El despliegue de 5G se estanca en 2023: estas son las 6 principales causas que lo explican

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BI España (Getty / Freepik)

  • El despliegue de 5G se ha estancado a nivel mundial en el primer semestre de 2023, como revela la caída de ventas en el equipamiento para estas redes.
  • Hay 6 grandes causas que explican por qué la tracción del 5G está tardando en llegar más de lo esperado.

El sector de las telecomunicaciones esperaba que 2023 fuese el año del 5G, pero sus grandes expectativas están chocando con la compleja realidad que atraviesa la industria y están causando que el despliegue se estanque.

En el primer semestre de 2023, las ventas de equipos de telecomunicaciones para el despliegue de redes 5G Standalone (SA) se han ralentizado, como recoge el último informe sobre el sector del analista Counterpoint Research.

De esta manera, mientras que, en 2022, más de 20 operadores movieron el core de su red al 5G SA, el número de los que lo han hecho en el mismo periodo de 2023 es de menos de 10 telecos, y además se concentran especialmente en los países desarrollados, en los que su presencia ya era más fuerte.

Esto contrasta con las promesas de los operadores que destacan el buen rumbo del 5G, que al principio del año se estimaba que tenía 1.000 millones de suscripciones pero que se espera que concluya 2023 con 1.500 millones de suscripciones, un 50% más en solo 12 meses, según recoge el último informe de movilidad de Ericsson.

Business Insider España analiza las principales causas de que el 5G no esté avanzando al ritmo esperado, tanto en España como en el resto del mundo, de la mano de los expertos:

La caída de ventas de móviles afecta también a los smartphones 5G

El 5G se está enfrentando a una coyuntura inédita hasta el momento: que una nueva generación de redes se despliegue en un mercado en el que las ventas de móviles están en retroceso.

El inicio del despliegue de 5G se produjo en 2019, cuando se vendieron en el mundo 1.369 millones de smartphones, un buen dato pero lejos del mejor año del sector en ventas, que fue en 2017.

Desde entonces, el 5G no solo no ha sido un incentivo para aumentar las ventas de móviles, sino que estos han descendido de forma importante, primero con la pandemia en 2020 y después con una cierta recuperación en 2021 que se ha tornado en desplome en el año pasado y en este 2023.

En 2022, se vendieron 1.193,3 millones de unidades de móviles en el mundo, según el analista Canalys, mientras que las estimaciones más recientes de IDC apuntan a que este año las ventas caerán más de un 4,5%, hasta situarse en 1.150 millones de smartphones comercializados.

Las ventas de móviles 5G superaron a las de los terminales con conectividad 4G en el segundo trimestre del año pasado, pero la caída actual de ventas amenaza los planes iniciales que apuntaban a que el 5G crecería más rápido incluso que el 4G en ventas de móviles.

Esta realidad está teniendo consecuencias en el despliegue de redes, ya que el volumen de usuarios de 5G, y sobre todo el uso de estas redes, están por debajo de lo esperado y no suponen un incentivo suficiente para los operadores para compensar el coste del despliegue.

"La venta de móviles se ha ralentizado desde 2022 y los servicios que aprovechan el 5G no terminan de llegar, por lo que todos los planes de las operadoras, incluido el despliegue de redes, se están ajustando a la baja", asegura Ángel Barbero, director general de Secture y profesor de la EAE Business School.

Enormes promesas sobre el 5G y una inversión millonaria, ¿pero ha logrado cumplir sus metas?

Los usuarios no perciben mejora cuando usan 5G porque en muchos casos se trata de NSA

Aunque el 5G ya supreó al 4G en ventas en el segundo trimestre de 2022, según Counterpoint, y los analistas esperaban un crecimiento aún más rápido en los móviles con esta conectividad que con la anterior, lo cierto es que se aprecia poco interés por parte de muchos usuarios.

Esto se debe, según los expertos, a que en muchos casos las personas que compran móviles 5G no utilizan redes de quinta generación pura, es decir, Standalone, o 5G SA, sino las conocidas como redes 5G NSA.

En realidad, estas redes se aprovechan de la infraestructura 4G, ya que mantienen el núcleo 4G de las redes anteriores y solamente cambian la parte de radio al 5G, por lo que las velocidades son mayores pero no llegan al nivel del 5G ni en descarga ni en latencia.

"El 5G que tenemos hoy en día en España no es el publicitado. El 5G actual es el 5G NSA, que habilita para utilizar algunos servicios 5G pero no tiene apenas diferencia en cuanto a prestaciones diferenciales para el usuario. El 5G verdaderamente disruptivo es el 5G SA, que permite casos de uso verdaderamente nuevos", según Marc Sansó, profesor de OBS Business School y CEO de Elsebits.

El elevado coste de despliegue pone las cosas difíciles a los operadores

El despliegue de 5G es un proceso que no sale precisamente barato a los operadores, que son quienes están financiando casi en su totalidad estos costes de transición del 4G primero al 5G NSA y después al 5G SA.

"El 5G NSA requiere una inversión en infraestructuras muy considerable que aún no se ha completado. En España lo tendremos, en el mejor de los casos, en 2024", reconoce Sansó. 

La llegada de la prometida revolución a la industria 4.0 que puede florecer gracias al 5G puede suponer la aparición de un mercado multimillonario, pero la necesidad de inversión por parte del sector de las telecomunicaciones se erige como principal obstáculo.

"Se estima que la inversión necesaria en Europa es superior a los 200.000 millones de euros y, para acometerla, es necesario tener casos de uso claros que correlacionen inversión e ingresos", añade el profesor de OBS.

El resto de expertos coincide en que, para que tengamos unas redes 5G de máxima calidad, es necesario que sean una fuente de ingresos mucho mayor para los operadores y hasta el momento no está siendo el caso.

"El retraso del despliegue de 5G tiene mucho que ver con las posibilidades de rentabilizar estas redes. Sin embargo, soy optimista a medio plazo, no tanto en los móviles como en las capacidades de la red enfocadas a la automatización", valora Jesús Cristóbal, profesor de OBS Business School.

El veto a Huawei pone en jaque las inversiones en 5G

En plena fase inicial del despliegue del 5G se produjo una decisión geopolítica que ha tenido un enorme impacto, aunque complicado de calibrar, en la situación actual de estas redes: el veto de Estados Unidos a Huawei en 2019.

La marca china no era solo un vendedor de móviles y otros dispositivos tecnológicos, sino que se había posicionado como uno de los principales proveedores del mundo de equipamiento para redes 5G y había sido escogido por muchos operadores para la fase inicial de su infraestructura de estas redes.

Aunque Huawei sigue presente como proveedor de 5G y Counterpoint estima que es tercera por detrás de las nórdicas Ericsson y Nokia, la decisión de Estados Unidos ha beneficiado a sus rivales y ha apartado a Huawei de la infraestructura de grandes empresas y de países.

"Las grandes operadoras están usando como excusa el veto a Huawei para poder renegociar a la baja los compromisos de despliegue de la red 5G. Lo cierto es que este veto se estaba ya asumiendo desde hace más de un año, por lo que el impacto real no es tanto como se quiere hacer pensar", asegura Ángel Barbero.

Los países en vías de desarrollo aún van atrasados

Aunque en España y la Unión Europea el 5G aún tiene mucho camino por delante, sobre todo si nos referimos al 5G SA, lo cierto es lo más importante para el desarrollo de esta tecnología va más allá del mundo occidental y China, líderes en despliegue, y se sitúa en los países emergentes.

Con mucha más población que Europa y Estados Unidos juntos, países como India, Brasil, las naciones africanas o el sudeste asiático comenzaron el despliegue del 5G más tarde y en la mayoría de los casos sus operadores están más atrasados y siguen operando con redes 4G.

La asociación de operadores mundial, la GSMA, esperaba a principios de año que 2023 fuese el año de la segunda ola del 5G y que esta tecnología llegase a más de 30 países solo en estos 12 meses, llegando incluso a duplicar el número de suscripciones.

Estos mercados en crecimiento son los que más ingresos están generando en la actualidad a los proveedores de equipos de telecomunicaciones como Nokia y Ericsson, como muestra Counterpoint, pero de momento no es suficiente para que los operadores de estos países pongan sus redes al nivel de los países más desarrollados.

La proximidad del 6G: ¿esperar o apostar por el 5G mientras tanto?

Se da el hecho de que, pese a que la velocidad de despliegue de 5G no está siendo la esperada, los expertos ya están enfrascados en el desarrollo de la próxima generación de redes, el 6G, del que ya se van empezando a conocer noticias.

Se espera que el 6G llegue en 2030 y, aunque son fechas estimadas de una tecnología aún en proceso, ya hay voces que se plantean si tiene sentido seguir avanzando en las redes 5G ante la proximidad de una nueva generación de redes.

"Como ha ocurrido en otras ocasiones en otras partes del mundo, saltándonos un paso podemos perfectamente pasar del 4G al 6G si el retorno de las inversiones lo justifica", advierte Jesús Cristóbal.

No obstante, la mayoría de expertos no son optimistas y creen que lo que está pasando con el 5G no es un buen punto de partida para su generación sucesora.

"El despliegue de 5G se ha retrasado entre 18 y 24 meses respecto a las previsiones iniciales. Hablar ahora de 6G en Europa y, más concretamente, en España, es sencillamente ciencia ficción", afirma Marc Sansó.

"Actualmente estamos presenciando cómo la tecnología desarrollada y su uso comienzan a divergir. Con el 5G podemos ver que los desarrollos tecnológicos avanzan muy rápido, pero su puesta en práctica o democratización va muchos pasos por detrás. Esto, seguramente, se agudizará con el 6G", apostilla Carlos García, investigador del Centro Nacional de Supercomputación y profesor de la Universidad Carlemany.

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