De "conseguir la paz mundial" a la "mayor estafa hipercapitalista": parte de la vieja guardia del Bitcoin cuestiona ahora la utilidad de las criptomonedas

En imagen, protestas en El Salvador por la adopción del bitcoin como moneda de curso legal.
En imagen, protestas en El Salvador por la adopción del bitcoin como moneda de curso legal.

REUTERS/Jose Cabezas

  • Las criptomonedas y el bitcoin encienden el debate entre sus primeros defensores: algunos ven ahora los criptoactivos como una "estafa" mientras otros consideran que pueden cimentar la revolución del mañana.
  • Desde Jack Dorsey, fundador de Twitter, hasta Jackson Palmer, creador de Dogecoin, ponen de manifiesto la contraposición de opiniones sobre el devenir de las criptomonedas.
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Parte de la vieja guardia que impulsó en sus inicios el universo de las criptomonedas ha dejado de creer en su utilidad para cambiar el mundo, pese a lo que promulgaban años atrás. Algunos la tachan incluso de una tecnología "hipercapitalista" que solo puede traer el mal, una posición enfrentada por completo a quienes consideran que puede ser la “cúspide de la raza humana” o incluso una herramienta para generar la “paz mundial, y los que ven que es una tecnología “hipercapitalista” que solo puede traer el mal”. 

Un reciente artículo del Financial Times ha puesto de relieve este contraste de opiniones tras hablar con algunos de los pioneros que ayudaron a crear el universo que hoy rodea al mundo de las criptomonedas desde los inicios. 

Por ejemplo, el citado medio ha hablado con "Neil", una figura anónima que en 2014, recién salido de la universidad, se unió a Coinbase, cuando por aquel entonces era una startup de criptodivisas que no tenía un gran recorrido. Neil, estudiante de informática, se sintió atraído por primera vez por la idea del dinero virtual. Lo entendió como un problema de programación que era interesante de resolver.

Sin embargo, rápidamente se vio envuelto en el espíritu revolucionario de la escena que el mundo crypto representaba en sus primeros momentos. Era una tecnología que prometía enfrentarse al viejo y malvado sistema financiero para reemplazarlo por algo mejor

La sorpresa fue llegando con el paso del tiempo, cuando las opiniones y análisis han diferido entre los que se habían sentido engatusados por el macroentorno crypto

Entre los que siguen siendo firmes defensores ese espíritu de tecnología revolucionaria que puede cambiar el mundo aún pervive en algunos ilustres inversores y celebridades del entorno tecnológico. Un ejemplo es Jack Dorsey, CEO de Twitter, que en una reciente conferencia durante el pasado mes de julio aseguraba que la máxima ambición de bitcoin es “crear la paz mundial”.

Y no es la única persona que habla en esos términos.

Michael Saylor, cofundador y líder de MicroStrategy, posee más de 5.000 millones de dólares en bitcoins, explicaba en la conferencia de bitcoin de Miami en junio —ahora famosa por el anuncio de que El Salvador adoptaría oficialmente la criptomoneda de referencia como moneda oficial— que el token aún tiene mucho que ofrecer a la sociedad.

“El Bitcoin es el reflejo de la cúspide de la raza humana y arreglará todos los males”, llegó a sostener durante el evento.

De hecho, hay incluso perfiles que se han subido al carro tras ser muy negativos con el Bitcoin como Jamie Dimon, CEO de JPMorgan. En septiembre de 2018 dijo en una entrevista con Fox Business que “se arrepentía” de haber calificado al bitcoin de “fraude” en 2017. “El blockchain es real, uno puede tener criptoyenes y dólares y cosas así”, destacó.

Algunos de los más firmes defensores hace años se han bajado del barco

En 2014, esa sobrerreacción frente a las criptomonedas era menos común. Pero según Neil, la relativa oscuridad de los criptoactivos atrajo cierta frialdad, una sensación de operar desde el subsuelo.

“Creo que a los tipos nerds como yo nos engañaron porque el Bitcoin nos hizo sentir geniales, como la venganza de los nerds, de modo que nos incentivaron a no hacernos preguntas difíciles”, afirma en las páginas de FT en declaraciones que también recoge Business Insider

“Y más adelante, la gente que no tiene altos conocimientos técnicos se dejó engañar porque no entendía la tecnología”, añade.

Chris DeRose, consultor informático convertido en un evangelista del universo relacionado con el Bitcoin, también estaba encantado con la cultura crypto a los inicios. De hecho, fue tal la atracción que tuvo que en 2013 decidió abandonar su puesto de trabajo para convertirse en un podcaster del panorama criptográfico. 

El medio británico ensalza que DeRose amaba la cultura del discurso abierto que alimentaba a las comunidades de bitcoins y criptomonedas por aquel momento, pero que, a medida que los criptoactivos alcanzaron un mayor reconocimiento generalizado, vio que el debate daba paso al dogma y la exageración acrítica.

“Si miras en profundidad 'qué es bitcoin', encontrarás una cantidad gigantesca de literatura y fragmentos de medios descontextualizados que pintan una imagen hermosa”, analiza DeRose en el rotativo inglés.

“Eso sí, si lo observas con perspectiva más allá de la pantalla, lo que verás es una disminución en la aceptación por parte de los traders, cero evidencias de implementación o eficiencia de blockchain y, en su mayoría, solo una gran cantidad de eventos promocionales que ofrecen curas para lo que sea que te atormente”, agrega.

Es una visión similar a la de Warren Buffett, uno de los grandes inversores más conocidos en todo el mundo, que, a pesar de que no es pionero ni mucho menos en el ecosistema crypto, sí es una voz autorizada. 

En una comida en 2020 con el fundador de Tron, Justin Sun, se mostraba escéptico con el auge de las criptomonedas y el bitcoin: “Las criptodivisas no tienen valor, no producen nada (…) lo que esperas es que alguien venga por ahí y te pague más dinero en el futuro y a partir de ahí es su problema… así que el valor es cero”. 

“Creo que el bitcoin se ha utilizado para mover bastante dinero de forma ilegal”, llegaba a argumentar el oráculo de Omaha.

Mientras Bill Gates, fundador de Microsoft, también se ha manifestado en esa misma línea siempre: “Promueve muchas transacciones anónimas que no son reversibles y puede generar problemas”.

Pero quizás la exhibición más destacada de uno de los precursores de la tecnología de las criptomonedas es la de Jackson Palmer, creador de Dogecoin que en julio irrumpió con un hilo de Twitter sobre el panorama de las criptomonedas.

En el citado hilo, Palmer calificaba a la criptografía tal que así: “es una tecnología hipercapitalista inherentemente de derechas que utiliza una red de conexiones comerciales turbias para extraer dinero nuevo de los ingenuos y desesperados en término financieros”

Lo comparaba con un culto y un plan de enriquecimiento rápido, y comentaba que abandonaba se bajaba del barco.

No obstante, y a pesar de estos detractores, en muchos sentidos los entusiastas del mundo crypto han salido vencedores. Cada día que pasa, más y más empresas hacen incursiones en las criptomonedas, ignorando las estafas, los piratas informáticos y la fuerte volatilidad.

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