El perro más viejo del mundo es portugués y tiene 30 años: esta es su historia

Un perro de 30 años llamado Bobi es oficialmente el perro vivo más viejo del mundo.

Bobi, un Rafeiro do Alentejo —un molosoide de montaña grande, potente y rústico, utilizado para el cuidado de propiedades y rebaños— ha vivido 30 años y 271 días en el pueblo de Conqueiros, al oeste de Portugal, según anunció el 2 de febrero el Guinness World Records (GWR). Ha duplicado la esperanza de vida media de su raza, de 12 a 14 años. 

No solo es el perro más viejo actualmente vivo, sino que Bobi ya es también el perro más viejo que ha vivido jamás, según la CNN. Bobi batió el récord anterior de 29 años y cinco meses, que ostentaba un perro boyero australiano llamado Bluey, que vivió entre los años 1910 y 1939.

Se suponía que Bobi nunca llegaría a su avanzada edad. Su dueño, Leonel Costa, contó a GWR que sus padres enterraron a Bobi y a su camada antes de que pudieran abrir los ojos porque ya tenían muchos perros en su granja. Bobi consiguió escapar, y Costa y su hermano se quedaron con él hasta que pudo abrir los ojos.

"Sabíamos que cuando el perro abriera los ojos, mis padres ya no lo enterrarían", dijo Costa.

Costa contó a GWR los secretos de la longevidad de este perro guardián de ganado de pura raza, ha vivido sus su larga vida se debe, en parte, a que vive en un entorno tranquilo. Nunca lo han encadenado ni le han puesto correa, y lo han dejado vagar libre por los bosques que rodean su casa.

Además, compartir menú con los humanos es otro de sus secretos: siempre ha comido lo mismo que sus dueños, pero sin condimentos, explica Costa a GWR.

Bobi pasa los días con 4 gatos en el patio trasero. Con la vista debilitada y dificultades para caminar, le gusta descansar junto a la chimenea y tumbarse en la cama después de comer, explica su dueño. 

Bobi arrebató el récord mundial a Spike, un chihuahua de 23 años que durante muy poco tiempo ostentó el título de perro más viejo del mundo. La dueña de Spike, Rita Kimball, encontró al perro cuando tenía 10 años en el aparcamiento de un supermercado y decidió llevárselo a casa.

Ahora Spike está casi ciego, tiene problemas de audición y se pasa el día visitando vacas, caballos y gatos en el pueblo de Kimball, recoge también GWR.