Es definitivo: estos son los restos hallados en la Tierra que vienen de otro sistema estelar

Meteorito cayendo sobre la Tierra.
Meteorito cayendo sobre la Tierra.

Getty Images

  • La velocidad a la que cayó el meteorito, además de la integridad y la dureza, son algunas de las evidencias.
  • Los primeros análisis de las muestras evidencia que no pertenecen al Sistema Solar.

Es la primera vez en la historia que se registran interestelares en el planeta Tierra. Un equipo de científicos ha analizado materiales procedentes de un objeto de un metro de tamaño que se originó fuera del Sistema Solar.

Así lo ha anunciado Avi Loeb, astrofísico de Harvard y jefe del Proyecto Galileo, que ha llevado a cabo la expedición en el océano Pacífico que tuvo lugar entre el 14 y el 28 de junio de este año.

El equipo perseguía recoger material de un objeto que se registró en 2014 y que entonces se vio como una bola de fuego con tres llamaradas sobre el Pacífico que el mismo Gobierno de Estados Unidos registró.

En 2014 una bola de fuego atravesó la atmósfera y se estrelló en el mar: ahora un astrofísico de Harvard dice que el material recuperado podría ser de una nave extraterrestre

Un meteorito interestelar

Ahora se ha podido investigar este meteorito, bautizado como IM1, gracias a un trineo magnético que ha trabajado a 2.000 metros de profundidad desde el buque Silver Star, que partió desde Papúa Nueva Guinea hasta un radio de 10 kilómetros sobre el punto de impacto.

Como explica Avi Loeb en El Confidencial, el IM1 se movía a una velocidad de 60 kilómetros por segundo en relación con la Norma Local de Reposo de la galaxia Vía Láctea. Esto implica que iba un 95% más rápido que las estrellas que hay cerca del Sol. 

Precisamente esta velocidad hacía pensar que el origen interestelar de IM1 tenía una fiabilidad del 99,999% antes de la expedición, como señalaba en una carta formal del Mando Espacial estadounidense a la NASA.

Sorprende la integridad con la que impactó el objeto, teniendo en cuenta su velocidad, pero también la resistencia que el material, que se estima más dura que las rocas espaciales hasta ahora documentadas por la NASA en el catálogo de meteoritos CNEOS.

La expedición recogió alrededor de 700 esférulas (pequeñas esferas). De estas, hasta el momento se han analizado 57 y los resultados ya son de lo más sorprendentes.

Uno de los análisis, realizado en el laboratorio de cosmoquímica de la Universidad de Harvard, revela que cinco esférulas únicas de las regiones cercanas a la trayectoria de IM1 mostraban un patrón de composición de elementos externos al Sistema Solar, nunca antes visto.

Incluso se observa que están enriquecidas en elementos como el berilio (Be), lantano (La) y uranio (U), en concentraciones muy altas, lo que podría evidenciar que no proceden del Sistema Solar.

Con todo, Loeb defiende que el IM1 es un meteorito interestelar y no pétreo, como algunos astrónomos defendían y abre el debate acerca de las posibilidades que este descubrimiento abre, hablando incluso de "basura espacial tecnológica de otras civilizaciones".

A la espera de que se vea la luz el artículo del grupo, ya prepublicado y presentado para su publicación en una prestigiosa revista revisada por pares, las primeras reacciones no se han hecho esperar y algunos científicos apuntan a la dificultad de demostrar el origen interestelar.

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