He probado un calendario diseñado para aumentar la productividad calculando el número de semanas que te quedan de vida: así me ha funcionado

Alexander Lloyd
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Alex Lloyd con su calendario 4K Weeks encima de su escritorio, a la derecha.
Alex Lloyd con su calendario 4K Weeks encima de su escritorio, a la derecha.

Alex Lloyd.

  • Alex Lloyd ha probado a utilizar el calendario "4K Weeks" durante un mes para ver si podía ser más productivo.
  • El calendario es un póster con 4.576 cuadrados, el número de semanas de la vida de un ser humano medio.
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Trabajo entre 50 y 55 horas a la semana como redactor digital a tiempo completo como freelance. La productividad es una prioridad para mí. Me encantan las listas y los calendarios con códigos de colores.

Suelo utilizar calendarios dibujados a mano para tener mi trabajo ordenado siempre a mano. Escribo mis ideas y plazos en un papel y los pego en la pared, y luego marco físicamente las tareas diarias que me propongo.

A pesar de todas mis herramientas de organización, a menudo me descubro a mí mismo pasando el tiempo con mi teléfono móvil durante la jornada laboral. 

En la búsqueda de formas de mejorar mi productividad, descubrí el programa "4K Weeks Poster", un calendario de pared que no marca días, semanas o meses, sino que muestra una línea de tiempo de toda tu vida. 

Decidí probarlo durante un mes como experimento de productividad

¿Ayudaría este calendario a aumentar mi concentración y mi ritmo de trabajo, o me haría replantearme cómo empleo mi tiempo? 

Según 4kweeks.com, la marca que está detrás del cartel: "La vida media (optimista) dura unas 4.576 semanas". 

Antes de comprar el póster "Mi vida en semanas", que se vende a 49,90 dólares (unos 45 euros), tienes que introducir tu fecha de nacimiento para calcular cuántas semanas has vivido. Pero el verdadero objetivo es calcular cuántas semanas te quedan. 

Cada semana está representada por un pequeño recuadro negro: las semanas desde tu cumpleaños hasta el día de la compra vienen rellenadas. A continuación, tu trabajo consiste en rellenar el resto a medida que pasa el tiempo.

La premisa es sencilla: una vez que te recuerden tu mortalidad, estarás más centrado en alcanzar tus objetivos y menos inclinado a perder el tiempo. Esa es la teoría, al menos.

Con 29 años y camino de los 30, ya había utilizado 1.549 de mis semanas: solo me quedaban 3.027

También faltaban dos semanas para la entrega del calendario. Para entonces habré cumplido 1.551 semanas, pensé.

Mantuve mis listas habituales en la pared, pero las aparté para dar prioridad al nuevo calendario. Pensaba seguir mi horario habitual, pero estaba dispuesto a dejar que este nuevo sistema cambiara las cosas si sentía una motivación renovada.

Cuando por fin llegó el calendario, me sorprendió lo corto que parecía el papel

El calendario tuvo un efecto inmediato en mí: sentí que mi vida era finita y tuve un pánico fulminante a lo que iba a hacer con ella. Pegué el calendario en la pared, justo encima de mi escritorio, para que se cerniera sobre mí mientras trabajaba. 

Durante las dos primeras semanas, este impacto se quedó conmigo. 

Suelo coger el teléfono durante la jornada laboral más o menos una vez por hora para visitar cosas como Twitter. Esto suele durar entre cinco y diez minutos cada vez.

Con el calendario a mi lado, cogía el teléfono con la misma regularidad, pero un vistazo a mis semanas restantes me sacó de este comportamiento mucho más rápido

Parece que he reducido mi tiempo con el teléfono a uno o dos minutos. El scroll sin sentido en el móvil también me pareció menos satisfactorio durante este tiempo. 

Escribo una lista de tareas diarias que incluye todo lo que tengo que hacer ese día y las cosas adicionales que espero conseguir. Por lo general, esta segunda lista se compone de cinco elementos adicionales y dos o tres quedan sin marcar cuando termino. 

En las dos primeras semanas, me di cuenta de que terminaba todas estas tareas adicionales o que solo me quedaba una.

No sentí la necesidad de trabajar más horas porque el calendario no me inspiraba a trabajar más, sino que las cajas negras eran un recordatorio de que no puedes recuperar tu tiempo, así que es importante que lo utilices sabiamente. 

Este enfoque renovado solo significaba que trabajaba de forma más eficiente y me dejaba tiempo cada día para completar trabajos más pequeños

Si me retrasaba en una tarea, miraba deliberadamente el calendario. Esto me daba un impulso de urgencia. 

Cuando llenaba una casilla vacía con tinta negra y el número de semanas "que me quedan por vivir" se reducía en una, el impacto del calendario se sentía renovado.

Sin embargo, en la tercera semana, la novedad empezó a desaparecer. Tanto es así que me olvidé de marcar la casilla hasta la mitad de la cuarta semana. 

Todavía tenía momentos en los que miraba el calendario y recibía un nuevo impulso de motivación, pero a veces se convertía en la distracción

Empecé a mirar las semanas y a reflexionar sobre las grandes cuestiones de la vida que son demasiado intensas para un día de trabajo.

En general, este calendario tuvo un efecto mínimo en mi productividad. Mis horas de trabajo en el transcurso de cada semana siguieron siendo las mismas, y mi eficiencia durante esas horas se promedió: a veces aumentaba mi concentración, a veces la quitaba.

El calendario fue eficaz, pero durante un periodo de tiempo muy corto

Puede ser aleccionador considerar tu tiempo limitado en este planeta, pero mirar el póster con demasiada frecuencia diluyó ese impacto. Se desvanecía en el fondo.

Creo que este calendario funciona, pero no encima de mi escritorio. No me desharé de él, sino que lo desenrollaré de vez en cuando como recordatorio de que debo trabajar más y reflexionar sobre mis objetivos más amplios.

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