4 excusas que te pones habitualmente para no ahorrar y están lastrando tu salud económica

  • Aunque no lo queramos hacer, muchas personas ponen muchas excusas cuando hablan de ahorrar y de sus finanzas personales.
  • Se dicen a sí mismas lo que quieren escuchar para justificar sus elecciones, su comportamiento y su evasión de responsabilidades determinadas.
  • Excusarse es perjudicial también en el ámbito financiero y tiene repercusiones que pueden durar mucho tiempo. 
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“Nos engañamos a nosotros mismos cuando nos ponemos excusas”. Esta cita la realizó el conocido filósofo estadounidense, Eric Hoffer, hace ya muchos unos años. Sin embargo, sigue estando vigente y es aplicable a múltiples ámbitos. Algunos tan inesperados como el hecho de ahorrar.

Aunque no lo quieran hacer, muchas personas ponen muchas excusas cuando hablan de ahorrar dinero y, en general, de sus finanzas personales. Se dicen a sí mismas lo que quieren escuchar para justificar sus elecciones, su comportamiento y su evasión de responsabilidades determinadas.

Por desgracia, las personas tienden a creerse a sí mismas. Repiten una y otra vez sus excusas con tal frecuencia que eventualmente son tomadas como verdades. Esto hace que continén en el autoengaño. Excusarse es perjudicial también en el ámbito financiero y tiene repercusiones que pueden durar mucho tiempo. 

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Estas son algunas de las excusas que la gente pone para no ahorrar.
 

1. Solo necesito ganar más dinero para ahorrar

Una mujer sobre una montaña de dinero en monedas

¿Cuál es la excusa?

Únicamente tienes un problema: no ganas el dinero suficiente. Tras resolver ese pequeño inconveniente, conseguirás abrir todas las puertas. No importa los malos hábitos financieros que tengas, puesto que, con más capital, sí podrás ahorrar. 

¿Cuál es la realidad?

Incrementar tus ingresos puede contribuir a mejorar tu situación financiera, pero seguramente no es el único factor. De hecho, si tienes pocas habilidades para administrar tu patrimonio, renuncias a la planificación y al presupuesto, el hecho de ganar más dinero solo agravará tu situación adversa. No la mejorará. Esto conlleva una honestidad consigo mismo.

Recuerda, "no es más rico el que más gana, si no el que más ahorra".
 

2. Empezaré a ahorrar cuando gane más dinero

Anotar y tener visibles tus prioridades hará más fácil que te mantengas firmes a ellas
Anotar y tener visibles tus prioridades hará más fácil que te mantengas firmes a ellas

¿Cuál es la excusa?

Tienes buenas intenciones. Sabes perfectamente que necesitas ahorrar dinero y lo planteas, pero sientes que no tienes capital suficiente para pagar tus gastos habituales. Tan pronto como cambie la situación, ahorrarás.

¿Cuál es la realidad?

Si el hecho de apartar dinero no es una prioridad ahora mismo, ganar más dinero no lo convertirá repentinamente en uno de esos objetivos. Al acostumbrarte a gastar el 100% de lo que traes, resultará muy complicado cambiar ese hábito que ya tienes instaurado.

Cuando los ingresos se disparan, los deseos y necesidades también lo hacen. 
 

3. No gano suficiente dinero para hacer un presupuesto

Hombre haciendo un presupuesto.

¿Cuál es la excusa?

Es muy común este tipo de afirmación. El salario del que dispones no alcanza a cubrir los gastos, por lo que no tienes, ni siquiera, la necesidad de hacer un presupuesto. En cuanto haya suficiente dinero para cubrir todos tus gastos más algo de excedente, será cuando harás el presupuesto.

¿Cuál es la realidad?

Omitir el presupuesto porque piensas que no tienes suficiente dinero resulta contradictorio. Si tu capital es escaso y estás luchando para cubrir la totalidad de tus gastos, entonces es indispensable presupuestar al máximo. Esto te permitirá priorizar en qué gastas tu dinero. Quizá te puedas llevar una sorpresa al hacerlo porque tengas la posibilidad de cubrir tus necesidades… más algún extra. 
 

4. Necesito comprar algo en concreto

Pareja buscando piso para comprar. Vivienda, casa

¿Cuál es la excusa?

Puedes convencerte de manera sencilla que tus deseos se traducen en necesidades. Desafortunadamente, casi todo el mundo lo hace. Es una excusa bastante habitual. Antes de darte cuenta, estás gastando dinero o, aún peor, financiando.

¿Cuál es la realidad?

Si crees que un gasto es una necesidad, considera cuidadosamente si es o no una necesidad legítima. ¿Qué pasaría si no lo compraras? ¿A qué estás renunciando para comprarlo? ¿Hay una alternativa? Si es necesario, ¿es posible esperar y ahorrar para lograrlo? Racionalmente, pensar en una “necesidad” puede revelar que no es una.
 

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