El optimismo de Elon Musk es su rasgo más distintivo como superior, y los líderes de todo el mundo deberían tomar nota

Nadie está tan emocionado con el futuro como Elon Musk, pero eso no debería impedirnos intentar ser igual que él.

A pesar de la reputación de microgestor del CEO de Tesla y SpaceX y sus patrones de comportamiento narcisistas, Musk también es un pozo sin fondo de optimismo. No solo tiene el objetivo de hacer que el mundo se mueva con energía eléctrica o vivir en el espacio. Está seguro de que ese deseo se materializará.

En los resultados del primer trimestre de Tesla, el CEO hizo una serie de pronunciamientos muy audaces. "Lo más probable es que el Model Y sea el automóvil o camión más vendido de cualquier tipo en el mundo en 2022. A largo plazo, la gente pensará en Tesla tanto como una empresa de robótica de inteligencia artificial como en una empresa de automóviles o una empresa de energía".

Estas declaraciones podrían inquietar a los inversores más pragmáticos de Tesla. Pero una investigación sugiere que su visión del futuro sigue siendo un rasgo que vale la pena en dosis calculadas, ya que tanto los empleados como los clientes se benefician un líder optimista, incluso si ese optimismo parece demasiado ambicioso.

Resultados prometedores en un estudio sobre hospitales 

Los empleados de Tesla —tanto los anteriores como los actuales— han sido testigos de que el optimismo y el sentido de propósito de Musk son parte fundamental de lo que hace que trabajar para sus empresas sea tan diferente. Algunos empleados dicen que Musk puede ser autoritario, pero, por otro lado, dicen que ayuda a la gente a alcanzar su máximo potencial y ofrece soluciones elegantes a problemas complicados.

"Tesla es un paraíso para los ingenieros en el que el lápiz nunca se cae", afirmó un exingeniero de Tesla al reportero de Insider Mark Matousek en 2019.

Shawn Achor, investigador de psicología, emprendedor y autor de "The Happiness Advantage", dijo que el optimismo de Musk servirá a sus empleados, clientes e inversores, si sigue siendo racional. "Si la compasión por el mundo guía sus acciones", dijo Achor sobre Musk, "los impactos positivos de su optimismo se verán amplificados".

En 2017, Achor y su colega (y esposa) Michelle Gielan realizaron un experimento con Genesis Health System. El sistema de hospitales estaba luchando financieramente y enfrentaba problemas de agotamiento y baja retención. Jordan Voigt, presidente del Genesis Medical Center-Davenport, quería hacer un cambio, pero no sabía cómo levantar la moral cuando había tan poca esperanza.

Achor y Gielan se propusieron introducir un enfoque de psicología positiva, y encargaron a cada departamento que encontrara formas creativas de introducir más gratitud, elogios, reconocimiento y sentimiento de comunidad en el día a día de cada departamento. Algunos miembros del personal pegaron notas en los escritorios de sus colegas, y otros propusieron quedadas para construir un sentimiento de unión.

Los resultados mostraron no solo un aumento en la moral, sino una bajada de la rotación y una menor incidencia del agotamiento. Como señalan los autores, en las partes del hospital excluidas del experimento solo el 37% de los encuestados dijo que era una buena práctica. Ese número pasó al 63% en los grupos que adoptaron este enfoque positivo. Para el otoño de 2019, el sistema hospitalario había logrado ingresos récord de 114 millones de dólares.

"Es precisamente en medio de un revés o un momento desafiante, cuando los líderes deben alentar activamente la positividad", afirmaron Achor y Gielan.

El optimismo de Musk es una interpretación literal de esa idea, dada la actual crisis climática del mundo. Su positividad sobre el futuro no es solo una declaración de que las cosas saldrán bien. Es una declaración de que la humanidad sobrevivirá sin ningún tipo de duda.

Adoptando un enfoque optimista al estilo Musk

Ciertos elementos del optimismo de Musk, sin duda, han podido ser un obstáculo. El CEO ha tenido que admitir en repetidas ocasiones que estableció plazos poco realistas para la entrega de sus coches Tesla. Durante la junta anual de accionistas en 2018, por ejemplo, Musk dijo: "Creo que tengo un problema con el tiempo, es algo en lo que estoy tratando de mejorar". Culpó a su sentido del optimismo como la fuente de unas promesas poco realistas.

En algunos casos, Musk incluso ha sido criticado por engañar a los consumidores. Tal fue el caso cuando habló de las capacidades de "conducción autónoma total" de Tesla en julio de 2020, ya que un tribunal alemán falló en contra del fabricante de automóviles y prohibió cierto lenguaje en sus anuncios.

El optimismo también es una venda bien conocida , que evita que los líderes vean los posibles riesgos que los empleados de base observan con más facilidad. Esta ceguera puede convertirse en una falta de empatía o respeto, como señala Achor, y esto también es vital para un liderazgo exitoso.  

No todas las esperanzas están perdidas para Musk y líderes como él. Un remedio para el optimismo patológico es la técnica conocida como planificación de escenarios, en la que el líder imagina el resultado deseado como una posibilidad entre otras que también podrían desarrollarse. Luego pueden asignar probabilidades a cada uno y pensar en formas para lograr que ningún resultado sea catastrófico.

En el caso de Musk, eso sí, esos resultados pueden ser una explosión de cohetes o coches en llamas. Para la mayoría de nosotros, lo que está en juego no es tan visible.

A medida que avanzamos salimos de la pandemia y entramos en un nuevo mundo, hay muchos aspectos en los que los líderes deberían ser más optimistas, como la apertura a nuevas formas de trabajar u ofrecer más oportunidades para socializar. Si nos guiamos por la ciencia, no deberíamos guardar silencio sobre estos resultados. Deberíamos gritarlos.