¿Quieres ser invisible para las cámaras infrarrojas? Así es la primera chaqueta de camuflaje térmico del mundo

Chaqueta de camuflaje térmico

Vollebak

La primera chaqueta de camuflaje térmico del mundo ya está aquí, y pone un granito de arena más hacia la búsqueda de lo que hasta hace poco parecía cosa de ciencia-ficción: la invisibilidad total. Detrás de su creación está Vollebak, una compañía famosa por crear en 2020 la Full Metal Jacket, de diseño futurista y concebida para proteger de virus y bacterias.

Para la creación de este prototipo, la compañía pasó 3 años trabajando mano a mano con el Instituto Nacional de Grafeno de la Universidad de Manchester, principal hogar de este polivalente supermaterial cargado de posibilidades.

El resultado es una prenda tan curiosa como fascinante, y que cumple a la perfección su propósito: lograr que el cuerpo humano sea invisible para las cámaras infrarrojas. 

Aunque la chaqueta definitiva está todavía en desarrollo, la compañía ha anunciado el lanzamiento del primer prototipo para mostrar la viabilidad del camuflaje térmico portátil por primera vez. La prenda puede programarse por computadora y hacer sus partes invisibles hacia las cámaras. El sueño de cualquier escapista y todo un avance para la ciencia.

En el apartado técnico, la chaqueta cuenta con 42 parches de grafeno que se pueden controlar individualmente como si fueran píxeles. Cada uno de ellos está dotado con 100 capas de grafeno puro. Estos elementos controlan la radiación térmica en la superficie de la chaqueta sin modificar su temperatura.

 

Vollebak ha completado varios experimentos curiosos para mostrar la eficacia de esta ropa casi mágica y demostrar su control sobre la radiación térmica. En uno de ellos, escribieron código durante una semana para jugar Tetris en infrarrojo. En lugar de apreciar el calor que irradia un cuerpo humano, la cámara simplemente observa el patrón de este popular juego vintage. 

El código de la computadora se carga a través de un microcontrolador en la chaqueta. El cableado impreso en oro y cobre llega a cada parche de grafeno, aplicándoles voltaje, que a su vez fuerza a los iones entre las capas de grafeno. Cuantos más iones se empujen entre las capas de grafeno, menos radiación térmica se emite y más frío se ve.

Entre las ventajas de la chaqueta, cada parche se puede programar individualmente y emitir un nivel de radiación térmica distinto, integrándose en el entorno y tornándose invisible ante las cámaras. Para conseguir la prenda se tuvo que abordar un importante desafío: la presunta incompatibilidad entre los dispositivos electrónicos y la tela.

Cuando la tecnología mejore y el tamaño de los píxeles de grafeno se reduzca, este tipo de prendas podría ayudar a camuflar cualquier cosa, desde un avión en una pista a una persona en un bosque. Aunque por el momento solamente funciona en el espectro infrarrojo, podría ser posible construir una versión que también funcione en el espectro visible al mismo tiempo.

Al aplicarle energía, el grafeno puede cambiar su apariencia tanto en el espectro infrarrojo como en el espectro visible. Al modificar su densidad de carga, se modifica el color que vemos, y si se lega a inventar un aparato que controle todas las longitudes de onda, la capa de invisibilidad podría hacerse realidad. 

De por sí, este logro mitad ropa-mitad máquina ya es todo un hito, teniendo en cuenta que los seres humanos son realmente brillantes en las cámaras infrarrojas: irradiamos cerca de 200 vatios. Para hacer realidad la chaqueta de Vollebak ha sido necesario un cóctel de física, materiales ópticos, sistemas de control electrónico, textiles e ingeniería. 

Por ahora, han demostrado que la prueba de concepto es posible, y allanado el camino hacia una invisibilidad que podría pasar de ser soñada a realmente factible. 

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