De jefa de logística con 23 años a directora general de una firma de joyas millonaria a los 27: "Esto me vino de la nada"

Sina Geyer está al frente de la joyería Ehinger Schwarz desde 2019.

Ehinger Schwarz / Collage: Dominik Schmitt

Luca Schallenberger,

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  • Sina Geyer comenzó en la joyería Ehinger Schwarz como jefa de logística directamente después de terminar sus prácticas, pero pocos años después se convirtió en directora general de la firma.
  • "Haz ruido y rompe estereotipos", aconseja a los jóvenes en una entrevista con Business Insider. 

Ya de niña, Sina Geyer tenía muy presente a la firma de joyas Ehinger Schwarz, cuenta a Business Insider. "Recibí mi primer anillo de Ehinger Schwarz en la guardería". Hoy es la directora general de la empresa con tan solo 28 años.

Su interés por la firma continuó a lo largo de los años, mucho más allá del jardín de infancia. Cuando terminó el bachillerato, se presentó por iniciativa propia en las oficinas de la empresa en Ulm y preguntó si había alguna vacante. En ese momento recibió un "no" por respuesta, pero la invitaron a mandar su currículum.

Dicho y hecho. Tras una semana de prácticas, Geyer tuvo claro que era el sitio en el que quería estar. Estudió administración y dirección de empresas al mismo tiempo que trabajaba en Ehinger Schwarz. Pasó por todos los departamentos. "Me hice experta en empaquetar paquetes", comenta mientras se ríe. Sin embargo, acabó centrándose en las ventas de las tiendas. 

Cuando se acabaron sus prácticas pasó a convertirse en jefa de división de la empresa

En 2016, terminó el programa de prácticas que realizaba mientras estudiaba. A partir de entonces, todo fue muy rápido: en solo 3 meses después de empezar a trabajar con contrato formal en Ehinger Schwarz, la ascendieron. Su anterior jefe decidió dejar la firma y la propuso a ella como su sucesora.

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Geyer empezó así a dirigir el departamento de cumplimiento de pedidos, que agrupaba las áreas de compras, orfebrería y logística. "Esto me vino de la nada", afirma. "En aquel momento me pregunté: '¿cómo voy a ser capaz de gestionar esto, por favor?'".

Pero aceptó la tarea a pesar de todas las dudas. "Hay que aprovechar las oportunidades que se presentan", asegura. Para ella, esta ocasión única fue un gran acto de fe. "Habría sido estúpido y grosero no aceptarlo", recuerda la joven de 28 años.

Sus compañeros que llevaban más tiempo en la empresa reaccionaron con escepticismo y sorpresa. "Sabían que yo no tenía en ese momento todos los conocimientos y la experiencia necesaria", cuenta Geyer. Pero nadie le llegó a poner obstáculos.

Tras 2 años como jefa de cumplimiento de pedidos, ya tenía interiorizado completamente el trabajo, señala Geyer. "En el momento en que sentí que lo sabía todo, llegó el siguiente salto".

Tan solo 2 años más tarde ascendió a la dirección 

Geyer recibió un correo electrónico con el asunto "Invitación a una entrevista personal" de Christoph Weiß, su director general y propietario de la empresa.

Como inversor, Weiß se había hecho cargo de la firma de joyas unos años antes para volver a ponerla en marcha, ya que cuando empezó a dirigir la empresa, fundada en 1876, estaba en números rojos y a punto de caer en la insolvencia. "Ehinger Schwarz había crecido demasiado rápido. Se habían abierto franquicias en todo el mundo que no eran rentables", explica Geyer.

"Además, nuestra gama de productos era muy especial: no teníamos anillos de boda ni de compromiso, pero sí productos a medida. En realidad, nada que pudiera sostenernos a largo plazo". Weiß salvó la empresa con su adquisición, sentencia la joven de 28 años.

 

Weiß, el director general, invitó a Geyer a su despacho y le dio la noticia de que se marchaba para dirigir una empresa de construcción en Suiza. "No sabía lo que quería de mí", asegura Geyer. 

Pero no tardó en comunicarle que quería que ella le sucediera y dirigiera la empresa como directora general adjunta. "Casi me caigo de la silla en ese momento. No me lo esperaba y ni siquiera trabajé para conseguirlo".

Se le presentó una situación incómoda porque estaban sus jefes, que también aspiraban al puesto. "Me dijo que veía más potencial en mí que en mis compañeros", afirma Geyer. Se pensó la oferta durante 2 noches y finalmente aceptó. 

Joyera en apuros

Con su ascenso a directora adjunta, Geyer volvió a estar por encima de compañeros que antes tenían un rango superior al suyo. No fue fácil, dice. El tema era siempre el elefante en la habitación. 

"Al igual que yo, se vieron sorprendidos por la situación. Pero poco a poco nos hemos convertido en un equipo bien coordinado y nos tuteamos. Suena banal, pero ese paso significó mucho".

Cuando Geyer se hizo cargo de la empresa, la joyería seguía atravesando dificultades financieras y ahora era su responsabilidad hacerles frente. "En aquel entonces flojeaba mucho, no sabía cómo dirigir una empresa".

¿Ser un imbécil aumenta las posibilidades de ascender en el trabajo?

La vida de la joven de 28 años ha dado varias vueltas de tuerca. La firma empezó a vender alianzas de boda y se encontró con un "tanque de tiburones" porque ya hay muchos competidores "pero el mercado es tan grande que incluso el 1% es suficiente para que la decisión sea rentable y obtener buenos ingresos", afirma.

También contrató a un equipo de marketing digital. Pero no en la sede de Ulm, sino en Múnich. "Ulm es una ciudad preciosa, pero no es conocida por su afinidad digital", comenta para explicar la razón de su decisión.

Finalmente, a principios de 2021, llegó el último giro en su carrera hasta ahora: Lanzó el nuevo catálogo. En ese momento tendría que haber firmado como directora general adjunta, recuerda, pero el propietario Weiß le dijo que ya había demostrado su valía y "había llegado el momento de inscribirme en el registro mercantil".

 Ahora es consejera delegada y, por tanto, tiene poder exclusivo de representación.

No se la toman en serio

Desde entonces, las cosas van muy bien en la empresa. Sin embargo, se encuentra con situaciones una y otra vez en las que, a menudo, no la toman en serio como directora general. "Muchas veces oigo comentarios sobre si soy becaria, si trabajo en marketing o si sigo siendo orfebre".

Una vez estaba en una agencia de Múnich con su diseñador jefe. Según cuenta, estaban en la mesa del café esperando a uno de los empleados de la agencia. Al saludarse, el hombre extendió la mano solo al jefe de diseño. "Hice el amago de tenderle la mano, pero él ni siquiera creyó necesario saludarme", asegura.

En su burbuja, explica, se ha consolidado como directiva. Pero fuera de ella, lo que le ocurre es exactamente lo que muchas mujeres sufren a menudo

"Al principio me enfadaba mucho y también me castigaba a mí misma por sentir que no daba la imagen que necesitaba cuando no reaccionaba en absoluto a los desplantes". Hoy lo haría de otra manera, asegura. "Le tendería la mano y le diría: 'Hola, Sina Geyer, directora general, encantada".

Ese es también su consejo para los jóvenes que quieren ascender en su carrera: "Habla alto y rompe estereotipos", afirma. Además de rodearse de gente que crea en ti y confíe en ti más que tú mismo. "Nunca pensé que llegaría a ser directora general, pero el propietario de mi empresa lo hizo por mí".

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