Identificación biométrica, ciberseguridad e IA: la Guardia Civil dotará con 2 millones de euros un nuevo equipo de I+D+i con estas prioridades

Mujeres de la Guardia Civil en el Aeropuerto de Madrid Barajas

Guardia Civil

  • La Guardia Civil ha puesto en marcha un equipo de investigación con la Autónoma de Madrid para investigar sobre la influencia de las opiniones en redes, herramientas de ciberseguridad o modelos para autenticación con biometría.
  • Este grupo de análisis y expertos es fruto de un nuevo convenio que la Benemérita ha suscrito con la institución académica, y por el que el cuerpo policial transferirá cerca de 2 millones en 4 años al centro.

La Guardia Civil ha suscrito un convenio con la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) por el que pagará cerca de 2 millones de euros a la institución académica para poner en marcha un grupo de investigación que profundice "en los ámbitos generales de ciberseguridad y reconocimiento biométrico".

Este nuevo equipo estará formado por guardias civiles e investigadores de la Autónoma y podrá crear, a su vez, subgrupos temáticos. El objetivo del Instituto Armado es "mejorar las capacidades de prevención y detección del crimen", sobre todo "en el ámbito de las tecnologías para la ciberseguridad y la ciberinteligencia".

Para ello, la Benemérita contempla que este nuevo grupo de expertos de análisis e investigación genere conocimiento y un "posible desarrollo de tecnología en el ámbito general de la inteligencia artificial". Este nuevo organismo pondrá el foco, además, "en herramientas de reconocimiento biométrico y de inteligencia sensorial".

Este convenio fue firmado en realidad el pasado 22 de febrero entre la Dirección General de la Guardia Civil, dependiente de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio de Interior. Por la otra parte, rubrican el convenio la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y la Fundación de la Universidad Autónoma de Madrid (FUAM).

La Guardia Civil investigará desde la influencia en redes hasta el reconocimiento biométrico de "rasgos conductuales"

El contrato se prolonga durante 4 años y los pagos los realizará la Guardia Civil a la Autónoma de Madrid a razón de cada marzo y de cada octubre de cada año. Cada pago asciende a los 465.000 euros, con lo que el convenio en total supone la transferencia de 1.940.000 euros a la institución académica.

A su vez, el equipo de investigación lo conformarán al menos 10 guardias civiles que dedicarán al menos el 10% de su jornada laboral. Por su parte, la UAM es la que pone de la mayoría de los medios económicos y humanos: un total máximo de 15 investigadores doctores o predoctorales, y medios personales, materiales y técnicos valorados en más de 2,5 millones de euros.

El equipo de investigación resultante abordará diversos aspectos, desde "el análisis de la influencia de opiniones a través de redes sociales" al análisis de la "actividad de dispositivos IoT y móviles", "la autenticación biométrica —incluyendo el reconocimiento biométrico de rasgos conductuales—, la interacción persona-dispositivo y la inteligencia sensorial".

A pesar de la concreción de lo descrito, son en realidad campos de investigación muy amplios. El hecho de que se invierta estos casi 2 millones de euros en I+D+i no quiere decir que se alcancen conclusiones que permitan elevar nuevas herramientas o prácticas concretas que puedan ser empleadas por los agentes del cuerpo.

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De hecho, uno de los principales obstáculos que podría encontrarse muchos de los análisis que el nuevo equipo de la Guardia Civil y la Universidad Autónoma de Madrid podría ser nada más y nada menos que el inminente Reglamento de Inteligencia Artificial.

La norma fue aprobada como borrador por la Comisión Europea hace cerca de 2 años y en estos momentos los colegisladores ultiman sus posturas sobre el texto a fin de alcanzar un consenso antes de que termine este año. El reglamento podría recibir luz verde bajo la presidencia española del Consejo de la Unión Europea.

La norma descarta que exista el riesgo cero en el ámbito de la inteligencia artificial. Uno de los debates más enconados de estos meses en torno a la norma es precisamente la participación de cuerpos policiales en el uso y despliegue de tecnologías de inteligencia artificial.

Esto implicaría, por ejemplo, el control o la autenticación por rasgos biométricos o el uso de redes sociales. 

Aunque no es el Reglamento de la IA la única legislación que atiene el uso de estos sistemas para los cuerpos policiales —la Unión Europea almacena una enorme base de datos de huellas dactilares en colaboración con todos los cuerpos nacionales, sin uso de la IA—, sí se tratará de una norma determinante para el futuro.

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