24 cosas que debes evitar en una entrevista de trabajo

| Traducido por: 
Alejandro Carantoña
Quizás no te des cuenta, pero tus malos hábitos te pueden estar costando el puesto.
Quizás no te des cuenta, pero tus malos hábitos te pueden estar costando el puesto.

Encontrar un nuevo empleo puede ser una experiencia muy estresante.  Desde redactar tu currículum ideal hasta hacer una entrevista perfecta, hay muchos puntos en los que se pueden cometer errores.

Para ayudarte a evitar que los malos hábitos salgan a relucir en el peor momento, hemos pedido a los expertos que señalen algunos de los comportamientos menos profesionales que puedes exhibir y que, casi con total seguridad, te podrían costar el puesto.

Esto es lo que puede que estés haciendo que te hace parecer poco profesional en cualquier entrevista de trabajo.

Ser descuidado en tu curriculum

Tu currículum es la primera toma de contacto con recursos humanos o con tus empleadores, como explica a Business Insider Rosalinda Oropeza Randall, una experta en etiqueta y autora de Don't Burp in the Boardroom ("No eructes en la sala de juntas"). Las erratas, errores gramaticales y problemas de formato te van a mandar al montón de los rechazados en cuestión de segundos.

"Si tu currículum es descuidado, darán por hecho que tú también lo eres", explica.

No hacer tus deberes

"Los empleadores toman nota de los candidatos que conocen las responsabilidades que conlleva el puesto y de la empresa en cuestión", explica a Business Insider Rosemary Haefner, responsable de recursos humanos de CareerBuilder. "Esto transmite que tomas la decisión de optar al puesto teniendo en cuenta los datos, más que por desesperación."

Intentar llamar la atención en exceso

Si quieres que tu currículum destaque, por ejemplo, "deja que sea por su contenido y su formato", dice Randall. "Usar papel de colores o un sinfín de tipografías, o incluso añadir confeti a tu currículum, son cosas que van a llamar la atención, pero no la que tú esperas."

Saltarse el desayuno

Como dice Lisa de Fazio, una experta en vida saludable y dietista titulada, Business Insider, el desayuno es la comida más importante del día.

Cuando te levantes, es posible que lleves diez o doce horas sin comer, de ahí su nombre: como explica De Fazio, significa "romper el ayuno".

Cuando los niveles de azúcar en sangre son bajos, señala, es mucho más complicado concentrarse y es posible que te sientas más cansado, irritable e impaciente, lo que te hará imposible dar lo mejor durante la entrevista.

Fumar y beber

Entrevista de trabajo

Nunca fumes nada antes de una entrevista de trabajo, aconseja Vicky Oliver, autora de 301 Smart Answers to Tough Interview Questions ("301 respuestas inteligentes a preguntas de entrevista de trabajo difíciles").

"Tu entrevistador va a olerlo", explica. "Si es una persona fumadora, quizás no le importe, pero la mayoría lo han dejado."

Beber antes de la entrevista tampoco es buena idea. Si bien el alcohol puede aplacar los nervios, lo hace adormeciendo los sentidos, dice Oliver, y corres el riesgo de no parecer muy inteligente.

Mala presentación e higiene

Haya sequía o no, si hay algún momento en el que quieres ducharte es para una entrevista de trabajo.

"¿Quieres que la gente se concentre en el olor que te rodea o en tus brillantes palabras?", pregunta Randall. "No esforzarte en tu aspecto se puede interpretar como que tampoco te esforzarás en tu trabajo y en tu disciplina."

Llegar tarde

La impuntualidad es un mal hábito en general, pero haz todo lo que esté en tu mano para evitar llegar tarde a tu entrevista de trabajo.

Eso le transmitiría al empleador que no eres una persona responsable, que no te estás tomando el proceso en serio y que no respetas su tiempo. Y esa no es la primera impresión que querrás causar.

Organízate para llegar al menos quince minutos antes. Si resulta que vas a llegar excesivamente temprano, Amanda Augustine, experta de TopResume, y la directora de talento de Business Insider, Stephanie Fogle, proponen que esperes en algún café o dando un paseo.

¿Por qué? Presentarte demasiado pronto tampoco es muy buena idea. Puede sentar mal al empleador, ya que tu llegada puede alterar su planificación.

Mandar mensajes cuando te aburres

Está bien llegar con algo de antelación a tu entrevista, pero ten cuidado con que el aburrimiento se lleve lo mejor de ti.

Mandar mensajes de texto mientras que esperas hará ver que preferirías estar en otro sitio, explica Oliver. La mayoría de salas de espera tienen revistas, cuenta Randall, y si ves alguna publicación de la empresa, tanto mejor. Leerla mostrará tu interés.

Arreglarte en público

Oliver plantea que es buena idea llevar un pequeño neceser para unos retoques rápidos antes de la entrevista. Pero no te pintes los labios ni te peines en la zona de espera; llega unos minutos antes del comienzo de la entrevista, vete al servicio y termina de arreglarte antes de que empiece.

Llevar demasiadas cosas

Entrevista de trabajo

Tu portfolio y las copias de tu currículum son todo lo que debes aportar en tu entrevista de trabajo. Todo lo demás sobra. Randall propone que dejes tu café o tu botella de agua en el coche y que deposites tu teléfono móvil, para que así tengas la mano libre para poder estrecharla.

Vestir de manera demasiado informal

Como se suele decir, vístete para el trabajo que quieres, no para el que tienes.

"Una indumentaria descuidada grita '¡Todo me da igual!' y son una garantía de rechazo", dice Randall.

Y vestirse de manera demasiado formal para una entrevista puede transmitir al empleador que no te has informado sobre la cultura de la empresa y que no eres una buena opción.

Hablar sin pensar

Este es un hábito terrible, y puede ser especialmente dañino si estás buscando trabajo.

Decir algo inapropiado a la persona de recepción, por ejemplo, puede destrozar tus opciones de conseguir el puesto. Los recepcionistas suelen ser los primeros ojos y oídos de la empresa, y lo que les digas posiblemente llegue a los responsables.

Preguntar sin parar si está seguro de que el entrevistador sabe que le estás esperando en la sala puede hacer visibles tus nervios, dice Oliver. Y comentarios como "Hola, guapa" pueden no resultar el tipo de piropo que te imaginas.

Ser demasiado informal

"Aunque no recomiendo un saludo formal del tipo '¿Cómo está usted?', sí es buena idea tratar de subir un punto la corrección cuando te estés presentando a la persona que decidirá si consigues el trabajo o no", señala Randall.

Arrancarse con un "Ey, ¿qué pasa?" posiblemente no cause la mejor de las primeras impresiones.

Transmitir una actitud negativa

"Si dudas sobre tu capacidad o solo ves el peor de los resultados, tu entrevistador se va a quedar con esa energía negativa", cuenta Haefner.

"Asimismo, es importante no hablar mal de un jefe anterior, compañero o empleado en ninguna fase del proceso de selección", prosigue. "Incluso en el caso de que tu antiguo jefe o empresa sean conocidos por problemáticos, una entrevista de trabajo no es el momento para volcar tu furia."

Otra actitud negativa, la arrogancia, se confunde a menudo con la confianza. Preséntate al entrevistador con una mezcla de confianza y humildad, sonríe y muestra entusiasmo, explica Randall.

Ser demasiado exigente

Entrevista de trabajo

Hacer preguntas es una parte importante del proceso de entrevista: es una forma de mostrar tu implicación en la decisión y puede ayudarte a determinar si encajas en el trabajo y en la empresa.

Pero mientras que preguntas como "¿Cómo es el día a día?" y "¿De qué manera se mide el éxito?" transmiten tu interés en el puesto, hacer algunas peticiones antes incluso de tener el trabajo te hace parecer demasiado exigente.

Randall propone alejarse de preguntas como "¿Me puedo sentar cerca de una ventana? Me ayuda a meditar."

Abrirse en exceso

"Naturalmente que el objetivo de una entrevista es impresionar a la empresa con tu talento y capacidad", dice Randall. "Pero cuidado con abrirse en exceso: pueden saber cosas de ti que no necesitan."

Para evitarlo, propone seguir unas pocas y sencillas reglas: Habla de lo importante; evita tu infancia, no insistas pidiendo tratos de favor y no utilices el término "línea roja".

En su lugar, escucha y dale al entrevistador la ocasión de hacerte preguntas.

Mostrar timidez

Los nervios durante la entrevista son comprensibles, pero debes asegurarte de que tus entrevistadores reciben algo más que respuestas precipitadas o demasiado escuetas.

Las entrevistas, que normalmente implican hablar mucho sobre uno mismo, pueden ser especialmente duras para la gente tímida, y la triste realidad es que la timidez se percibe erróneamente, en ocasiones, como inseguridad o incluso incompetencia.

En un artículo de Business Insider, la profesora de la Harvard Business School Amy Cuddy sugería que te tomes tu tiempo para contestar a las preguntas, lo cual transmite que estás tratando a tu interlocutor con respeto y da sensación de aplomo.

"Cuando alguien te hace una pregunta", escribía, "confía en que quieren que la contestes minuciosamente. Así que no temas tomarte una pausa antes de responder. Piensa, no te lances."

Decir tacos

A lo mejor estás muy emocionado por tener una entrevista con tu empleador soñado, pero decir tacos es la manera ideal de que salga mal.

Hablar de ese modo transmite al entorno que no eres capaz de hablar pausadamente y lidiar con una situación complicada con calma, explica Randall.

"Utilizar palabras malsonantes o lenguaje inapropiado no solo es una mala costumbre, sino que en la mayoría de empresas se considera una actitud poco profesional y puede incluso costarte una visita a recursos humanos para una charla", prosigue.

Interrumpir

"Es de mala educación interrumpir. Cuando lo haces, estás diciéndole a tu interlocutor que no tienes respeto, juicio o paciencia", señala Randall.

Así como la participación puede darte algunos puntos, un mal cálculo de los tiempos se los puede llevar.

Mal lenguaje corporal

Entrevista de trabajo

"Lo que dices en una entrevista de trabajo es tan importante como cómo lo dices, y un mal lenguaje corporal desvía la atención de tus palabras", explica Haefner.

En una encuesta reciente de CareerBuilder, los empleadores señalaban que los mayores errores en el lenguaje corporal de los aspirantes consisten en evitar el contacto visual, no sonreír y adoptar una mala postura.

Gestos nerviosos como juguetear con las llaves, mover la pierna o rascarse la cabeza también se pueden entender como signos de aburrimiento, apunta Randall.

"Las entrevistas son muy estresantes, incluidos los entrevistadores", dice Oliver. "A través de tu lenguaje corporal, trata de transmitir cuánto te satisface la oportunidad de competir por ese extraordinario trabajo."

Adornar la realidad

En una reciente encuesta de CareerBuilder, el 69% de los empleadores afirmó que cazar a un candidato mintiendo sobre algo es motivo de descarte instantáneo, según Haefner.

"Mentir o exagerar durante el proceso de selección puede destrozar tus opciones de que esa empresa te contrate jamás", cuenta. "Y debido a la cantidad de comprobaciones y de referencias que entran en juego antes de que haya una oferta sobre la mesa, es más fácil de que te pillen de lo que creerías."

Mostrar demasiado interés

Preguntar "¿Qué tal lo he hecho?" y "¿He conseguido el trabajo?" proyecta una ansiedad que conecta directamente con la desesperación y la necesidad. Una cosa es mostrar entusiasmo por la posibilidad del trabajo, pero no querrás parecer demasiado hambriento.

Es más, este tipo de preguntas son pura torpeza, porque ponen al entrevistador en el disparadero. Es mejor pedir opiniones una vez se haya decidido si te hacen una oferta o no.

Desconectar mentalmente

Oliver explica que desear que la entrevista termina es uno de los mayores errores que un aspirante puede cometer.

"Por supuesto que quieres que termine, pero mientras que estés frente al entrevistador, tienes que esforzarte en estar mentalmente presente", dice. "Los entrevistadores saben cuándo te dispersas."

Distraerte durante la entrevista se traduce o bien como un gesto de mala educación por descuido (no te interesa el trabajo) o respuestas inadecuadas (no contestas a lo que se te pregunta).

No ser amable

Como escribía la editora de Business Insider Jessica Liebman, uno de los mayores errores que se pueden cometer al competir por un puesto de trabajo es no decir "gracias" al término de la entrevista.

"Hayamos pasado media hora reunidos en una oficina, hayamos hablado por Skype porque estás pasando un semestre fuera o hayamos hecho una ronda rápida por teléfono, siempre debes dar las gracias más tarde, ese mismo día o al día siguiente, y reiterar tu interés", explica Liebman.

Ocurren algunas cosas cuando no envías un correo electrónico de agradecimiento: que el responsable de contratación da por hecho que no quieres el trabajo, que cree que no eres una persona organizada y se te ha olvidado, y que hay muchas más probabilidades de que se olviden de ti.

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