Una de las consecuencias ocultas de la 'gig economy' es que los trabajadores no dejan de pedir sexo o citas a sus clientes

Pete Syme
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Uno de cada tres jóvenes británicos ha sido víctima de trabajadores que le han pedido sexo o citas, según ha descubierto el organismo de control de datos del Reino Unido.

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  • Las empresas de reparto de comida y paquetería a menudo dependen de un gran número de trabajadores de la llamada 'gig economy'.
  • El supervisor de protección de datos del Reino Unido ha descubierto que algunos de estos trabajadores hacen proposiciones sexuales a los clientes.
  • "La gente tiene derecho a pedir una pizza [...] sin que luego les pidan tener relaciones sexuales", afirma el organismo de control.

Casi 1 de cada 3 británicos de entre 18 y 34 años ha recibido contactos no deseados de repartidores u otros trabajadores para pedirles citas o mantener relaciones sexuales, según ha advertido el organismo de protección de datos del Reino Unido.

La encuesta realizada a más de 2.000 adultos británicos por encargo de la Oficina de Protección de Datos del Reino Unido ha revelado que, en total, el 17% de las personas han sido objeto de una proposición romántica o sexual después de entregar sus datos personales a una empresa.

Esta cifra se eleva al 33% en Londres, donde estos incidentes son más frecuentes.

"La gente tiene derecho a pedir una pizza, a dar su dirección de correo electrónico para recibir un ticket o a que le lleven la compra, sin que un rato después le pidan tener relaciones sexuales o una cita", explica Emily Keaney, comisionada adjunta de la Oficina de Protección de Datos.

"Nuestra investigación de hoy pone de manifiesto que un número inquietantemente elevado de personas, sobre todo jóvenes, están siendo presa de estas plagas de mensajes", añade.

En junio, una pasajera de Etihad Airways contó a The Guardian que se sintió insegura después de que un trabajador contratado por la aerolínea encontrara su número de teléfono en el sistema de la empresa y le enviara mensajes de texto sin que ella lo hubiera pedido.

"Puede que algunos tengan la noción anticuada de que utilizar los datos personales de alguien que te han dado en un contexto laboral para invitarle a salir es romántico o entrañable", afirma Keaney. "En pocas palabras, no lo es: va contra la ley".

 

Un número cada vez mayor de empresas, sobre todo de reparto, transporte o logística, recurren a la economía colaborativa o a empleados por contrata. Estos trabajadores no tienen los mismos derechos laborales que los trabajadores a tiempo completo, los trabajos pueden ser precarios y mal pagados, y la rotación suele ser alta. Una de las consecuencias es que los trabajadores eventuales pueden acceder a información confidencial de los clientes, como números de teléfono y direcciones.

La Oficina de Protección de Datos no nombra explícitamente a ninguna empresa, pero señala a "grandes empresas" que operan en el sector de la alimentación y la paquetería.

Su encuesta revela que dos tercios de la población británica creen que no es moralmente correcto utilizar datos personales facilitados con fines comerciales para proposiciones románticas o de índole sexual.

El organismo regulador ha declarado que está tomando medidas enérgicas contra estos casos, pidiendo a las víctimas que denuncien y dirigiéndose a las empresas para recordarles sus responsabilidades en materia de protección de datos.

Si se descubre que una empresa no cumple las leyes de protección de datos, puede ser multada con hasta 17,5 millones de libras (más de 20 millones de euros) o el 4% de su facturación global.

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