Las cámaras de vigilancia están muy de moda, en interiores y exteriores, sobre todo para personas que, como quien escribe, tiene en casa varios gatos. No está de más vigilarlos para ver qué traman mientras no estás, especialmente si vas a pasar largos ratos fuera.

Con el objetivo de vigilarles, opté por comprar una cámara de vigilancia hace ya un par de años, la Tapo TP-Link 210, que estaba entonces en oferta un poco por debajo de los 30 euros, más o menos lo mismo que cuesta ahora mismo.

Lo hice por varios motivos, principalmente por el precio, muy competitivo, pero también porque al ser una empresa conocida, aporta bastante más en términos de privacidad, ya que al fin y al cabo es un dispositivo que puede vigilar y grabar zonas sensibles de casa, de ahí que sea mejor curarse en salud y no comprar cámaras de marcas de dudoso origen.

Varios años después su rendimiento me ha gustado tanto que ahora no solo tengo cuatro cámaras del mismo modelo en casa para tener todos los rincones controlados, sino que además uso una de ellas a modo de vigilabebés y la recomiendo a todos mis amigos y familiares.

Por ese precio hay algunos modelos que también ofrecen características similares, como un rango de 360º, visión nocturna, grabación en bucle en microSD o sistema de alertas. No obstante, lo mejor es que apuestes por un mismo modelo para poder tener todas tus cámaras en una misma aplicación, al alcance de una pulsación.

Una señal estable en Full HD y con visión nocturna de mucha calidad

Una de las cosas que más me gusta de esta cámara es que la aplicación de TP-Link Tapo es bastante estable, fácil de usar y siempre responde a la primera. Puedes elegir que la resolución se ajuste automáticamente dependiendo de la calidad de la señal WiFi o hacerlo tú mismo a mano.

Tanto en Full HD como en HD a secas se va bastante bien, incluso en plena oscuridad. Usa visión infrarroja para que no pierdas detalle de nada incluso con todas las luces apagada.

Además, desde la aplicación puedes también mover la cámara hacia arriba, abajo y a los lados, así que el rango de visión es muy amplio, de 360º.

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Opción de grabar vídeo en la nube o en almacenamiento físico

Como dispositivo de vigilancia y grabación que es, ofrece varias opciones para hacer esto último. Puedes pagar Tapo Care para guardar tus vídeos en la nube o simplemente insertar una microSD en su ranura. Ahí irán grabándose horas en bucle, es decir, que las más antiguas se sobreescriben con las más recientes.

De esta forma he podido ver, por ejemplo, cuál de mis dos gatos es el que se ha comido la maceta o ha mordido el sofá, algo que de lo contrario sólo podría sospechar y no confirmar.

Es recomendable usar una microSD de al menos 64GB de almacenamiento, ya que de lo contrario serán pocas las horas que puedes grabar.

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El sistema de alertas incluso tiene IA y es prácticamente una alarma

Este apartado es de los más interesantes que ofrece la cámara de TP-Link, y es que las notificaciones de actividad funcionan sin fisuras y te envían una notificación push desde su aplicación cuando hay movimiento en la cámara.

Obviamente es mejor activarlas cuando no estás en casa, pero es que en mi caso además aprovecho la detección IA, que solo me notifica si entra una persona en casa o si hay movimiento en una zona determinada del ángulo de visión de la cámara. De lo contrario me llegarían notificaciones cada vez que un gato mueva la cola.

La IA detecta muy bien a las personas y además también puedes hacer uso de la alarma, que emite un sonido bastante alto y molesto cuando detecta movimiento inusual.