Hay un nuevo rey en la IA: el producto más valioso ya no es ChatGPT sino un chip que vale 37.000 euros y cuya demanda está disparada

Aparta, ChatGPT. Hay un nuevo producto de moda en la IA: un chip de 37.000 euros llamado Hopper.

Llamado así en honor a la pionera informática Grace Hopper, se trata de un costoso procesador que oficialmente se llama unidad de procesamiento gráfico (GPU) de núcleo tensorial H100 y es propiedad del gigante tecnológico Nvidia. Hopper es codiciado por casi todo el mundo en el sector tecnológico.

¿Por qué? Es muy sencillo: H100 es el procesador que está impulsando casi en solitario la revolución de la IA generativa, ya que proporciona a los grandes modelos lingüísticos como los que subyacen a ChatGPT la potencia de cálculo necesaria para procesar los miles de millones de parámetros que dan forma a sus resultados. 

Sin ellos, el avance de los modelos de IA corre el riesgo de detenerse. También explica por qué se ha producido una carrera alocada para hacerse con los procesadores H100, ya que la amenaza de escasez hace que los compradores se pongan manos a la obra.

Las GPU de Nvidia son tan difíciles de conseguir que los inversores las están comprando para las startups en las que invierten

La última novedad en la fiebre del oro de la inteligencia artificial procede de la región del Golfo: Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos se apresuran a hacerse con los procesadores de Nvidia. Según el Financial Times, ambos países están comprando miles de unidades H100 para aumentar sus ambiciones en el campo de la IA. 

En el campo de las startups, donde se está llevando a cabo gran parte del trabajo pionero en la IA, la falta de suministro de estas GPU ha preocupado tanto a las empresas de capital riesgo por el riesgo de que sus compañías se queden rezagadas que han empezado a comprar unidades a medida que pueden en su nombre.

Por otro lado, The Verge ha informado de que la startup CoreWeave, respaldada por Nvidia, ha puesto un montón de GPU H100 de su propiedad como garantía para conseguir un préstamo de 2.300 millones de dólares, lo que le permitirá adquirir más unidades H100.

Tal es la demanda, que Reuters informó en junio de que las sanciones estadounidenses que impedían la exportación de los mejores chips de Nvidia a China y Hong Kong habían contribuido a crear un mercado clandestino.

La situación actual es la culminación de unos meses locos de gasto por parte de "todo el mundo y su perro", como dijo Elon Musk en una ocasión, en su búsqueda de la tecnología que podría acelerar su progreso en la IA hasta velocidades de vértigo. 

Business Insider informó en abril de este año de que el propio Musk había comprado unas 10.000 GPU como parte de su intento de transformar X en una super aplicación centrada en la IA. Musk también ha anunciado desde entonces su propia empresa de IA, xAI, como contrapartida a OpenAI.

Estas extraordinarias maniobras de compra de chips para la IA generativa hacen difícil poner dimensión a su enorme valor. 

Sin duda, ChatGPT ha sido el rostro de la nueva era de la IA desde su lanzamiento, pero los procesadores de Nvidia –un motor clave del ascenso de la empresa a una capitalización de mercado de 1 billón de dólares en mayo– ofrecen un poder de permanencia del que el chatbot de OpenAI aún no disfruta. Sobre todo porque cada vez es más tonto.

A partir de ahora, la cosa no hará más que enloquecer. La semana pasada, Nvidia presentó una versión de nueva generación de la H100, la GH200, cuyo lanzamiento está previsto para el segundo trimestre del año que viene.