Twist, el Slack para gente harta de que la distraigan en el trabajo
- Twist es una alternativa al popular chat para empresas Slack pero sin sus características más estresantes, como indicadores de presencia online o 'check' de mensajes leídos.
- La herramienta nació dentro de Doist, una startup que trabaja en remoto desde 26 países distintos y a la que no le gustaba Slack.
- Twist salió al mercado en junio de 2017 y ya la usan más de 4.000 equipos.
"Veo a gente que se queja de estar todo el rato mirando el teléfono e incluso gente que cuando no está trabajando desinstala Slack porque es muy estresante. Cada empresa tiene su forma de trabajar y Slack ha abierto un gran mercado, pero a nosotros no nos funcionaba. Queríamos algo más organizado".
João Valente trabaja en Doist, la empresa detrás del popular gestor de tareas Todoist, y habla con Business Insider desde Oporto, donde trabaja. Desde hace unos meses es, además, jefe de producto de Twist, la alternativa a Slack que han creado dentro de la propia empresa y que ya venden a otros clientes como ellos (la empresa prefiere no dar números concretos). Como tantos otros productos digitales, Twist nació por pura necesidad: Slack les estresaba y necesitaban una alternativa que les proporcionara "paz mental".
"En 2014", cuenta Valiente, "la empresa crecía relativamente rápido. Pasamos de ser 15 a 50 en poco tiempo. Nuestro aspecto de compañía remota era cada vez más importante y Slack no nos funcionaba".
Doist había nacido años atrás, en 2007. Su fundador, Amir Salihefendic, necesitaba contratar gente y se dio cuenta de que no iban a estar todos en el mismo sitio, así que la compañía creció como empresa distribuida: hoy, sus 54 empleados trabajan desde 24 países diferentes, razón de más para que la comunicación sea fluida y el trabajo salga adelante.
"Cuanta más gente éramos, más despacio trabajábamos", recuerda Valente. "Íbamos hacia atrás en vez de hacia adelante. La comunicación se estaba convirtiendo en un problema".
Slack salió al mercado en 2013 y no tardó en convertirse en un estándar: en menos de dos años alcanzó el millón de usuarios activos al día en una de las historias de crecimiento más épicas que recuerda la industria tecnológica.
Como Microsoft Office o la Blackberry en el pasado, Slack consiguió algo inusual: meterse en la vida privada de la gente siendo un software empresarial.
La escalada ha ido acompañada de buenas inyecciones de capital riesgo: hasta la fecha, Slack ha recaudado 790 millones de dólares y está valorada en cinco mil millones de dólares, todo un unicornio para ser un sencillo chat laboral.
Su explosión, por otro lado, abriría las guerras del chat: todas las grandes empresas - incluidas Facebook, Google y Atlassian, madre del viejo Hipchat - se lanzaron a crear su "Slack" particular. Facebook lanzó Workplace, Hipchat lanzó Stride y Google acaba de anunciar Hangouts Chat.
Pero para Doist, Slack tenía varios problemas. El fundamental: al ser un chat, las conversaciones se desarrollaban con frases cortas y era imposible encontrar la información necesaria para trabajar.
"Era muy estresante. Trabajábamos en zonas horarias diferentes. Imagínate que estás en Taiwan y las conversaciones suceden en horario europeo: cuando llegas por la mañana tienes un montón de líneas en el chat. La gente no podía procesarlo ni contribuir", afirma Valiente.
"Trabajamos en remoto y no forzamos las zonas horarias, pero al mismo tiempo todo el mundo tiene derecho a opinar. Necesitábamos una forma de comunicación más ordenada: llegar por la mañana y que todo estuviera ahí".
El equipo ya tenía una herramienta propia llamada Wedoist, una especie un foro para colgar documentación o hacer anuncios. "Usábamos Slack, Hangouts o Skype para socializar", continúa, "y Wedoist para guardar información".
Viendo que lo que necesitaban era un híbrido de ambos (chat + foro), empezar a desarrollar Twist.
Cómo hacer un chat antiestrés
Los estándares de la mensajería online (las características que tienen Whatsapp, Facebook Messenger e incluso los mensajes directos de Twitter) han evolucionado hasta hacernos adictos. Slack no es una excepción.
En Twist quisieron eliminar todos esos elementos para que no fuera estresante, por un lado, y almacenara la información correctamente, por otro. El 'core' son los hilos, una característica que también tiene Slack.
"Los hilos son como ciudadanos de segunda en Slack. Nosotros los identificamos como elemento principal".
Otras características son:
1. No destacar la cantidad de mensajes "no leídos"
2. No indicar si alguien está online o no
"No necesito saber si alguien está online para hablar con él. Si quiero hablar puedo hablar, no necesito tener la expectativa sobre si lo va a ver o saber si voy a recibir una respuesta inmediata".
3. No indicar si un mensaje ha sido leído o no.
A diferencia del resto de la industria, en Twist "eliminamos los indicadores de 'visto'. Era natural, era como: no necesitamos esto, nos estresa".
4. Poner muy clarito si alguien está de vacaciones
Para no molestar.
¿Y ahora qué?
Twist salió al mercado en junio de 2017 y se han creado unos 4.000 equipos en la plataforma, aunque la compañía prefiere no dar números concretos de cuántas empresas pagan por ello. El modelo es 'freemium': hay una versión gratuita limitada y el precio de entrada en la de pago es de 5,50 euros por usuario.
"Abandonamos Slack por completo en marzo de 2016 y poco después abrimos una beta técnica para que otras empresas interesadas, potenciales clientes, lo probaran. Nos dieron 'feedback' y en enero de 2017 empezamos una beta vía invitación para que la gente nos solicitara la entrada".
A partir de ahí, el crecimiento ha ido solo, aunque el producto aún no es rentable para la empresa. "No hicimos mucho marketing. Todoist paga nuestros salarios", explica Valiente. A diferencia de Slack, la empresa no ha recibido nunca un euro de inversión privada: pertenece al selecto club de startups 'bootstrapeadas', esto es, que tienen ingresos suficientes para vivir.
Esto, en opinión de Valente, les permite no tener que correr para alcanzar el mayor número de usuarios activos.
"Lo que más me enorgullece de esto es que nuestro objetivo no es tener a la gente enganchada", concluye. "Queremos una herramienta para que la gente trabaje y esté segura de que, al volver, la información estará ahí. Y estamos en buena posición para crearla".
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