Por qué la inversión en la nube puede ser una de las alternativas más interesantes para ganar dinero en el largo plazo

Un evento de Amazon Web Services en Las Vegas, Estados Unidos
  • En 2025, se proyecta que “el 49% de estos datos se almacenará en la nube pública”, explica Christopher Gannatti, analista de WisdomTree. 
  • Gannatti analiza que las empresas “han hecho lo mismo”, en el sentido de que alguna vez han tenido la necesidad de mantener una infraestructura física como la tenencia de servidores en las instalaciones.
  • Si consideramos al sector de cloud computing o de computación en la nube, vemos que “éste podría ser una vía para una exposición más específica”, a las empresas de tecnología que “gozan de unas perspectivas de crecimiento diversas de cara a la próxima década”, concreta el experto en el informe.
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El escenario actual es convulso, no cable lugar a dudas. Los inversores con una orientación de largo plazo pueden ser los que mejores resultados pueden captar. A día de hoy, los mercados globales parecen esperar con ansias al próximo anuncio de un banco central o a algún tuit presidencial y eso ni siquiera tocando temas como el Brexit o los juicios del gobierno italiano. El hecho es que existen muchos riesgos obvios que enfrentan los inversores y no parece que estos se retraigan a un segundo plano en el corto plazo. Nuestra sociedad está apostando sobre los datos como si fueran el nuevo petróleo.

Con todo, hay realidades que sí están viviendo una auténtica revolución y que pueden permitir un crecimiento sostenible en el largo plazo. Siguiendo este esquema, un informe reciente estima que los datos mundiales crecerán a una tasa anual compuesta del 61% entre ahora y 2025, de un nivel de 33 zettabits, a uno de 175 zettabits. El mundo de la nube aún tiene capacidad para generar mayores volúmenes en el futuro. 

Christopher Gannatti, analista de WisdomTree, detalla que un zettabit equivale a “1 billón de gigabytes”. De esta manera, en 2025, se proyecta que “el 49% de estos datos se almacenará en la nube pública”, destaca. 

Por lo tanto, si uno cree que el crecimiento de la generación de datos continuará sin cesar, entonces el potencial de crecimiento de la nube debería darse, posiblemente, “de manera totalmente independiente a cualquier condición de crecimiento económico”, asegura.

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Cambio en el tratamiento de los datos

En el transcurso de los últimos quince años, el mundo ha cambiado por completo en el modo de cómo se siente con respecto a la utilización de sus datos. Hubo un momento en que las personas tenían que depender únicamente de sus discos duros y posiblemente de las copias de seguridad, para almacenar todo lo que querían. 

La música o las películas son excelentes ejemplos, ya que el mundo ha pasado de consumir su contenido a través de los discos físicos y reproductores, a hacerlo a través de una plataforma distribuida con un inicio de sesión y un canon mensual.

Gannatti analiza que las empresas “han hecho lo mismo”, en el sentido de que alguna vez han tenido la necesidad de mantener una infraestructura física como la tenencia de servidores en las instalaciones. Ahora en cambio, éstas están pasando a gestionar el almacenaje de sus datos a través de servicios distribuidos de suscripción mensual, “en donde los datos siempre están ahí y son siempre accesibles a través de una conexión a Internet”. Así, los datos del mundo se han “trasladado a la nube”.

El beneficio de la nube al consumidor y al proveedor

El 6 de enero de 2016, Netflix expandió su servicio a más de 130 nuevos países. Esto ha sido después de un esfuerzo de siete años para que la firma pasara de sus propios centros de datos tradicionales, a los servicios en nube proporcionados por Amazon Web Services. 

Según Gannatti, si Netflix hubiese intentado construir su propia infraestructura en varias ubicaciones alrededor del mundo para que le fuese posible atender a 130 países, su modelo de negocio “podría haber fallado por el peso de tal intensidad de capital”. Aunque este es un ejemplo de alto perfil, “el hecho es que las empresas de todos los tamaños pueden utilizar la nube para sus necesidades de infraestructura y esto les permitiría pagar sólo lo que necesitan y ampliarla rápidamente cuando la ocasión lo requiera”, apunta.

El experto señala que los proveedores se benefician de los ingresos recurrentes y de la adherencia final que “se constata en las bajas tasas de cancelaciones –por ejemplo: los clientes manteniéndose leales-“. También existe la posibilidad de lograr un apalancamiento operativo, ya que los ingresos, una vez que la base de clientes alcanza cierto tamaño, “tienen el potencial de expandirse más rápido que los costes variables”.

Evolución de los ingresos de las compañías de cloud computing

Si bien la economía puede estar en la fase final de un ciclo, podríamos “estar en el inicio de nuestra transición hacia la era de los datos”, analiza Gannatti.

El cloud computing, la megatendencia para invertir

En los últimos diez años, muchos inversores se han beneficiado de las exposiciones a los índices ponderados por capitalización de mercado, como el S&P 500. Esto nos dice, argumenta Gannatti, que muchas de las compañías más grandes del mundo, “han tendido a generar rendimientos bastante sólidos”

Sin embargo, tras años de haber crecido, es posible que su capacidad para continuar generando rendimiento, “pueda verse desafiada”. En cambio, si consideramos al sector de cloud computing o de computación en la nube, vemos que “éste podría ser una vía para una exposición más específica”, a las empresas de tecnología que “gozan de unas perspectivas de crecimiento diversas de cara a la próxima década”.

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