Las 10 comidas que no deberías pedir en un restaurante, según los expertos

• Salir a comer es uno de los grandes placeres de la vida.
• Sin embargo, tu experiencia gastronómica podría verse afectada por una mala elección del menú.
• Elegir mal en un restaurante puede tener cualquier consecuencia, desde un plato decepcionante hasta un caso de intoxicación alimentaria.
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Sigue leyendo para descubrir cuáles son los alimentos que no debes pedir en los restaurantes, según los expertos.

Los brotes crudos pueden estar llenos de vitaminas, pero también pueden estar plagados de bacterias.

Los brotes crudos parecen bastante saludables: estas verduras tiernas son crujientes, frescas y llenas de nutrientes. Sin embargo, también podrían estar plagados de patógenos peligrosos.

Según The Huffington Post, ingerir los brotes crudos conlleva un alto riesgo de contraer enfermedades transmitidas por los alimentos porque se cultivan en interiores en condiciones cálidas y húmedas. Un germen puede contaminar fácilmente un lote completo, y enjuagarlos antes de comer no matará las bacterias que han penetrado en la semilla del germinado.

De hecho, en un estudio se hallaron bacterias peligrosas en el 57% de las semillas de alfalfa, brotes de soja y trigo que se venden comercialmente.

Según los expertos, pedir patatas fritas con trufa es tirar el dinero.

Siento decepcionarte, pero resulta que el aceite de trufa ni siquiera está hecho de trufas.

Según Serious Eats, el aceite de trufa que los restaurantes rocían en los platos en realidad se elabora con una sustancia química llamada 2,4-ditiapentano, derivado natural o extraído del petróleo. Ese compuesto se mezcla con aceite de oliva para producir un aceite que huele a trufas pero que en realidad no las contiene.

Si buscas probar algo más real, es mejor optar por platos que contengan trufas enteras o en rodajas y omitir el aceite de imitación.

Una bebida con un adorno elegante podría provocarte una intoxicación.

Si te gustan los cócteles llamativos con algún adorno, podrías tener un mayor riesgo de ponerte enfermo.

"La mayoría de las veces, [las guarniciones] se mantienen a temperatura ambiente y son varias las personas que las tocan continuamente, incluidos los clientes si están sentados en el bar", indica el microbiólogo Jason Tetro a Global News.

Tetroadvierte que las guarniciones pueden contener cualquier cosa, desde enfermedades gastrointestinales hasta paperas, por lo que debes evitar llevártelas a la boca.

De manera preocupante, un estudio concluye que las rodajas de hielo y limón con frecuencia albergaban E. coli. Para estar seguro, pide que no adornen tu bebida.

La comida de los bufés de los restaurantes podría haberse contaminado en la cocina.

No hay nada como un bufé con todas las opciones que puedas comer cuando tienes mucha hambre o vas con un gran grupo de gente. Sin embargo, conlleva algunos riesgos.

"El verdadero problema viene en la preparación de los alimentos, de modo que puede haber una posibilidad de contaminación cruzada" cuenta el profesor de ciencias de la alimentación Keith Warriner a Global News.

La contaminación cruzada significa que los alimentos pueden haber entrado en contacto con un elemento potencialmente cargado de bacterias como el pollo o los huevos crudos.

Warriner recomienda optar por comida tipo bufé que se haya cocinado completamente o que nunca haya entrado en la cocina, como la fuente de chocolate. Ten en cuenta no elegir cosas como verduras crudas o frutas.

Pedir mejillones en un restaurante es arriesgado.

A menos que te guste jugar a la ruleta rusa con el marisco, probablemente deberías evitar pedir mejillones en los restaurantes.

"Nunca pido mejillones en los restaurantes", comentó Mary Dumont, chef y propietaria de Cultivar en Boston. "Sé que a la gente le encantan, por eso soy meticulosa en su almacenamiento y tengo mucho cuidado si los sirvo, pero un mal mejillón es suficiente para dejarte fuera de combate".

Quédate con otros productos del mar que no tengan un riesgo tan alto de intoxicación alimentaria, como el pescado cocido, ahumado o salado.

También sería conveniente evitar las ostras.

Las ostras son todo un manjar si se preparan correctamente, pero estos moluscos pueden llenarse de bacterias si se manipulan o almacenan de manera incorrecta.

El chef Mark Nichols, afirma a Reader's Digest que no recomienda pedir ostras cosechadas a más de 100 kilómetros del restaurante.

De hecho, para que sea seguro consumirlas, las ostras deben estar vivas cuando se comen crudas.

Evita pedir zumo recién exprimido a menos que veas cómo lo preparan.

A diferencia del zumo de fruta comprado en la tienda y pasteurizado durante la producción, los zumos frescos pueden albergar bacterias como Salmonella o E. coli.

El profesor de ciencias de la alimentación Keith R. Schneider ha comentado a Tonic que el zumo fresco y no pasteurizado nunca se debe consumir si no se sabe con certeza cuándo ha sido exprimido y cómo se ha almacenado.

Las bacterias de las máquinas de prensado o de las manos que recogieron la fruta pueden contaminarlo y causar enfermedades potencialmente mortales. El riesgo de caer enfermo también aumenta si no se ha refrigerado durante más de dos horas.

Esa sopa del día podría no ser realmente del día.

Algunos restaurantes incluyen en su menú diario especialidades como la sopa del día para gastar ingredientes con caducidad próxima.

"Pregunta por la sopa de ayer antes del especial del día. Puede darse el caso de que sea la sopa del mes", aconseja el famoso chef Gordon Ramsay a Town & Country.

La salsa holandesa puede ser un caldo de cultivo perfecto para las bacterias.

La salsa holandesa es el desayuno favorito. Esta salsa amarilla y sedosa generalmente está hecha de mantequilla derretida, agua, zumo de limón, condimentos y yemas de huevo crudas. Es una candidata ideal para la contaminación bacteriana debido al uso de huevos poco cocidos y su temperatura templada.

En un artículo para The Guardian, Anthony Bourdain advirtió a los comensales que no pidieran salsa holandesa.

Los expertos aconsejan no gastarse el dinero en un filete de wagyu.

La carne Wagyu proviene de varias razas de ganado japonés y es conocida por su textura tierna y su increíble sabor. También por ser extremadamente cara.

El famoso chef Wolfgang Puck ha dicho a The Telegraph que no merece la pena pedir un filete wagyu.

"El Wagyu japonés tiene mucha grasa y no es aconsejable comer mucho. Yo no me comería un filete así".