El fin de Windows 10 podría desencadenar un torrente global de residuos electrónicos de 240 millones de dispositivos

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  • Un análisis de Canalys advierte de que el fin de Windows 10 podría desencadenar un torrente global de residuos electrónicos.
  • Para ser exactos, las previsiones de Canalys muestran que hasta 240 millones de PC a nivel mundial podrían ser retirados y no es sencillo reciclarlos de manera correcta. 

El fin de Windows 10 está muy cerca. Tan cerca que la actualización 22H2 del pasado abril fue la última y el 14 de octubre de 2025 se acabará el soporte técnico. 

Esto puede no tener repercusiones más allá de la necesidad de comprar un nuevo ordenador que tenga Windows 11, pero nada más lejos de la realidad. 

Según varios analistas de Canalys de los que se hace eco IT Pro, el fin de Windows 10 podría desencadenar un torrente global de residuos electrónicos.

Para ser exactos, las previsiones de Canalys muestran que hasta 240 millones de PC a nivel mundial podrían ser retirados y no es sencillo reciclarlos de manera correcta. 

Todo esto se debe a que la actualización a Windows 11 es francamente exigente: procesador de al menos 1 GHz o más rápido, junto con un mínimo de 4 GB de RAM, almacenamiento de un mínimo de 64 GB y lo más problemático: la presencia del chip de seguridad TMP 2.0.

Muchos de los dispositivos programados para ser desechados después de la fecha límite de soporte de Windows 10, fijada para octubre de 2025, no cumplirán con estos requisitos a pesar de estar en "buen estado" y potencialmente reciclables por parte de las empresas.

¿El problema principal? Muchos de estos 240 millones de dispositivos terminarán en vertederos.

"Su incompatibilidad con la última versión compatible de Windows reduce enormemente su valor para su reacondicionamiento y reventa", explica Canalys. "Si todos estos fueran laptops plegables, apilados uno sobre otro, formarían una pila 600 km más alta que la luna".

En este entido, Canalys es muy clara: Los proveedores "tienen la responsabilidad de extender los ciclos de vida" y destaca la necesidad crítica de que los fabricantes de dispositivos y los proveedores de software, como Microsoft, "maximicen la vida útil utilizable de los productos".

El impacto ambiental de desechar dispositivos en masa será significativo, advirtió la consultora, y los proveedores deberían centrarse más en apoyar los objetivos de economía circular.

"Los fabricantes de equipos originales deben incorporar durabilidad, reparabilidad y reciclabilidad en el diseño de sus dispositivos, y los proveedores de sistemas operativos deben asegurarse de que estos dispositivos sean utilizables y seguros durante el mayor tiempo posible", revela.

Ahora bien, hay un problema: la falta de estándares regulatorios sólidos en la actualidad, que impiden que los proveedores cambien sus prácticas en este sentido. 

Sí, este diciembre, Microsoft anunció planes para proporcionar actualizaciones de seguridad extendidas para Windows 10 hasta 2028, permitiendo a los usuarios seguir recibiendo parches críticos de seguridad más allá de la fecha oficial de fin de soporte.

¿El problema? Para acceder a esta actualización, será necesario pagar una tarifa aún no especificada. 

"Aunque la provisión de soporte extendido puede prolongar la vida útil de las PC no elegibles para Windows 11, el costo de estas actualizaciones de seguridad probablemente será un obstáculo para muchos usuarios", advirte Canalys.

Los planes de precios para el esquema de soporte extendido de Windows 7, por ejemplo, comenzaron en 25 dólares por PC para el primer año de soporte, pero eventualmente se cuadruplicaron a 100 dólares por dispositivo de manera anual.

"Si Microsoft sigue una estructura de precios similar para el soporte extendido de Windows 10, la opción más rentable será la migración a PC más nuevos y compatibles con Windows 11, forzando a las PC más antiguas a ser desechadas".

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