La pandemia podría crear una "generación confinada" en Europa: por qué los más jóvenes pueden ser los que más sufran por una nueva crisis

Elena Sánchez,
Una joven mira por la ventana

Getty Images

  • Aumenta el miedo a que la pandemia de COVID-19 provoque el surgimiento de una "generación confinada" en Europa.
  • En España, el desempleo juvenil ha alcanzado cifras récord, y en Polonia una cuarta parte de los jóvenes sufren para llegar a fin de mes.
  • La Unión Europea está urgiendo a los países a que tomen medidas, y también lo pide el Foro Europeo de la Juventud, la principal plataforma de los jóvenes en el continente.
  • No obstante, la UE ha reducido los presupuestos para programas juveniles y la presidenta del Foro Europeo de la Juventud alerta de que, si no se actúa, la gente joven "será la que pagará la próxima crisis".
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El miedo a que la COVID-19 de lugar a una "generación confinada" en Europa está aumentando. La gente joven ve que su futuro podría quedar arruinado por la crisis económica que sucederá a la pandemia.

En abril, el desempleo juvenil en la Unión Europea se multiplicó por cuatro hasta alcanzar el 15,4% para un grupo de edad que supone el 6,6% de la población del Viejo Continente, según datos oficiales. Pese a las peticiones del Foro Europeo de la Juventud, el principal grupo representativo de los jóvenes del continente, la Unión Europea ha reducido sus presupuestos para programas dirigidos a la juventud, y la presidenta del Foro, Carina Autengruber ha alertado de que sin tomar medidas, la gente joven "será la que pagará la próxima crisis".

En España, que ha pasado por uno de los confinamientos más estrictos de Europa y donde el desempleo ya era superior a la media europea, el paro juvenil alcanzó el 33% en abril, muy por encima del 18,7% de desempleo de la población general.

Durante los primeros meses de la pandemia, un tercio de los jóvenes polacos sentían que sus perspectivas de carrera eran inciertas por los cierres de las instituciones educativas y los retrasos en su promoción laboral. Una cuarta parte de ellos sufrían para llegar a fin de mes, según una encuesta de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de las Naciones Unidas.

El intituto Sciensano de salud pública de Bélgica descubrió en abril que las personas de entre 18 y 24 años que se encontraron deprimidas o con ansiedad durante la primera hora se multiplicaron por tres en el caso de las mujeres y por cuarto en el caso de los hombres.

Al mismo tiempo, la COVID-19 también afectó al principal programa de movilidad estudiantil europea, Erasmus, del que dependen 170.000 jóvenes. Muchos de ellos sufrieron problemas para recibir sus becas o dificultades para volver a sus países.

Además, la primera ola también interrumpió el año escolar de millones de estudiantes en toda la UE, incluyendo los internacionales.

El Foro Europeo de la Juventud alerta de que esta crisis puede convertir el desempleo en la norma para los jóvenes europeos. "Ha quedado claro que no todo el mundo sufre igual el impacto de la pandemia", explica Autengruber a Business Insider. "Los grupos vulnerables, como los jóvenes, que ya sufren desafíos y barreras para acceder a los derechos, han sido afectados de forma desproporcionada", alerta.

"Si queremos evitar el surgimiento de una "generación confinada" tenemos que asegurar que no retrocedemos el statu quo y que construimos un sistema sostenible y justo basado en los derechos sociales, la igualdad y la democracia", añade.

El Foro, que representa a más de un centenar de organizaciones en toda Europa, está pidiendo a las instituciones europeas que mejoren los programas juveniles, estimulen la creación de puestos de trabajo de calidad para los recién incorporados al mercado laboral, invierta en servicios públicos y entornos de protección social, y prohíba las prácticas laborales sin remuneración.

Aunque son medidas complejas y de un coste importante, Autengruber considera que estas garantías podrían ayudar a la UE a responder a la histórica recesión que afronta. Las economías de la Unión Europea caerán un 7,8% este año, según las estimaciones.

"Las instituciones europeas deben hacer una aproximación holística al problema y valorar no solo la economía, sino también los derechos. Invertir en los jóvenes es invertir en la identidad europea", enfatiza.

El paquete financiero para hacer frente a la COVID-19 de la UE podría haber intentado solucionar algunos de estos problemas, pero no ha sido así, hasta el punto que el Foro ha descrito el paquete de estímulo como "un duro despertar" para la gente joven.

Después de varios meses de negociación, los responsables de los gobiernos de la Unión decidieron en julio reducir el presupuesto que había propuesto la Comisión Europea, lo que generó la protesta de los parlamentarios europeos, para quienes los recortes propuestos en educación, transformación digital o innovación "amenazan el futuro de la próxima generación de europeos".

Incluso en la última ronda de negociaciones, que acabó el 10 de noviembre, los parlamentarios trataron de conseguir 40.000 millones de euros adicionales para varios programas sociales, entre ellos el programa Erasmus, pero solo obtuvieron 15.000.

Este acuerdo preliminar tendrá que ser ratificado por el Parlamento Europeo y los líderes de la UE antes de que las ayudas sean accesibles a los estados miembros.

El programa de intercambio Erasmus+, que han utilizado generaciones de estudiantes para formarse en otros países, ha perdido más de 3.000 millones de euros respecto a la financiación propuesta inicialmente por la Comisión en mayo: obtendrá 21.200 millones de euros en lugar de 25.000.

La inversión en innovación ha sufrido un recorte mayor: el programa de investigación Horizon Europe pasó de contar con 13.500 millones de euros a 5.000 tras las negociaciones. Al mismo tiempo el programa de digitalización, pensado para invertir en tecnologías como los superordenadores, la inteligencia artificial o la ciberseguridad, acabó muy por debajo de la propuesta inicial, de 8.200 millones de euros.

La Asociación de Universidades Europeas (EUA) consideró que el resultado de las negociaciones presupuestarias "revela un fracaso en la inversión estratégica para el futuro".

"La financiación del programa Erasmus+ necesita un impulso, y el presupuesto para Horizon Europe tiene que ser reevaluado para proteger las inversiones a la investigación, que es el núcleo del éxito a largo plazo", reclamó la EUA a los líderes europeos en un escrito en julio.

La respuesta de la UE "no es factible"

El programa de garantía juvenil de la UE es la política diseñada para ayudar a los menores de 25 años, pero esta también está reduciendo su impacto, pese a que es cuando más se necesita.

En junio, cuando la mayoría de los países de la Unión relajaron sus confinamientos, la tasa de desempleo juvenil era del 16,8%, más de 2,9 millones de menores de 25 años no tenían trbajo.

La Comisión Europea rápidamente presentó un plan para "reforzar" la garantía juvenil, expandiendo el objetivo de un programa diseñado en 2013 para ayudar a los jóvenes a encontrar empleo tras la crisis financiera de 2008.

Sin embargo, el Foro Europeo de la Juventud señala que ese plan carece de "foco en la calidad", así que no conseguirá que los jóvenes dejen de verse obligados a aceptar trabajos inseguros y mal pagados. El Foro recordó que en 2017, el Tribunal de Cuentas Europeo determinó que estas ayudas habían tenido un impacto muy limitado en el desempleo juvenil.

Los críticos también han considerado que es un programa infrafinanciado, dado el número de desempleados jóvenes que tiene la UE. La Comisión Europea sugirió en julio que al menos 22.000 millones de euros debían invertirse en políticas para luchar contra el desempleo juvenil, pero el Foro cree que esto "no es factible" con los recortes presupuestarios impulsados por los líderes de los países.

"Que los jóvenes no se sientan apoyados por la UE es un daño grave para el proyecto europeo... No solo sería contraproducente, sino también irresponsable, poner más obstáculos a la participación de los jóvenes en el mercado laboral y en la sociedad", añade Autengruber.

Mirando al presupuesto de la UE, la garantía juvenil o las economías de los países, parece que la "generación confinada" europea tiene poco que celebrar este invierno.

Este artículo fue publicado originalmente en BI Prime

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