7 islas paradisiacas donde no ha llegado la pandemia de coronavirus

Juan Pedro Chuet-Missé,
Playa de Sanur, Indonesia.
Playa de Sanur, Indonesia.Getty Images
  • Varios estados de la Polinesia y el Pacífico Sur no tienen casos de coronavirus registrados.
  • Y siguen su vida en un paisaje de playas, aguas transparentes y atolones.
  • Aunque sus costas están libres de la influencia del COVID-19, muchos de ellos sí han notado el impacto del virus en la bajada de turistas.
Cintillo especial Coronavirus

La insularidad es la barrera más eficaz de una docena de estados y territorios que están, por ahora, a salvo de la pandemia del coronavirus. En muchos de ellos la vida transcurre con relativa normalidad, ya que nadie puede entrar. Aunque tampoco salir.

A pesar de ser poco original, son sitios que no tienen otro calificativo de ‘paraíso’ cuando se los contempla. Rodeados por la inmensidad del Océano Pacífico, estos países y territorios de ultramar mantienen intacta su estética de playas de arenas finas, aguas turquesas o verdes, arrecifes llenos de vida acuática, manglares y palmeras.

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Nauru

Playa de Nauru
Wikimedia Commons/CC

Es una isla con forma de guisante aislada en medio del Pacífico central, a 4.000 km de Australia. Tras el Vaticano y Mónaco, es el estado más pequeño del mundo, con solo 21,3 km2.

Apenas supera los 12.000 habitantes, y su aislamiento y escasez de infraestructuras -además de la dificultad para llegar a sus costas- desiste cualquier intento de viajar como turista.

Por las dudas, el gobierno prohíbe la entrada a cualquier persona que llegue desde China, Europa, EEUU o Asia (excepto Taiwán). Y de cualquier otro destino, tendrá que pasar por una cuarentena de 14 días.

Samoa

Playa de Samoa
pxfuel

Los 200.000 habitantes de Samoa, una de las cuatro naciones que conforman la Polinesia, están a salvo del coronavirus; pero en el país espera que los efectos a nivel mundial remitan pronto para recuperar el flujo turístico, ya que el 67% de los residentes vive de esta industria.

Las dos islas principales y las pequeñas formaciones insulares que las rodean han duplicado la llegada de turistas en las últimas dos décadas, que suelen vivir la experiencia de dormir en un fale (cabañas con techo de paja), observar aves silvestres en la península de Tafua, realizar snorkel en la reserva marina de Palolo o descansar en las aguas turquesas de Lalomanu.

Kiribati

Kiribati
Wikimedia Commons/CC

Llegar a Kiribati no es nada fácil: si es por avión, solo se puede acceder con dos vuelos semanales desde Fiji, o uno semanal desde Brisbane, Australia.

Por ello es uno de los países menos visitados del mundo, con una media de 6.000 personas al año. Este aislamiento le sirve para tener al virus bien alejado, pero si a algún aventurero se le ocurriera aterrizar tendrá que confirmar que no estuvo en ningún país con contagios en los últimos 14 días, lo cual es casi imposible.

Este pequeño estado consta de 33 atolones de coral diseminados en tres millones de kilómetros cuadrados, un imán para los amantes del snorkel y el buceo.

Palao

Archipiélagos de Palaos
Wikimedia Commons/CC

Un incidente diplomático puso a salvo a Palaos en las primeras etapas del Covid-19. El gobierno chino cortó relaciones en 2018 por su apoyo diplomático a Taiwán.

Por las dudas, el gobierno devolvió la gentileza con la prohibición de recibir a viajeros de China, así como Macao y Hong Kong. Palaos, ubicado en el Mar de Filipinas, está conformado por 340 islas de origen volcánico y calizo, de las que solo nueve están pobladas.

El 80% de los habitantes se concentra en la de Babeldaob; mientras que el resto de formaciones y atolones son el principal reclamo turístico para los que buscan desconexión, fauna submarina y navegación.

Islas Salomón

Islas Salomón
Cerodosbé

Con casi 687.000 habitantes, es extraño que no haya contagios en este estado insular de la Melanesia. Pero tuvo mucho que ver la rapidez con que sus autoridades cerraron los accesos al país: desde el 23 de marzo, solo se autoriza la entrada de sus ciudadanos.

El estado está integrado por 900 islas, de las que solo nueve tienen vida urbana, entre ellas la de Guadalcanal, donde se encuentra la capital Honiara.

Sin embargo el país está sufriendo las consecuencias del cierre al turismo, ya que sus playas, resorts y turoperadores están pensados para los que quieren disfrutar de la naturaleza en sitios aislados.

Estados Federados de Micronesia

Tiburones en los arrecifes de Micronesia
Klaus Stiefel-Flickr

Esta cadena de 607 islas, islotes y atolones se despliegan por una franja de 2.700 kilómetros de este a oeste en el Pacífico central. A pesar de estas enormes distancias, en ninguno de sus territorios se han registrado casos de coronavirus.

Más allá de la belleza de sus playas las infraestructuras turísticas están poco desarrolladas, por esa razón apenas llegan 17.000 visitantes al año.

Como dice el escritor de viajes Mark Stratton en The Telegraph, “estoy seguro de que muchas comunidades isleñas no tienen ni idea de lo que está sucediendo en estos momentos en el mundo”.

Vanatu

Complejo en Iriririki, Vanatu
Phillip Capper-Flickr

Vanatu es uno de los países que tienen las medidas de restricción de movimientos más relajadas. Tras haber declarado el estado de emergencia el 26 de marzo, se permite la circulación aunque no se autorizan las reuniones de más de cinco personas, y todos los bares y restaurantes, así como tiendas, tienen que cerrar a partir de las 19.30.

Con los vuelos internacionales cancelados, no hay manera de llegar a este archipiélago con forma de Y, a 1.700 kilómetros al este de Australia.

El sector de la izquierda del archipiélago de 82 islas es un recomendado destino para realizar buceo y snorkel, mientras que la Playa Champagne, cerca del pueblo de Hog Harbour, presenta una playa de arena con forma de media luna que parece creada artificialmente.

 Artículo original de Cerodosbé

 

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