Windows 7 está oficialmente jubilado y muchas empresas todavía no tienen reemplazo

Ofrecido por ESET
Windows 7 está oficialmente jubilado y muchas empresas todavía no tienen reemplazo
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  • La pérdida del soporte técnico implica no volver a recibir actualizaciones de seguridad que solucionen vulnerabilidades.
  • A pesar de ser un sistema con más de una década, Windows 7 todavía ocupa una posición muy destacada ya que se encuentra en el 26,79% de los equipos Windows.
  • Es posible mantener un buen nivel de seguridad tras el abandono de Windows 7 utilizando los sistemas de protección heurística y Zero Days de las soluciones de seguridad. 

Windows 7 ha sido, junto a Windows XP, uno de los sistemas operativos más longevos de Microsoft por su excepcional robustez y fiabilidad. Sin embargo, todo llega a su fin, y Microsoft ha dejado de ofrecer soporte técnico para Windows 7.

El sistema operativo de Microsoft se ha mantenido como una referencia en el ámbito empresarial, superando en porcentaje de integración a los nuevos sistemas operativos como Windows 8 o Windows 8.1 que Microsoft lanzó al mercado posteriormente, pero que no llegaron a cuajar en las empresas.

Hace cinco años Microsoft anunciaba el fin del soporte técnico y de seguridad para Windows 7, dando a las empresas un margen de tiempo prudencial para la migración de sus sistemas a una nueva versión de Windows más actualizada.

Windows 7

El fin de soporte técnico deja a los equipos expuestos

Dejar de ofrecer soporte técnico no implica que el sistema operativo deje de funcionar de la noche a la mañana. De hecho, Windows 7 funcionará exactamente igual a nivel operativo, pero queda expuesto a nuevas vulnerabilidades de seguridad que puedan descubrirse en adelante ya que Microsoft no liberará actualizaciones que las corrijan.

A pesar del tiempo transcurrido, algunas empresas todavía no han llevado a cabo esa migración en el sistema operativo de sus equipos, lo cual los deja en una situación de vulnerabilidad a nivel de seguridad que podría dejarlos a merced de los ciberdelincuentes.

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Las empresas que no hayan actualizado sus equipos se encuentran con un serio problema de seguridad, dejándolas a merced de ataques y nuevas amenazas que no serán corregidas salvo amenazas excepcionales, tal y como sucedió hace algunos meses con una vulnerabilidad grave descubierta en el protocolo RDP en sistemas Windows XP, para la que Microsoft liberó una actualización específica.

Última oportunidad para actualizar Windows

¿Realmente merece la pena correr el riesgo de usar un sistema operativo obsoleto teniendo en cuenta los riesgos? Mientras que para los usuarios privados la operación de cambio de sistema puede solventarse en apenas una hora. En cambio, hacerlo en centenares o decenas de endpoints puede convertirse en una tarea titánica, sobre todo si la empresa no cuenta con herramientas EDR y de control y gestión remota para estos equipos.

Tras fiascos como los de Windows Vista y Windows 8, Windows 7 se consolidaba como referente de sistemas operativos Windows en el que se mantenía la robustez y buen funcionamiento heredado de Windows XP.

Leer más: Gestión centralizada y monitorización de la seguridad: ventajas de usar herramientas EDR

En un ámbito tan poco amigo de aventuras como es el empresarial, Windows 7 pronto se convirtió en el único producto estable y fiable en entornos de productividad. 10 años más tarde todavía representa el 26,79% de los sistemas Windows instalados en el mundo.

La lentitud en el cambio de versión del sistema operativo se debe al elevado coste, tanto en licencias como en horas de trabajo del departamento de TI necesarias para llevar a cabo el proceso de migración del sistema de centenares e incluso miles de endpoints en una empresa, y eso sin contar que algunas aplicaciones podrían dejar de funcionar correctamente.

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A pesar de los reiterativos avisos y de ofrecer la posibilidad de actualización gratuita, muchos usuarios y empresas han decidido mantener este sistema operativo en sus ordenadores incluso con el riesgo que supone no corregir vulnerabilidades que podría desembocar en ataques informáticos.

Como ya sucedió con Windows XP, Microsoft ofrece a algunas empresas el programa extendido de actualizaciones de seguridad hasta 2023, presentándose como un servicio de pago con el cual las empresas recibirían actualizaciones de seguridad durante 3 años más, tiempo tras el cual deberían haber migrado todas sus infraestructuras a un sistema operativo más actualizado.

Actualizaciones de seguridad de terceros, una alternativa a las actualizaciones oficiales

Como ya hemos comentado, la falta de soporte técnico afecta principalmente a la seguridad de los equipos empresariales, por lo que muchos usuarios tratan de compensar esa vulnerabilidad que supone no contar con actualizaciones oficiales, con una mejora en los sistemas antivirus de los equipos.

El planteamiento tiene todo el sentido ya que, soluciones de seguridad antivirus como las que ha desarrollado ESET, el mayor fabricante de software de seguridad europeo, se posicionan como una capa de seguridad ampliada que permite neutralizar amenazas de tipo Zero Day para las que todavía no existen parches oficiales utilizando sistemas heurísticos con inteligencia artificial y de monitorización de comportamiento de amenazas.

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Las soluciones de seguridad de ESET para usuarios domésticos y corporativos permiten adelantarse a ataques desconocidos neutralizando las amenazas incluso antes de que se ejecuten, protegiendo de ese modo a equipos potencialmente vulnerables como sucedería en aquellos ordenadores que todavía utilizan Windows 7.

Esta podría ser una opción para arañar algo de tiempo a la actualización de los sistemas, pero ponerla en marcha implica una serie de condiciones para conseguir un mínimo de fiabilidad en la detección y neutralización de amenazas informáticas.

Lo primero que debe tenerse en consideración es que se trata de una solución en la que resulta imprescindible mantener perfectamente actualizada la solución de seguridad ya que de ello depende la eficiencia en la detección de amenazas.

Windows 10

Por otro lado, es necesario ser conscientes de que este sistema basado en soluciones de seguridad debe tener un carácter temporal y la actualización no debería retrasarse más de lo estrictamente necesario.

Por muy potente que sea la solución de seguridad instalada en el equipo, tendrá ciertas limitaciones en su implementación y nunca será capaz de profundizar tanto como las actualizaciones de Windows. El uso de estas soluciones alternativas podría contribuir a crear una falsa sensación de seguridad que daría ventajas a los ciberdelincuentes, por lo que finalmente sería contraproducente para la protección de estos equipos.

Por lo tanto, el fin de soporte técnico de Windows 7 condiciona de forma definitiva la estrategia de seguridad a seguir en estos equipos, iniciando un proceso de migración controlada a nuevos sistemas operativos Windows 10 para las empresas y particulares.

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