La IA despega como revolución transversal gracias a su capacidad de potenciar infinidad de trabajos

Impulsado por PwC España
  • Armando Martínez-Polo, socio responsable de Consultoría Tecnológica en PwC repasa las claves del momento que vive la IA. “Estamos ante unas soluciones que ya nos permiten ser mucho más productivos”
  • “Estas nuevas herramientas nos permiten tener un acceso mucho más ágil a todo el conocimiento que tenemos en nuestras compañías”
  • “A diferencia de versiones pasadas, la actual generación de IA permite que aplicaciones concretas sean más fácilmente trasladable a otros casos de uso”

Dentro de unas décadas, cuando los analistas, tecnológicos y económicos echen la vista atrás será difícil que separen al año 2023 del concepto inteligencia artificial. 

Pese a que esta tecnología ya llevaba años siendo una de las más seguidas entre los especialistas por su enorme potencial, este año quedará en los almanaques señalado como en el que dio el salto definitivo a la primera línea de la actualidad. Un auténtico terremoto cuyo impacto es, aún, difícil de acotar.

La Inteligencia Artificial ha pasado en pocos meses de ser protagonista en películas de ciencia ficción a formar parte de la cotidianidad de los escritorios de millones de oficinas del mundo. 

Una revolución que Armando Martínez-Polo, socio responsable de Consultoría Tecnológica en PwC, está siguiendo desde la primera línea después de dedicarse al mundo de la tecnología desde hace más de una década. 

Y es que, compañías como PwC son unas de las que más capacidad tienen para valorar el impacto que está teniendo en la economía real esta nueva generación de herramientas por la naturaleza de su negocio. “La inteligencia artificial ha saltado al público en general tras liberarse la solución de OpenAI. 

Las versiones actuales nos permiten generar contenido, entendido en el amplio sentido de la palabra: imagen, texto, vídeo o audio. Y por otro lado también nos permite tener esa interlocución en lenguaje natural con una persona, de tal manera que también es capaz de resumir textos, categorizarlos, y simplificarlos”. 

Pese a que aún no ha pasado el tiempo necesario para realizar análisis rotundos, ya tenemos información suficiente para entender el potencial que la IA tiene en materia de productividad. “Estamos ante unas soluciones que ya nos permiten ser mucho más productivos. Por ejemplo, en el desarrollo de código vemos unas de las áreas donde posiblemente más impacto está teniendo en la actualidad. 

Permite acelerar mucho más el desarrollo del código, la documentación del mismo, su interpretación, la generación de casos de prueba… En el ámbito también de la ciberseguridad, es algo que van a intentar aprovechar los malos y, por lo tanto, los buenos también lo tenemos que utilizar. 

A esto hay que añadir todo lo que tiene que ver con la búsqueda sobre el conocimiento que hay en las compañías, que lo tenemos en ocasiones en diferentes repositorios, documentos, procedimientos… 

Estas nuevas herramientas nos permiten tener un acceso mucho más ágil a todo ese tipo de conocimiento que tenemos en nuestras compañías”, explica Martínez-Polo. 

PwC ha protagonizado importantes operaciones en este segmento tecnológico en los últimos meses. La compañía llegó a un acuerdo con Microsoft valorado en 1.000 millones de dólares, en una inversión conjunta para cualificar a profesionales para certificarlos en estas tecnologías. 

Además, recientemente la firma llegó a un acuerdo con Amazon a nivel europeo al que ha destinado 800 millones de dólares. Unos acuerdos que han permitido integrar la tecnología en el día a día de la compañía como detalla el experto en consultoría tecnológica: “En España estamos trabajando en todas las divisiones. 

En la legal y fiscal, con acuerdos significativos como el que se ha firmado con Harvey, que es una tecnología basada en OpenIA que a nuestro equipo fundamentalmente le permite trabajar de una manera mucho más ágil con todo lo que tiene que ver con contratos o elementos jurídicos. Del mismo modo, en el ámbito de la consultoría, estamos desarrollando nuestros propios bots que en breve desplegaremos siguiendo con lo que se está haciendo ya en otros países”.

Armando Martinez-Polo, durante la entrevista
Armando Martinez-Polo, durante la entrevista

Una realidad en el día a día

Pese a que estamos hablando de una tecnología que sólo hace meses que llegó al gran público, el impacto en algunos nichos ya es muy destacable. 

Entre todos ellos destaca el desarrollo de software. Uno de los campos laborales estrella de la última década que ya se está beneficiando de la inteligencia artificial. 

Se están viendo mejoras de la productividad entre un 30% y un 40%. De hecho, en uno de los entornos más conocidos posiblemente en el ámbito de los desarrolladores, que es la plataforma de GitHub para el desarrollo de código, ya se está viendo que Copilot está ayudando a generar prácticamente la mitad del código disponible en GitHub. Curiosamente, son los perfiles más seniors los que son capaces de sacar mayor rédito de las ventajas que genera esta tecnología”, explica Armando Martínez-Polo. 

Pero el impacto no sólo está ya dentro de las fronteras de las profesiones más cercanas al ámbito tecnológico según detalla este directivo. 

“En otras disciplinas, como por ejemplo la generación de contenidos, se están viendo mejoras entre un 20% y un 30% de la productividad. Este tipo de tecnologías están ayudando a otra métrica que también es bastante significativa: la cualitativa. En este sentido en las mejoras en la calidad del contenido se está viendo incrementos que van del 15% al 20%”. 

Para el directivo, otro de los campos con más potencial de impacto es el de los contact centers. “Aquí podemos ver entre un 10% y un 20% en la reducción de llamadas gracias a la utilización de herramientas basadas en IA".

"Realizando un adecuado uso de estas tecnologías y combinado siempre con otras técnicas de inteligencia artificial es donde verdaderamente se están recogiendo mejoras que ya son verdaderamente significativas”. 

Impacto transversal

Al margen del día a día de las compañías, al analizar el impacto que la IA puede tener en las diferentes industrias se detecta un boom en la utilización de este tipo de tecnologías y de soluciones que no tiene fronteras. 

Desde el sector financiero, tanto bancario como asegurador, a compañías de telecomunicaciones, de servicios o de energía pueden apalancarse en estas nuevas herramientas. “En todos los sectores y, prácticamente, en todas las líneas de negocio, hay casos concretos donde se puede aplicar la IA generativa combinada con la IA tradicional para mejorar la productividad, la calidad e incluso la experiencia con el usuario o con el empleado. 

Estamos trabajando en áreas financieras, por ejemplo, para ayudar en la generación de informes y su interpretación. También contamos con proyectos en el ámbito de alguna entidad aseguradora para facilitar el acceso que todos sus agentes comerciales tienen a sus procedimientos, a los argumentarios de venta y a la información de sus productos”, destaca Martínez-Polo. 

Una serie de proyectos que, para el directivo de PwC, tienen un denominador común: aumentar la capacidad que tienen los gestores. 

“Pueden ser mucho más ágiles a la hora de tener acceso a esa información, permitiendo también reducir la curva de aprendizaje que tienen estos empleados. Estamos trabajando en el ámbito de compañías de telecomunicaciones en el espacio del contact center para reducir las llamadas".

"Generamos bots que recopilan la información en torno a un cliente y tratan de dar respuesta a problemáticas como la explicación de una factura, que es uno de los principales motivos de llamada que tienen en sus en sus centros de atención telefónica".

"Moviéndonos totalmente del sector, estamos empezando a trabajar con un organismo público en la mejora de la interpretación de todas las alertas en el ámbito de la ciberseguridad".

"Este tipo de herramientas nos permiten interpretar cuadros de mando de las diferentes alertas presentando ya cuáles son aquellos ámbitos en los que hay que prestar especial atención y generando incluso un plan de acción sobre medidas que habría que realizar o actividades concretas para tratar de subsanar este tipo de problemáticas”. 

Una experiencia que en PwC ya han recopilado en proyectos concretos con grandes corporaciones. “Tuvimos la oportunidad de colaborar con Nationale Nederlanden, es un caso de interés al tratarse de un sector muy regulado. 

Es un caso que ha requerido un entrenamiento a partir de toda la base de datos de conocimiento, procedimientos y argumentarios que disponía la entidad aseguradora, para, a través de un modelo de entrenamiento basado fundamentalmente en IA generativa, poder presentar esa información de una manera mucho más rápida a toda su fuerza comercial.

La tecnología es capaz de entregar un resultado visible en un menor espacio de tiempo que lo que suponían antes los proyectos de IA tradicional. Además, en los modelos de IA anteriores, en los que todo el esfuerzo que se dedicaba a dar respuesta a un caso de uso, era muy difícil de reaprovechar las soluciones para aplicarlas en otro ámbito. 

Hoy sí que estamos viendo que el esfuerzo que se implementa para un caso de uso es más fácilmente trasladable a otras problemáticas aunque no estén directamente relacionadas”. 

Por muy artificial que sea la inteligencia, el rol del profesional especializado sigue siendo fundamental en esta etapa. Una posición que no solo exige una supervisión sino que se basa en un conocimiento que permite, precisamente, amplificar el alcance de los proyectos gracias a contar con el apoyo de esta nueva generación de herramientas. 

Tratamos de ejecutar de manera iterativa los proyectos. La labor del experto de negocio es diferente totalmente al rol que desempeñaba en los proyectos anteriores. Con la IA tradicional era más un rol en el que se encargaba de validar el resultado. 

Aquí sí que necesita tener una involucración en este tipo de proyectos mucho más activa para ayudar al modelo a entrenarse o a saber lo que son respuestas correctas de respuestas que no son correctas”, concluye Martínez-Polo. 

Inteligencia artificial.

Getty

El reto de la regulación

Si en esta etapa inicial de la aplicación de la inteligencia artificial hay un frente que destaca, esa es la regulación. Un elemento clave que esconde un gran reto según subraya este consultor: “Consideramos sin duda que la inteligencia artificial, al igual que cualquier otra tecnología, necesita tener una regulación específica y evidentemente más en función de determinados sectores

Lo que sí que es  importante en este punto es que la regulación no frene los avances que puede suponer la tecnología. En ese sentido, la Unión Europea con la regulación en torno a la inteligencia artificial está avanzando aunque, en base a los procedimientos de aprobación, nos quedan algunos meses -por no decir algún año- para que nos llegue una aplicación directa”.

“También consideramos importante que todo lo que tiene que ver en torno al uso ético irresponsable de la inteligencia artificial, especialmente de la generativa. Necesitamos transparencia sobre por qué toma las decisiones, en cuanto a que la base de datos o el corpus de entrenamiento no sufre ningún tipo de sesgo o desviación o a cómo se ha llevado a cabo ese entrenamiento. 

Consideramos que es algo bastante significativo. También es cierto que estamos observando un avance frente a unos años atrás. Estos temas de transparencia, sesgo o responsabilidad ya aplicaban a la inteligencia artificial pero no estaban encima de la mesa ni formaban parte de las preocupaciones que habitualmente los responsables de los ámbitos de analítica de inteligencia artificial tenían en consideración”, recalca Martínez-Polo. 

En este sentido, el tecnólogo también ha participado en iniciativas relacionadas con poner los pilares a esta nueva dimensión de la ética. 

entrevista pwc 2

Hace casi tres años, participamos en la elaboración de la guía para el uso ético y responsable de la inteligencia artificial junto con un observatorio llamado OdiseIA. La verdad es que no notamos tanta atracción en los diferentes sectores como la estamos notando a día de hoy con el uso de la IA generativa. 

Con ella, es el propio cliente o el empleado el que demanda que cuando se está haciendo uso de algún modelo entrenado con IA esté sustentado sobre un uso ético responsable sin sesgos y sin ningún tipo de desviación”.

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