La gran sequía del mercado laboral español: 4 estrategias para llenar el vacío de mano de obra que habrá en el futuro

Un trabajador realiza una soldadura de aluminio.

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En España faltan manos. Concretamente, las empresas acusan un déficit de mano de obra de 109.000 personas, según datos de Cepyme. 

Pero esta sequía laboral se aprecia todavía más en sectores como la construcción, donde la patronal augura que las necesidades urbanísticas de los próximos años necesitarán el músculo de más de 700.000 empleados para funciones donde se requiere una cualificación específica, cada vez más técnica y vinculada a la mejora de la eficiencia energética.

En el segmento del transporte, los camioneros se quejan de un déficit de 15.000 personas. La profesión ha dejado de ser atractiva para muchos jóvenes y no se está produciendo el necesario relevo generacional de un eslabón estratégico para el abastecimiento.

Este déficit de mano de obra se debe a un desajuste entre demanda y oferta, lo que las empresas piden y las características de los trabajadores.

Pero en el futuro será todavía peor. "Sabemos que en los próximos años no va a haber mucha gente en edad de trabajar", apunta José Ignacio Conde-Ruiz, doctor en Economía por la Universidad Carlos III, catedrático de Fundamentos del Análisis Económico en la Universidad Complutense y subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).

Entre la jubilación de los baby boomers y la inversión de la pirámide demográfica, al desajuste se le sumará una escasez de personal sénior. El número de puestos veteranos sin cubrir en España podría estar entre 1,6 y 2 millones para 2030, según un estudio de ManpowerGroup.

La gran pregunta entonces es cómo llenar el vacío de vacantes, que irá agrandándose a medida que la generación del baby boom se vaya jubilando y las competencias derivadas de la digitalización requieran perfiles cada vez más específicos.

¿Es posible salvar el gran vacío de mano de obraque viene? Los expertos consultados por Business Insider España apuntan 4 estrategias:

1. Políticas de empleo y reforma del sistema educativo

La velocidad del cambio tecnológico ahora es más abrupta que en revoluciones precedentes y esto puede dejar atrás a una parte de la mano de obra, que podría quedarse sin la formación necesaria. 

"Tenemos un número de vacantes muy elevado. Un 75% de las empresas experimentan dificultades para encontrar trabajadores", avisa Juan Ramón García, economista principal de BBVA Research. Un déficit que las propias empresas achacan a la falta de cualificación y al desajuste entre oferta y demanda.

Lo peor que podría suceder, a ojos de García, es que el envejecimiento de la población provocara un descenso en el empleo que no pueda cubrirse porque los jóvenes no tengan cualificación para esos puestos.

Para evitarlo, García recomienda enfocarse en 2 ámbitos: políticas de empleo y sistema educativo.

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"Desde el punto de vista empresarial, toca reforzar las políticas activas de empleo y darle una vuelta a las pasivas, con un mayor énfasis al reciclaje profesional", resume.

Pero es que incluso el propio sistema educativo se enfrenta a un gran desafío. El 85% de las profesiones que existirán de aquí a 2030 todavía no se han inventado. ¿Es posible formar a los estudiantes para un mundo que todavía no existe?

Para García, el secreto estará en promocionar la adquisición de conocimientos asociados al cambio tecnológico, pero también de habilidades complementarias: "Habilidades no cognitivas como la resiliencia no son fácilmente replicables por un robot".

Otra estrategia relacionada con el sistema educativo está en las políticas de orientación formativa. Marcel Jansen, doctor en Economía e investigador en Fedea, explica que "la clave está en que nuestro sistema educativo se adapte a las necesidades de las empresas. Los futuros alumnos deberían mirar más la empleabilidad de las carreras que eligen".

"Países como Alemania o Suiza tienen tasas de desempleo muy bajas, porque hay políticas de incorporación a la empresa bien orientadas, por ejemplo con los contratos duales. Aquí llevamos mucho retraso", conviene Jesús Ruiz-Huerta, director del Laboratorio de la Fundación Alternativas.

2. La pelea por el talento: atraer inmigración

Sin embargo, advierte Jansen, "las cohortes de jóvenes son tan pequeñas que puede ser difícil mantener el crecimiento de la economía con una evolución tan negativa de la población activa". 

La pregunta es si no veremos una disminución en los niveles de empleo por las dificultades que encuentran las empresas de encontrar personal. Y añade que "la llegada de inmigrantes puede ser beneficiosa".

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La Autoridad de Responsabilidad Fiscal (Airef) calcula necesaria la entrada de 330.000 migrantes entre 2020 y 2050 sólo para poder mantener la sostenibilidad del sistema de pensiones y aliviar la crisis demográfica que se avecina.

"Pero España necesita crear condiciones para la llegada de inmigrantes", advierte Jansen. "Lo que falta en el debate en España es la atracción de talento", añade.

3.  Complementar la jubilación con nuevas ocupaciones

Si la primera estrategia pasaba por los jóvenes y resto de la población activa, y la segunda, por la inmigración, la tercera tiene que ver con el colectivo de pensionistas.

Una de las estrategias del Gobierno para los próximos años está en retrasar la edad de jubilación, de manera que los mayores de 65 abandonen el mercado laboral más tarde, pero también en que puedan complementar su pensión con trabajos menos intensos o por menos horas.

"Si lográramos equiparar las tasas de actividad de la población entre 55 y 74 años a las que tienen estos países, España ganaría 1,6 millones de personas activas, lo que ayudaría enormemente a mitigar los futuros impactos negativos que la caída de la fuerza laboral en edades intermedias tendrá sobre el crecimiento económico, así como a sostener nuestro estado de bienestar", señala el Gobierno en su informe España 2050.

De lo contrario, advierte Jansen, "en algunos sectores, la falta de personal con experiencia puede llevar a la disminución del nivel de actividad".

4. Más robots

La automatización de los puestos de trabajo no es tan negativa como a priori podría parecer. Sobre todo si tenemos en cuenta que en el futuro faltará mano de obra.

"Es muy posible que a través de la inteligencia artificial puedan amortizarse muchos empleos. Ese eventual déficit podría verse compensado con la automatización de puestos de trabajo", apunta Ruiz-Huerta.

Por ejemplo, ilustra, los camiones, como los coches, pueden ser mecanizados. Una automatización del transporte por carretera tal vez permitiría paliar el déficit de 15.000 camioneros.

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