Viajar a cualquier parte del mundo en una hora será posible a partir de 2045, según promete un científico chino

Una nueva tecnología que permita viajar a cualquier lugar del mundo en menos de una hora.

Es la teoría que ha revelado un destacado académico chino, Weimin Bao, sobre las investigaciones espaciales que se están llevando a cabo en la Academia China de Ciencias, un plan que a sus ojos, podría cumplirse de cara al año 2045.

Según reveló el experto durante la Conferencia Espacial China 2020, celebrada en Fuzhou, estos viajes, tal y como los conciben en su equipo, podrían llegar a ser tan rutinarios como coger un avión a día de hoy.

Bao, que también es director de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial China, estima que esta normalidad no llegará hasta que se comprenda a la perfección la tecnología de vuelo hipersónico (esto es, superar 5 veces la barrera del sonido) y de cohetes reutilizables.

Si bien 2045 puede parecer un largo camino en el futuro, muy pronto se verá cómo avanza el proyecto, ya que el primero de los tramos que se han puesto los equipos de investigación está previsto para 2025, con buenas perspectivas a la vista. Tras él, seguirá un segundo control en 2035 en el que, dice Bao, los viajes espaciales en avión habrán crecido hasta tal punto que se habrán transportado toneladas de cargas y pasajeros convencionales.

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Tras este segundo check point habrá que esperar un decenio más, hasta 2045, para que el sistema general de viajes espaciales esté plenamente formado, testeado y terminado: entonces podrá entrar en funcionamiento para revolucionar los trayectos tal y como los conocemos. Cuando se ejecute a plena velocidad, el sistema podría realizar miles de vuelos cada año, con la participación de decenas de miles de pasajeros a velocidades nunca vistas.

En este prisma, China está tratando de alcanzar a Rusia y a los Estados Unidos en la nueva carrera espacial hasta convertirse en una gran potencia mundial de cara al 2030, en que espera ponerse a la par en descubrimientos y tecnología para desentrañar los misterios del espacio exterior. En los últimos años, el Gobierno ha tomado varias medidas para que los vuelos espaciales sean más económicos, pero le faltan muchos años de experiencia que las otras dos naciones sí atesoran.

Por lo pronto, los laboratorios y centros de investigación chinos se están poniendo al día en la tecnología de cohetes portadores reutilizables —que impulsan a las naves para despegar y, al caer, pueden reconvertirse en nuevos modelos— y ya logró lanzar y aterrizar con éxito una nave espacial reutilizable a principios de mes.

El país ya había anunciado hace 3 años que en el 2020 lanzaría una nave de estas características que volaría como un avión, como adelanto a esta nueva cultura del viaje aéreo que quieren implantar. Sin embargo, el secretismo rodeó la misión y los medios estatales tardaron en hacerse eco de la noticia hasta que el diario hongkonés South China Morning Post lograse revelar la exclusiva.