El nuevo Bing tal vez no sea el punto de inflexión que esperaba Microsoft, pero sigue siendo un fuego encendido a los pies de Google

A pesar de la expectación levantada, la gran entrada de Microsoft en el mundo de las IA generadoras de texto o imágenes se ha acabado convirtiendo en un pequeño fiasco.

Si no has estado muy atento a lo que ha pasado, aquí va una versión corta: Microsoft lanzó una nueva versión de Bing, su eterno aspirante a motor de búsqueda campeón, utilizando la misma tecnología de ChatGPT, el popular chatbot que ha desarrollado OpenAI.

Vendido como un nuevo paradigma en el mundo de las búsquedas en la web, el nuevo y mejorado Bing prometió ayudar a los usuarios a obtener respuestas más complejas y específicas que las que los buscadores de siempre, como Google, podían ofrecer. El CEO de Microsoft, Satya Nadella, no tuvo reparos en reconocer que su acuerdo con OpenAI pretendía poner a Google "a bailar".

Una semana y una actualización después, la narrativa ha variado bastante. Periodistas de medios como The New York Times o The Verge fueron capaces de sonsacar a Bing respuestas que resultaron extrañas, inquietantes y, en ocasiones, verdaderamente perturbadores. Conseguir que Bing diese las respuestas más raras posibles se convirtió en prácticamente un deporte en las redes.

Microsoft ha publicado un artículo en un blog corporativo esta semana explicando que Bing puede ser "confundido" si una conversación es demasiado larga, y el viernes liberó una actualización para limitar las veces en las que los usuarios pueden chatear con Bing al día. La actualización también vetó ciertas preguntas, para evitar que el chat hable de sí mismo y del proyecto.

Con todo esto dicho, como advertía mi colega Hasan Chowdhury, Google no tiene nada de lo que preocuparse todavía. La tecnología todavía es inmensamente prometedora, pero estas semanas están siendo un curso intensivo sobre cómo de cerca y de lejos estamos de un futuro en el que agentes IA infalibles e infinitamente inteligentes nos asisten.

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Como escuché a alguien decir estos días, parece que Microsoft está pasándose el ciclo del hype de Gartner a toda pastilla.

Al mismo tiempo, hay que reconocerle el mérito a Microsoft. Establezca o no Bing el nuevo paradigma sobre cómo buscamos en internet, está claro que todo este episodio ha encendido una llama muy necesaria a los pies de Google.

No es extraño pensar que Google ha caído en desgracia desde sus inicios, en lo que fue el motor de búsqueda más útil, más simple y más limpio en un mercado extremadamente competitivo. Hoy las búsquedas ofrecen enormes listados de resultados patrocinados, anuncios y enlaces que hacen muy complicado encontrar de primeras una respuesta correcta.

Todavía queda ver cómo la alternativa de Google a ChatGPT, Bard, llegará a los usuarios a lo largo de este año. Hay que tener en cuenta que Google está aprendiendo de toda la tempestad que ha supuesto el lanzamiento de Bing. 

Como Business Insider publicó, Google ha pedido a todo su personal que colabore probando y afinando las respuestas de Bard, asegurándose de que no diga nada que pueda ser malentendido o que lo refleje como un ser sintiente o un humano.

Con todo, no deja en muy buen lugar a Google el hecho de que la última gran irrupción en el mercado de los buscadores en mucho tiempo no haya llegado de su mano.

Pero si todo lo que ha sucedido empuja a Google a lanzar un chatbot con IA mejor y más inteligente, que no pierda su contacto con la realidad o que al menos le recuerde a Google que tiene alternativas, bien, para eso está la competencia. ¿No?