Así es como trabaja la Guardia Civil para pillar a los conductores temerarios que publican vídeos en Internet

Noelia López,
Multa de tráfico Guardia Civil
  • Los G.I.A.T (Grupo de Investigación y Análisis de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil) son los encargados de localizar, identificar y detener a los conductores que publican vídeos temerarios en Internet.
  • Esto incluye no solo los contenidos que circulan por las redes sociales, sino también documentación falsa, fraudes en los exámenes de conducir o tráfico ilícito de vehículos.
  • Aquí puedes ver cómo trabajan, así como la forma en la que consiguen identificar a estos delincuentes.
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G.I.A.T son las siglas de Grupo de Investigación y Análisis de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Lo componen más de 8.000 agentes repartidos por todo el territorio nacional. Son los guardias civiles encargados de localizar, identificar y detener a los conductores que publican vídeos temerarios en Internet.

  • Hace un par de días la Guardia Civil identificó a un padre que tras circular con su hijo en el regazo, animándole a que cogiera el volante, publicó las imágenes en redes sociales. El hombre fue identificado y ahora está acusado de un delito de conducción temeraria.
  • A mediados de noviembre, un conductor circulaba a más de 220 km/h, su acompañante lo grabó en vídeo y subió las imágenes a Instagram. En solo unas horas, la Guardia Civil sabía quién era, dónde vivía y le entregaba una notificación que le citaba para personarse ante el jue y explicar lo sucedido antes de que este decidiese su castigo.
  • Finales de septiembre de 2019. El conductor de una ambulancia se graba mientras conduce para ver "si está guapo", publica las imágenes en redes sociales. Identificado en poco tiempo, deberá pagar, de primeras, una multa de 200 euros y tres puntos del permiso de conducir por usar el móvil al volante. Además, se investiga si su conducta puso en peligro a terceros, en cuyo caso podría ser investigado por un delito contra la seguridad vial.

Los anteriores son tres ejemplos del resultado del trabajo del G.I.A.T. Podríamos enumerar muchos (muchísimos) más. Tantos que, en las últimos meses, raro es el día en que no sabemos de algún conductor que ha cometido una imprudencia al volante y luego ha presumido de ello en Twitter, Facebook, Instagram...

Pero, ¿quiénes son los agentes que localizan a los conductores que publican vídeos temerarios en Internet? Y, sobre todo, ¿cómo consiguen identificar al conductor en cuestión de horas?

G.I.A.T: Grupo de Investigación y Análisis de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil

El Grupo de Investigación y Análisis de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, conocido por sus siglas G.I.A.T, se dedica a investigar todo lo relacionado con seguridad vial y transporte. Esto incluye no solo los vídeos que circulan por las redes sociales, sino también documentación falsa, fraudes en los exámenes de conducir, tráfico ilícito de vehículos... 

El G.I.A.T también investiga conducción temeraria, accidentes con fuga, excesos de velocidad, carreras ilegales de coches... siempre y cuando cumplan los requisitos contemplados en el Código Penal y, por tanto, sean constitutivos de delito. "Cuando son infracciones también se sancionan, pero de oficio y de eso se encarga otro destacamento" nos cuenta el teniente jefe del G.I.A.T central. 

Guardia Civil

El G.I.A.T tiene presencia en toda España. La sede central está en Madrid y "en cada provincia hay un G.I.A.T que depende de la Agrupación de Tráfico".

Filtraciones, 'espías', chivatazos...

La primera pregunta es evidente: ¿cómo descubren los agentes del G.I.A.T la presencia de vídeos en Internet y redes sociales que pueden ser constitutivos de delitos de tráfico?

  • "Tenemos presencia en todas las redes sociales conocidas (Facebook, Instagram, Twitter...); también en la Deep Web (contenido que, por diferentes factores, no está indexado por los motores de búsqueda convencionales)", explica. 
  • Colaboración ciudadana. Cada vez son más los conductores o peatones que presencian una conducta temeraria al volante, lo graban con sus teléfonos móviles y envían la grabación a la Guardia Civil: a través de los perfiles de Twitter, Facebook y Youtube o por el correo electrónico de Atención al Ciudadano. "Toda información es bienvenida y siempe es analizada", asegura.

En el momento en que detectan la presencia de un vídeo que incluye una infracción/delito de tráfico se deriva al destacamento correspondiente. Si no hay delito lo tramitan las agrupaciones de Tráfico o Policías Locales o Municipales, dependiendo de la zona donde se haya grabado; si el ilícito es penal entra a la cola de trabajo del G.I.A.T. o la Policía Judicial (en aquellas provincias en las que no hay Guardia Civil de Tráfico).

Los vídeos deben ser recientes

Todo lo que viene recogido en el Código Penal como delito de tráfico es competencia del G.I.A.T. 

Una vez detectado un vídeo que puede mostrar un delito, lo primero que se comprueba es la fecha (si es muy antiguo puede haber prescrito). Lo segundo es determinar el qué y el dónde: esto es importante para decidir quién debe iniciar la investigación.

Guardia Civil

Para saber dónde se ha cometido el delito, los agentes del G.I.A.T analizan en profundidad las imágenes. Mediante sofisticados problemas informácricos buscan cualquier indicio que permita averiguar de qué carretera se trata. Con este dato, consultan las cánaras de vigilancia de la DGT o las policías locales; de esta forma llegan al modelo de coche y los datos del propietario del mismo.

Identificar al infractor

Dicho así parece fácil, pero el teniente jefe del G.I.A.T no deja pasar la oportunidad de dejar claro que se trata de un proceso muy complejo que lleva tiempo: "desde que el enlace, vemos que no hay prescripción, identificamos al infractor y hasta que dejamos el caso en manos del juez pueden pasar tres meses".

"Muchs veces tenemos el vehículo, pero no al conductor", explica. "Entonces tenemos que hablar con el titular e iniciar una investigación para identificar al infractor". Este es el punto crucial de la investigación.

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La norma dice que el titular tiene obligación de identificar al conductor siempre y cuando se le requiera por infracción o delito. No hacerlo supone por sí sola una infracción que se  Además, como se trata de vía penal, el investigado debe decir la verdad porque su declaración se presenta ante un juez. "Hay veces que el conductorha mentido, hemos podido demostrar que ha sido él y se le ha sumado una causa penal más".

Aún así el jefe del G.I.A.T asegura que lo normal es que en el vídeo aparezca el rosto dle infractor. "Les gusta salir" y eso "nos lo pone más fácil", comenta.

Borrar el vídeo no sirve

A pesar de que la fecha es lo primero que investiga el Grupo, no es habitual encontrar vídeos o fotografías tan antiguas como para que no se las pueda perseguir penalmente. Lo habitual es que el infractor cometa la imprudencia y publique el vídeo en el momento. También es frecuente que poco después se de cuenta de su "torpeza" y lo borre de todas las redes en las que lo ha publicado. "Como estamos sondeando continuamente las redes sociales, cuando esto sucede nosotros ya nos los hemos descargado y no hay vuelta atrás".

Analizan todas las infracciones de velocidad

El G.I.A.T es también el organismo encargado de verificar todas las sanciones por exceso de velocidad que ponen los radares de la DGT. Ellos comprueban que se ha aplicado correctamente el margen de error y caso de que el exceso de velocidad sea lo suficientemente alto como para dar el salto de infracción a delito, inician el procedimiento sancionador por vía penal.

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Puestos a preguntar, preguntamos: ¿cuál es el perfil del infractor que presume en redes sociales?

El teniente jefe nos comenta que no hay un perfil definido. "Hay gente que tiene un alto poder adquisitivo y le da igual pagar la cantidad que sea". En redes sociales, suele ser gente joven que quiere alardear. Tampoco son los excesos de velocidad los hechos ilícitos más frecuentes.  Lo que si es habitual es recibir o encontrar algún vídeo en las redes: "nos estamos encontrando dos o tres vídeos por semana que recogen algún delito penal relacionado con el tráfico".

Resulta curioso que la virabilidad de estos vídeos y el eco que nos hacemos desde los medios de comunicación del final que suelen tener los protagonistas de los mismos (todos acaban en sanción) no ha reducido el número de publicaciones. "Lo que sí se nota es que son más cortos o tienen menos calidad".

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