento previo de cocinarla.

El producto viene envuelto en una bolsa de plástico, algo que deberás quitar si no quieres que tu pizza vegana se convierta en una pizza de plástico.

Al igual que en el resto de las pizzas precocinadas, los ingredientes vienen ya colocados y, en este caso, están congelados. Hay tomate, falso pollo, salsa de tomate y rúcula, a la que no le auguramos un buen destino en el horno.

Las tiras de falso pollo vienen condimentadas con algunas especias. De hecho, la pizza desprende un olor parecido al pesto

E incluye bastantes trozos de tomate que parece natural, aunque un poco deshidratado.

La base de la pizza es de tomate, sin nada de queso.

Y se mete al horno, a 220 grados, como indica el paquete de la pizza.

Poco a poco va cogiendo color, pero hay que tener mucho cuidado para que no se queme, porque se cocina antes que otras pizzas.

Et...voilà. La pizza está hecha en 10 minutos.

Parece que las tiras de falso pollo han cogido un color dorado y su aspecto, ahora sí, se parece más al del pollo de verdad.

Aunque el tomate se ha chamuscado un poco

Y como esperaba...la rúcula ha quedado toda apelmazada por el calor.

De hecho su aspecto no es que mejore...

Pero vamos a probar a ver cómo sabe

El falso pollo tiene una textura realmente parecida al pollo, aunque más chicloso y se desmenuza con más facilidad en la boca. Su sabor, eso sí, no es que recuerde mucho al de algún ave. Más bien, no sabe a nada

La pizza está rica pero un poco salada. Desprende un olor parecido al del pesto y, de hecho, sabe a una mezcla entre tomate y pesto.

La textura de la masa es intermedia, ni demasiado fina, ni demasiado gruesa. Diría que muy parecida a la del pan del bocadillo.

De alguna forma, el sabor de esta pizza me recuerda al de la salsa de tomate de la boloñesa, aunque sin nada de carne, claro.

Y, aunque a mí se me haya quemado un poco un borde de la pizza, lo que es evidente es que la rúcula tiene peor aspecto a cada momento que pasa.

Deberían haberla metido separada en el paquete, para que no fuera al horno

Me ha costado, pero al final la he terminado. Es una pizza pequeña para compartir entre dos, pero grande para una sola persona. Así que si no tienes con quién tomarla, espero que tengas mucha hambre

Es una buena opción si no tienes nada en la nevera y estás hambriento —pero, con otras opciones sobre la mesa, seguramente no sería mi primera elección por su sabor y por ser demasiado calórica.

Y es que, a pesar de llevar solo tres ingredientes (falso pollo de soja, rúcula, una base de tomate y tomate seco), resulta demasiado pesada al estómago.