Este producto de Lidl te ahorrará una visita al dentista y cuesta menos de 30 euros

Los adultos con al menos una caries en España no acuden al dentista, según los datos de la última Encuesta de Salud Oral en España 2020 publicado en Revista del Ilustre Consejo General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos de España con datos desde 1983 a 2015. Datos que corrobora el Libro Blanco de la Salud Oral 2020 presentado por el Consejo General de Dentistas y la Fundación Dental Española (FDE) con motivo del Día Mundial de la Salud Bucodental, que cifra en un escaso 51% los adultos españoles que cumplen con la recomendación de acudir al menos una vez al dentista cada año. ¿Eres de los que se encuentra en ese 49% restante? Lidl tiene la solución para ayudarte a mantener una salud bucodental adecuada hasta que te decidas a visitar al dentista. 

El irrigador bucal de Lidl, asegura la compañía, limpia eficazmente todas las zonas donde no llega el cepillo de dientes gracias a sus 3 niveles de intensidad:

• Suave, para masajear y estimular las encías.
• Normal, enfocado a la limpieza diaria de la placa dental.
• Chorro, pensado para eliminar los restos de comida más persistentes.

Este aparato para la higiene bucodental de Lidl dispone de depósito de agua integrado en el mango pero fácil de llenar, así como dos boquillas con anillas para identificar a cada usuario. El precio, 27,99 euros,  incluye la estación de carga de la batería del dispositivo, y que se puede instalar en la pared ya que se entrega el material de montaje. 

¿Es bueno utilizar un irrigador bucal como el que vende Lidl en casa?

La principal amenaza para la salud bucodental reside en las bacterias que se acumulan en la base de los dientes conocida como placa bacteriana según el Consejo General de Dentistas de España. Si se dejan esas bacterias actuar sin eliminarlas, se genera la periodontitis que en su forma más extrema provoca sangrado al cepillado y gingivitis. Estas patologías implica que los agentes patógenos 'roen' los dientes pudiendo llegar en casos graves a la pérdida de la pieza. 

Es más, según un estudio del Centro Cardiovascular y Cerebral Nacional de Osaka (Japón), se han encontrado evidencias científicas que apuntan a la presencia de estas bacterias de origen bucodental en el torrente sanguíneo como origen de episodios de accidentes cerebrovasculares, según Infosalus.

Los dentistas recomiendan el uso de irrigadores bucales siempre y cuando se disponga de la pericia y la habilidad para enfocar su chorro de presión sobre las piezas sin dañarlas. 

Así funciona un irrigador bucal

El irrigador dental aplica un chorro de agua a presión, mayor o menor según la intensidad que se configure, sobre los dientes y las encías con el objetivos de eliminar los restos de comida que se cuelan en las zonas donde el cepillo de dientes habitual no llega. 

Una mala aplicación de la presión o una potencia excesiva puede provocar una lesión en la encía, por lo que se recomienda siempre su uso bajo indicación del higienista dental. Es habitual que los dentistas lo recomienden para personas en tratamientos de ortodoncia para eliminar completamente los restos de los brackets. 

¿Cada cuánto hay que usar el irrigador dental?

Desde el Consejo General de Dentistas de España recomienda un uso moderado del irrigador bucal como el que vende Lidl en su web. 

Se puede utilizar después de cada cepillado pero no más de 5 minutos en cada ocasión y respetando un tiempo mínimo de 2 horas entre aplicaciones. 

Cómo funciona el irrigador dental

El funcionamiento del irrigador bucal de Lidl es sencillo: basta con llenar el depósito con agua tibia e incrustarlo de nuevo en el mango, asegurándose de que está bien colocado antes de presionar el botón de encendido. A continuación, se coloca la boquilla y se arranca, primero sobre el lavabo para ajustar la presión y posteriormente se lleva a la boca. 

En esta, la punta de la boquilla se coloca sobre los dientes en un ángulo de 90 grados. Se recomienda que durante todo el proceso la cabeza esté inclinada sobre el lavabo para que los restos caigan directamente sobre él y no permanezcan en la boca. 

Se comienza desde los dientes posteriores y se desplaza uno a uno la boquilla por encima de la línea de las encías.