Obras de arte virtual: 7 ejemplos del ARCO más tecnológico

Blanca Ballester
Un visitante de ARCO 2018 toma una foto a la obra 'Hell's gate' de Arturo Garrido.
Un visitante de ARCO 2018 toma una foto a la obra 'Hell's gate' de Arturo Garrido.

En la actualidad vivimos obsesionados con el futuro. Pero lo cierto es que nuestro presente es el futuro, un mundo en el que el cambio es la norma. La sociedad evoluciona a un ritmo tan vertiginoso que adaptarse a ella en tiempo real es el nuevo gran reto.

Como novedad, en esta última edición de la feria internacional de arte en Madrid, ARCO ha optado por dejar de lado la tradición y, en vez contar con un país invitado como protagonista, ha dedicado la muestra a un concepto: el futuro que viene.

La tecnología ya se ha rebelado, domina nuestras vidas y ha transformado la manera en que vivimos. Por ello, el arte es el territorio perfecto para imaginar los mundos posibles, construir, destruir y deconstruir, expresar y dialogar, sentir. 

Desde Business Insider España hemos recorrido los pabellones 7 y 9 de Ifema, navegando a través de las 208 galerías de los 29 países participantes, en busca de arte virtual, de 7 ejemplos del ARCO más tecnológico.

Blossom de Tabor Robak

Los colores chillones de esta obra en movimiento te seducen nada más entrar a la feria, ya que se encuentra en la entrada al pabellón 7 de Ifema. El espectador se funde con esta animación generativa a través de compuestos 3D renderizados.

Desde Nueva York, la Team Gallery presenta la obra del americano Tabor Robak. Este tríptico diseñado por ordenador muestra 33 escenas de un minuto, a través de las cuales observamos 30 floraciones de unas formas geométricas abstractas, que pueden recordar la simbiosis entre una flor y un alien.

Las escenas van acompañadas por unas leyendas, que van construyendo un tipo de narrativa característica de los videojuegos. Sin embargo, la historia está construida de forma aleatoria, a través de resúmenes de libros y películas.

En último término, la obra de Robak nos habla sobre la generación y re-generación, la reestructuración y la metamorfosis, propia de la vida y del arte. 

Departures of all de Martin John Callanan

Una pantalla nos muestra una serie de vuelos a diversos destinos, una imagen habitual que encontramos en las pantallas de los aeropuertos. La lista se va actualizando sin cesar con nuevos destinos cada cinco segundos.

El artista británico Martin John Callanan, cuya obra se decanta por la recolección de datos generados por el ser humano en su interacción con el mundo, se encargó de recopilar información sobre todos los vuelos del mundo llevados a cabo durante el 2012 por medio de una aplicación. Con ello, nos invita a reflexionar sobre el impacto de nuestros desplazamientos aéreos incesantes sobre el medio ambiente. 

Tsunami Rojo de Isaac Montoya

Una gran ola gigante de color rojo amenaza de forma apocalíptica con destruir nuestro mundo. Isaac Montoya nos presenta una distopía bajo una mirada muy personal, a través de una obra de videoarte que imita el formato de un trailer cinematográfico en el que un tsunami engulle edificios y calles que se corresponden con Alicante, Burgos y Madrid, tres ciudades de gran importancia en la vida profesional del artista.

Dicha ola hace referencia, por un lado, a la catástrofe que tuvo lugar en Japón durante el año 2011 –en el que estaba realizando un proyecto fotográfico con el mismo título y contenido que esta obra– y, por el otro, a la crisis de valores de nuestra sociedad.

Hay que tener en cuenta que la elección del color no es aleatoria –todo en el arte contemporáneo suele ser producto de una reflexión a conciencia por parte del artífice–, una tonalidad asociada al cambio, a las revoluciones, al dramatismo, al poder y a la acción.

Hell's gate de Arturo Garrido

Este joven artista formado en la ETSI nos abre las puertas del infierno por medio de su instalación. En ella muestra unas imágenes digitales en las que se repite siempre el mismo rostro, formando un panel de grandes dimensiones que es reflejado y deformado por un espejo situado en paralelo al suelo, a 90 grados de este mural en movimiento.

La obra contó previamente con una fase analógica, en la que Arturo Garrido utilizó a su padre como modelo para la construcción en escayola de la puerta.

Esta pieza se hace eco de la famosa obra con título homónimo del artista francés del XIX, Auguste Rodin y toma prestada una leyenda madrileña. Se dice que famosa escultura del Angel Caído situada en el Parque del Retiro a 666 metros sobre el nivel del mar es un monumento al diablo y, bajo ella se encontrarían las puertas del infierno.

Universal Declaration of Human Rights de Daniel Canogar

Daniel Canogar nos advierte de que la Declaración Universal de los Derechos Humanos está en peligro.

Una pantalla conectada vía Internet a un software rastrea en tiempo real el viento que pasa por París, la ciudad en la que se firmó el texto y son esas mismas corrientes las que desdibujan el texto sagrado. Ese viento es una metáfora de la crisis de valores, los peligros del auge de nuevos fascismos y belicismos, producto de una globalización que se nos va de las manos.

En último término, nos habla de la vertiginosidad del tiempo histórico contemporáneo que corre por encima de nuestras posibilidades de domarlo, en el que toda ley y norma de convivencia queda rápidamente obsoleta.

Imitación a la vida de Juan Carlos Bracho

Aristóteles señaló el concepto de mímesis en su Poética. Según el pensador, el fin esencial del arte es la imitación de la naturaleza.

Juan Carlos Bracho le toma la palabra a través de su creación de videoarte en la que nos muestra un paisaje real de un jardín, que acompaña con un sonido de naturaleza. Nos invita a reflexionar sobre nuestra relación de tipo referencial con el mundo que nos rodea, por medio de las pantallas, una relación artificial con el paisaje, la naturaleza. Puede que estemos virtualizando en exceso nuestra experiencia de vida...

Todos los santos de Eder Santos
 

La realidad virtual penetra en el territorio de lo sagrado a través de esta serie de figuritas religiosas desmaterializadas. El mundo digital comparte con la religión su carácter etéreo e inmaterial, y su poder de convocatoria. De hecho pueden llegar a retroalimentarse.

A poco que naveguemos por la red, encontraremos numerosos casos en los que una religión se sirve de la tecnología actual como herramienta para aumentar su área de maniobra cuyo alcance permite llegar a un número mucho mayor de la población.

Por el otro lado, lo digital ha adquirido una importancia en nuestras sociedades que se pueden comparar con la influencia de la religión durante la Edad Media. La tecnología es nuestra nueva forma de fe.

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