Autónomo o empresa: ¿Cómo elegir el modelo que mejor encaja para ti como emprendedor?

Autónomo o Empresa ¿Cuál es mejor para emprender?
  • Darse de alta como profesional por cuenta propia suele ser lo más recomendable al empezar, dado que es más barato y sencillo.
  • Aunque debe analizarse cada caso, desde una óptica fiscal formar una sociedad limitada resulta aconsejable a partir de los 40.000 euros de facturación.
  • El empresario individual responde con su patrimonio personal ante las deudas; el negocio, sólo con los bienes mercantiles.
  • Al autónomo no se le exige capital inicial, mientras que a la empresa sí: 3.000 euros para una SL.

El emprendimiento está en auge. Sea por verdadera vocación o como fórmula que sirvió -y aún lo hace- para recolocar a asalariados que perdieron su puesto de trabajo durante la crisis, el caso es que está en boga.

La historia del empresario hecho a sí mismo no es nueva. Ni mucho menos. Pero seguramente nunca antes tantos habían llegado tan lejos desde tan abajo como Bill Gates, Mark Zuckerberg o Sergey Brin, entre otros.

La tecnología y el mundo digital permiten esos éxitos fulgurantes en una sola vida. Aunque también hay excepciones de 'la vieja escuela', siendo Amancio Ortega su máximo exponente hoy en día.

Muchos son los que sueñan con llegar a la cima, pero pocos los que coronan. En cualquier caso, antes de empezar a andar hay que aprender a gatear. El primer paso para un emprendedor es decidir bajo qué fórmula societaria quiere operar. Existen múltiples posibilidades en este campo, cada una con sus características propias, matices, ventajas e inconvenientes.

Por ello, si tienes dudas al respecto puedes consultar con expertos capaces de asesorarte en ese sentido. No obstante, la elección mayoritaria suele darse entre dos de esas opciones.

Te damos 10 claves para decidir qué te conviene más al emprender: hacerte autónomo o crear una sociedad limitada.

¿Autónomo o sociedad limitada?

Aunque siempre debe analizarse cada caso en profundidad, como norma general lo más lógico es echar a andar como trabajador por cuenta propia. ¿Por qué? Básicamente por dos motivos: puedes realizar los trámites para darte de alta como autónomo en una mañana bien aprovechada y, además, el primer año de actividad sólo pagarás 60 euros de cuota a la Seguridad Social (eran 50 hasta el pasado 31 de diciembre).

En algunos territorios esa rebaja se extiende hasta 24 meses: descubre las comunidades autónomas en las que la tarifa plana para autónomos dura el doble.

¿Autónomo o crear una empresa?

Además de la cuestión anterior, debes tener en cuenta el proceso de constitución en cada una de las modalidades. Así, darse de alta como autónomo es mucho más sencillo y asequible que montar una sociedad limitada, que requiere más gestiones y cuyo proceso puede alargarse hasta un mes.

En el primer caso, deberás darte de alta en Hacienda con el impuesto de actividades económicas (IAE), pasar a formar parte del Censo de Empresarios y Retenedores, elegir la vía de tributación que prefieres (módulos o estimación directa) y afiliarte al Régimen Especial de los Trabajadores Autónomos (RETA). Sólo si fuese necesario tendrás que añadir, como trámites para ciertos perfiles, la licencia de apertura e inscribirte en el Registro Mercantil.

En lo que se refiere a la SL, se requiere lo siguiente: el capital social, la denominación social, el domicilio social y el objeto social, así como alistar a los socios y configurar los distintos órganos de administración.

Responsabilidad limitada o ilimitada

En este tercer aspecto, en cambio, sale perdiendo el profesional por cuenta propia. Así, mientrasla responsabilidad de la SL está limitada a los bienes de la sociedad, la exigible al autónomo por deudas incluye su patrimonio personal.

El capital social mínimo en la SL, de 3.000 euros

De nuevo cambian las tornas, esta vez en la aportación económica que debe hacerse al principio en cada caso. En los autónomos, no hay mínimo; en las sociedades limitadas, ha de ser  de 3.000 euros al menos.

La financiación, siempre clave

De forma genérica -cada caso es distinto-, las entidades financieras suelen mirar con mejores ojos a las sociedades limitadas. A los autónomos, por el contrario, les cuesta más obtener crédito.

Bonificaciones: autónomo vs SL

Los empleados por cuenta propia salen claramente ganando en este ámbito. Como ya se indicó líneas arriba, pueden disfrutar de la tarifa plana de 60 euros a lo largo del primer ejercicio de actividad. Además, tienen a su disposición bonificaciones del 50% durante los siguientes seis meses y del 30% para el semestre posterior.

La SL, en cambio, abonará la cantidad correspondiente a la Seguridad Social desde el primer mes: algo más de 364 euros.

Costes de gestión

Una vez puesto en funcionamiento el negocio, también hay que considerar los gastos cotidianos. Se impone de nuevo la fórmula más simple, la del autónomo, ya que, precisamente por esa característica, sus cuentas son más sencillas. De hecho, muchos trabajadores por cuenta propia ni siquiera gastan en gestoría y se ocupan ellos mismos de sus facturas, sus números y sus registros contables. En el otro lado de la balanza, las sociedades limitadas requieren tanto de mayor gasto como de más esfuerzo en este ámbito.

Imagen frente al mercado

A la hora de encargar un trabajo de cierto empaque, algunas empresas -y también clientes particulares- se sienten más seguros con una sociedad, en vez de con un autónomo, que cuenta únicamente con sus propios recursos y que, en muchos casos, trabaja en casa. Aunque sólo sea por detalles de imagen como tener una oficina en la que recibir u otras cuestiones similares, a pesar de que pueda ser injusto en algunos casos, al mercado suele darle más confianza una empresa.

Impuestos

El aspecto fiscal es el que, a fin de cuentas, determina en gran medida qué te conviene más al emprender, si hacerte autónomo o crear una empresa. La clave reside en que el impuesto de sociedades mantiene un tipo fijo: por ahora del 25%, pero que puede ser del 23% si salen adelante los Presupuestos Generales del Estado recientemente presentados por el Gobierno de Pedro Sánchez.

Por su parte, el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) -el que se aplica al empresario individual- tiene carácter progresivo. Es decir, que cuanto más gana el autónomo, más paga a Hacienda porcentual y absolutamente. De ahí que, llegada una cierta cantidad de facturación, al profesional por cuenta propia se le recomiende montar una sociedad.

¿Cuándo resulta aconsejable pasar de autónomo a SL?

Finalmente, la décima de las claves anunciadas tiene que ver con el momento ideal para dejar atrás la modalidad de empleado por cuenta propia para crear una empresa. Pues bien, aunque insistimos una vez más en que cada caso es un mundo, de forma genérica, si tus ganancias exceden los 40.000 euros, lo más probable es que te salga a cuenta montar una SL. Tras rebasar esa cantidad, te convendrá más funcionar como una empresa, por ejemplo, en lo concerniente a Hacienda, a los impuestos que deberás abonar.

Hasta entonces, sobre todo si acabas de empezar, lo mejor es establecerte de entrada como autónomo. De esa manera podrás ver cómo evoluciona el negocio. Si das con la tecla y las cifras cuadran, ya tendrás tiempo para poner en marcha una sociedad limitada.

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