Piden a la Unión Europea que sancione a NSO Group, la empresa detrás del software espía que afectó a activistas y periodistas en todo el mundo

Teléfono hacker
  • Decenas de colectivos europeos demandan a la UE que abra sanciones y vete a NSO Group, la firma israelí que confecciona armas cibernéticas de espionaje.
  • NSO Group ha estado detrás de hackeos a políticos independentistas catalanes y venden sus programas a estados. EEUU ya ha incluido la empresa en una lista negra.
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Más problemas para NSO Group, la firma israelí responsable de un programa espía llamado Pegasus que accedió a miles de dispositivos móviles hace años aprovechando una vulnerabilidad de WhatsApp y que habría permitido a diversos gobiernos espiar a periodistas, opositores y activistas a lo largo y ancho del globo.

Después de que Estados Unidos incluyese a NSO Group en una lista negra (a la que también añadió a Candiru, otra empresa también israelí que desarrolla otros programas espionaje que trabajan en sistemas operativos Windows), ahora es el turno de Bruselas. Al menos eso consideran varias organizaciones en defensa de los derechos civiles.

The Guardian detalla en este artículo como hasta 86 organizaciones, entre las que se encuentran Access Now, Amnistía Internacional y la Fundación de Derechos Digitales, han instado a la Unión Europea a imponer sanciones globales y a adoptar "cualquier medida" para prohibir la venta, transferencia, exportación o importación de la tecnología de NSO Group.

En una cara firmada por estas organizaciones, se denuncia que NSO Group ha cometido "violaciones y abusos" sobre derechos fundamentales y representa "una seria preocupación con motivos de los objetivos de política exterior y seguridad", como por ejemplo la vulneración del derecho a la libre y pacífica asociación, o el derecho de libre expresión y opinión.

"Estos derechos se han visto vulnerados repetidamente por la tecnología de NSO", enfatiza dicha carta, en la que se lamenta cómo el uso de estos programas por parte de gobiernos podrían haberles facilitado a los mismos "facilitar condenas o ejecuciones extrajudiciales, o la desaparición forzosa de ciudadanos".

De hecho la carta enumera recientes informaciones que han publicado medios como el propio The Guardian, que indicaban cómo se había empleado Pegasus sobre varios activistas en defensa de los derechos humanos en Palestina.

NSO, por su parte, siempre ha asegurado que vende sus servicios a autoridades y estados, y que su finalidad es precisamente ayudar a combatir el terrorismo y el crimen internacional. Sin embargo, el año pasado se supo también que Pegasus había afectado a políticos independentistas catalanes. Una fuente anónima adujo en Motherboard que España había sido cliente de la firma.

Este mismo año una investigación de varias ONG, entre ellas Amnistía Internacional, revelaban que Pegasus había afectado a cientos de móviles en todo el planeta y en decenas de estados: entre ellos reyes, políticos, líderes de la oposición, periodistas y activistas de todo tipo.

NSO Group está al borde de la quiebra. La compañía tecnológica está asomándose al default, según publicó hace unos días Bloomberg. Para entender las razones sobre por las que se hunde este lucrativo negocio que supone el ciberespionaje hay que entender qué pasó hace unas semanas.

Y lo que pasó es que el Departamento de Estado de EEUU incluyó a principios de noviembre a NSO Group en una lista negra, según la cual las empresas norteamericanas no podrán hacer negocios con la firma. Junto con NSO se incluyó otras firmas, como Candiru, que también desarrollan programas espías desde Israel.

Aunque la entidad gubernamental adujo que esta no era una represalia contra los países que habían hecho uso de estos servicios, EEUU sí reconocía en ese momento que herramientas como Pegasus suponían una amenaza para la seguridad nacional. Con la carta de las organizaciones de derechos europeos, quizá le llegue el turno a Bruselas de hacer lo propio.

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