Los homicidios baten récords en México... pero esa no es la única señal de inseguridad

| Traducido por: 
Alejandro Carantoña
Una mujer enmascarada frente al Palacio Nacional durante un mitin de apoyo a los 43 estudiantes desaparecidos, en el Zócalo, la plaza principal de Ciudad de México, el miércoles 23 de septiembre de 2015.
Una mujer enmascarada frente al Palacio Nacional durante un mitin de apoyo a los 43 estudiantes desaparecidos, en el Zócalo, la plaza principal de Ciudad de México, el miércoles 23 de septiembre de 2015.
  • El número de homicidios en México ha crecido de forma constante durante los últimos tres años, sobre todo en las zonas más afectadas por el narcotráfico.
  • Si bien gran parte de la violencia guarda relación con la delincuencia organizada, el Gobierno mexicano ha sido criticado por su contundente respuesta, la cual también ha supuesto ciertos abusos de autoridad.
  • La precaria situación de la seguridad en el país será clave durante las elecciones presidenciales del año que viene.

Las 2.764 víctimas de homicidios del octubre pasado en México constituyen la cifra más elevada de los últimos 20 años, según los datos recogidos por el gobierno federal del país.

Los nuevos datos sitúan al año 2017 como el más violento en México desde que el gobierno empezó a publicar las estadísticas, en 1997.

Los datos federales también muestran que se abrieron 2.371 investigaciones por homicidio (que pueden incluir a más de una víctima) en octubre: es la mayor cifra mensual de las últimas dos décadas.

Las 23.968 víctimas registradas hasta esa fecha constituyen prácticamente un 27% más que las 18.895 registradas en el mismo periodo del año anterior.

El total de los primeros diez meses de 2017 supone, además, casi un 55% más con respecto a las 15.480 víctimas del mismo periodo de 2015.

No obstante, existe la posibilidad de que los datos federales mexicanos infravaloren el número de homicidios en el país: Algunas asociaciones han expresado la sospecha de que los gobiernos estatales, que envían sus estadísticas de criminalidad al gobierno federal, hayan alterado o manipulado el número de muertes intencionadas.

"No sabemos si octubre ha sido el mes más violento de las últimas dos décadas. Las cifras [del gobierno federal] son lo suficientemente poco fiables como para mantener la guardia alta", señaló el analista de seguridad mexicano Alejandro Hope tras la publicación de los datos. "Si se quieren hacer comparaciones entre distintos periodos, es necesario utilizar la tasa de homicidios y no las cifras absolutas".

Mientras que la cifra de homicidios de 2017 parece llegar a superar las de los violentos años comprendidos entre 2008 y 2012 (cuando la violencia derivada del narcotráfico azotaba el país), la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes de este año es inferior.

La Policía Federal realiza un registro en busca de drogas y armas en el transcurso de una operación antidroga en Ecatepec (México) el 13 de noviembre de 2009.
La Policía Federal realiza un registro en busca de drogas y armas en el transcurso de una operación antidroga en Ecatepec (México) el 13 de noviembre de 2009.

Los años 2010 y 2012 dejaron una tasa de 18 homicidios por cada 100.000 habitantes, mientras que en 2011 la cifra se acercó a los 20 homicidios por cada 100.000 personas. La tasa descendió después de 2012, y tocó el mínimo de menos de 13 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2014. Desde entonces, ha crecido: en 2016 se produjeron 16,8 homicidios por cada 100.000 habitantes, mientras que, hasta el octubre pasado, la de 2017 se situaba en 16,9 homicidios por cada 100.000 habitantes.

No todos los delitos de sangre que se producen en México guardan relación con las drogas y la delincuencia organizada, pero en las zonas donde tradicionalmente han existido bandas activas y las cifras de homicidios ya eran altas de por sí ahora han vuelto a crecer.

Hasta octubre, la estratégicamente valiosa franja fronteriza del estado de Baja California sufrió un incremento del 94% en el número de víctimas de homicidios con respecto al mismo periodo del año anterior.

Chihuahua, que también es un estado fronterizo crucial, padeció un incremento del 35%. Veracruz, un estado en la costa del Golfo y santuario de la actividad delictiva, tuvo un incremento del 31%.

Sinaloa, el núcleo del cártel del mismo nombre, arrojó un incremento de casi 42%, mientras que Guerrero, disputado eje de la producción de opio, mostró un incremento de cerca del 14% hasta octubre.

Baja California Sur, que acoge conocidos complejos vacacionales en Los Cabos, ha sufrido el mayor incremento en el número de homicidios. Las 536 víctimas de homicidios hasta octubre de 2017 significan un 223% más que durante el mismo periodo del año anterior y casi un 400% más que en los diez primeros meses de 2015.

La espiral de violencia de Baja California Sur se hizo especialmente patente en noviembre, cuando el líder de la comisión de derechos humanos del estado, Silvestre de la Toba, y su hijo fueron acribillados.

"La seguridad tiene que ser una prioridad absoluta"

Mientras que los homicidios han crecido de manera sostenida, la delincuencia en general también se ha incrementado. Durante los primeros diez meses de 2017, el gobierno federal mexicano registró un incremento del 13% en delitos denunciados en comparación con el mismo periodo del año anterior. Los delitos violentos, aparte de los homicidios, también han crecido.

Los intentos de homicidio con arma de fuego durante los diez primeros meses de 2017 experimentaron un incremento del 39% con respecto al mismo periodo del año anterior, según el portal de noticias mexicano Animal Politico. En el 66,1% de los 20.878 casos de homicidio investigados hasta octubre de este año, el crimen se cometió con arma de fuego.

Los robos con violencia se han incrementado un 38% en lo que va de año, con 50.000 denuncias interpuestas más que en el mismo periodo del año anterior. Dentro de esa categoría, los robos con violencia de negocios se incrementaron un 62%.

Los casos de extorsión se incrementaron más de un 12% hasta octubre (aunque muchos de los casos de extorsión no se denuncian). Las agresiones sexuales también se incrementaron más de un 10% en los diez primeros meses del año. México, así como Honduras, El Salvador y Guatemala, está mostrando unos niveles muy preocupantes de feminicidios, o de homicidios que tienen como víctimas mujeres, según la ONU.

El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, se ha visto sometido a críticas cada vez más contundentes por el incremento sostenido de las tasas de delincuencia de los últimos tres años, y por la poco eficaz respuesta de su gobierno. Peña Nieto ha promovido la reforma del actual sistema de seguridad del país, que incluyen un plan de Mando Único que pretende centralizar la autoridad encargada de la seguridad pública y reducir la autonomía de las policías municipales.

En una intervención ante los legisladores el pasado mes de noviembre, el ministro del Interior, Miguel Osorio Chong, se felicitó por los esfuerzos coordinados del gobierno para apresar a 108 de los 122 delincuentes considerados más peligrosos del país y defendió las fuerzas de seguridad federales frente a las acusaciones de uso excesivo de la fuerza y otros abusos.

Osorio Chong puso el foco sobre el problema de la falta de personal y los bajos salarios de las fuerzas policiales, y contestó a las críticas que pesan sobre la propuesta de ley de seguridad que haría efectiva la intervención militar en las labores policiales de la nación.

Frente a los críticos que temen que la medida podría servir de parapeto a autoridades militares que han incurrido en abusos, Osorio Chong defiende que la ley "está para proteger a los ciudadanos" y definiría en qué circunstancias podría desplegarse al ejército en el país.

El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, en la inauguración de la Cumbre Mundial de Líderes contra el Cáncer en Ciudad de México, el 14 de noviembre de 2017.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, en la inauguración de la Cumbre Mundial de Líderes contra el Cáncer en Ciudad de México, el 14 de noviembre de 2017.

Las crecientes críticas por la manera en que Peña Nieto está gestionando la crisis de seguridad en el país coinciden con el momento en que el presidente y su partido empiezan a preparar las próximas elecciones presidenciales, previstas para mediados de 2018.

La delincuencia solo es uno de los asuntos que influirá en los votantes, pero el propio Peña Nieto ha reconocido su importancia: "Hay que reconocer que no estamos satisfechos y que aún queda mucho más por hacer", dijo Peña Nieto en un discurso en noviembre. "La seguridad tiene que ser una prioridad absoluta para el gobierno".

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