El proveedor de táser de la Policía Nacional y la Guardia Civil frena sus planes de crear drones armados tras las amenazas de su comité ético

Un policía francés practica con su táser.
Un policía francés practica con su táser.

REUTERS/Eric Gaillard

Las armas táser generan controversia, a pesar de que su uso se extiende en cuerpos policiales de todo el mundo. También en España, donde algunos cuerpos de policía local cuentan con estos dispositivos y para su uso requieren la formación de los agentes que los operen así como la redacción de algunos protocolos internos.

La Guardia Civil también tiene pistolas táser, aunque desde hace muy poco tiempo. El Instituto Armado confirmó hace apenas unas semanas haber recepcionado más de 150 de estos dispositivos, cuyo precio medio oscila unos 3.000 euros —incluyen una pequeña cámara para que se pueda analizar cualquier intervención con el instrumento— y que fueron adquiridas a una firma tecnológica.

Esa firma, Axon, se embolsó 450.000 euros por ese contrato de suministro de dispositivos táser a la Benemérita. Y esa misma compañía tecnológica, Axon —que antes precisamente se llamaba Taser—, está ahora mismo envuelta en una singular polémica. Gran parte de su comité de especialistas en ética para la inteligencia artificial han presentado su dimisión esta misma semana.

Según informaProtocol, nueve miembros de ese comité ético de Axon han dejado sus puestos tras comprobar que el CEO de la firma, Rick Smith, había propuesto reanudar sus planes para fabricar drones con dispositivos táser en respuesta a los tiroteos escolares, tristemente comunes en EEUU.

"Todos nos sentimos desesperados y con la necesidad de hacer algo ante esta epidemia de tiroteos masivos. Pero la propuesta de Axon para elevar la respuesta tecnológica y policial no es la solución, sobre todo cuando hay todavía alternativas que son mucho menos dañinas", exponen los expertos que han anunciado su dimisión en un comunicado que firman de manera conjunta.

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Los integrantes de este comité lograron frenar las aspiraciones de Axon de construir esos drones armados al entender los potenciales riesgos que podían conllevar esta serie de instrumentos, a pesar de que estos fuesen pilotados por agentes del orden. Esos malos usos podrían haber abierto un debate público sobre la tecnología que ellos estaban dispuestos a mantener.

En aquel momento, los especialistas imaginaban su futuro dentro todavía de este comité. Sin embargo, la sorpresiva decisión del CEO de la compañía les ha hecho anunciar su marcha del mismo. Este comité ya había logrado convencer a la empresa de que no incluyese modelos de reconocimiento facial en minicámaras corporales que también vende.

Axon avisó a su comité ético con dos días de antelación de que iban a anunciar su reanudación de la fabricación de esos drones. Pero esa escasa antelación no es el motivo real de la renuncia de nueve miembros del mismo: la razón es que la empresa "eludió su compromiso de consultar estas decisiones con su propio comité ético para la IA".

Finalmente, Axon se ha visto obligada a volver a cancelar esos planes de crear vehículos no tripulados armados con estos táser por toda la controversia que ha suscitado, según recoge The New York Times.

Entre los especialistas salientes se encuentra un profesor de Derecho que lamentaba en declaraciones que recoge Protocol cómo en el pasado el comité "fue de ayuda y escuchado, y sus opiniones contaban". "Tal vez ya no tanto". "Tal vez fue solo una cuestión de tiempo, y no iba a suceder para siempre".

El comité ético se habría quedado así en manos de cuatro personas, entre las que se encuentran dos exjefes de poliicía y un exasesor de la policía de tráfico californiana.

Entre tanto, Axon sigue siendo un proveedor muy conocido en España. Además de suministrar dispositivos táser a la Guardia Civil, también trabaja con cuerpos de policía local en Castilla-La Mancha. Precisamente sobre su uso de las armas por esos organismos, entidades como Amnistía Internacional han mostrado su malestar por su "falta de transparencia".

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