Los 7 pueblos más bonitos de Aragón para ir de escapada rural este verano

Si aún estás pensando dónde ir estas vacaciones y te apetece viajar por España, Aragón puede ser un destino que bien merece la pena descubrir.

Conocer Aragón es sin duda rastrear los pasos que numerosas culturas han dejado desde hace siglos en algunas de sus ciudades más importantes que atesoran un patrimonio sobresaliente. Ejemplo de ello es la Basílica de Nuestra Señora del Pilar en Zaragoza, reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Pero sus provincias esconden además entre sus valles y sierras algunos pueblos de verdadero encanto medieval, con sus castillos, monasterios y murallas, donde deambular recorriendo sus laberínticas callejuelas por las que parece no transcurrir el tiempo.

La mejor manera para descubrir todo esto es ver cuáles son los pueblos más bonitos de Aragón para ir de escapada rural.

Albarracín (Teruel)

Albarracín impresiona incluso antes de llegar a él. El pueblo se engarza sobre la propia roca, en lo alto de un peñasco coronado por su castillo y la muralla.

La belleza del pueblo es innegable, tanto que ha sido propuesto por la UNESCO para ser declarado Patrimonio de la Humanidad. Por lo que, si estás buscando un pueblo pintoresco al que irte de escapada este verano, Albarracín es muy probable que no te defraude.

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Sus casas rojizas con balcones en forja y madera se reparten por las angostas y empinadas calles que recorren su caótico trazado medieval. 

Las antiguas murallas arropan al castillo, de origen árabe transformado tras la reconquista. Albarracín, no solo tiene castillo y murallas, también dispone de catedral que se alza sobre un templo románico del siglo XII, con torre renacentista.

El entorno ofrece además un paisaje llamativo para una escapada campestre inolvidable. En sus proximidades podrás disfrutar de los pinares del Ródeno o la Cascada del Molino de San Pedro.

Benasque (Huesca)

Emplazado en el Valle del que toma su nombre, en el corazón del Pirineo, Benasque es uno de esos pueblos que rezuma encanto montañés en cada uno de sus rincones. 

Conjuga su tradicional arquitectura de montaña con edificaciones interesantes como la iglesia Santa María la Mayor de origen románico, la Casa Juste con su imponente torreón o el Palacio de los Condes de Ribagorza de estilo renacentista.

Su entorno natural es reconocido por esquiadores y amantes de los deportes de aventura. En sus proximidades está el Parque Natural Posets Maladeta, donde se encuentra, entre otras grandes cimas, el Aneto, el pico más alto de los Pirineos.

Alquézar (Huesca)

Alquézar es una de esas villas que logra transportar a tiempos pasados por su vida tranquila y su arquitectura medieval.

Encaramado en lo alto de un cerro, la estampa que compone el pueblo a lo lejos ya merece la pena. Este se extiende en las alturas sobre un cañón perfilado por el río Vero que dibuja un paisaje repleto de cuevas y acantilados perfectos para los amantes de deportes como el barranquismo.

También podemos admirar el castillo de origen árabe, convertido en Colegiata tras la reconquista y declarado monumento nacional desde 1931. 

Incluido dentro del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, Alquézar cuenta con numerosas rutas para la práctica de senderismo y escalada, además de contar con varias muestras de arte rupestre.

Aínsa (Huesca)

Aínsa se asienta en la confluencia de los ríos Cinca y Ara, en la comarca de Sobrarbe, uno de los tres condados que formaron el reino de Aragón.

Dominando el paisaje, el pueblo nació al abrigo del castillo de Aínsa del siglo XI, aunque ya muestra pocos vestigios del románico. La villa, conserva un casco histórico sobresaliente catalogado Conjunto Histórico-Artístico.

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El pueblo se emplaza además en entorno excepcional entre el Parque Nacional de Ordesa, el Parque Natural de los Cañones y la Sierra de Guara y el Parque Natural Posets-Maladeta, que le convierten en un destino privilegiado del turismo rural.

Sos del Rey Católico (Zaragoza)

Asentado en las alturas, sobre la peña Felicinana, y próximo la comunidad foral de Navarra, esta ubicación privilegiada hizo que tras la reconquista este pueblo se convirtiera en un enclave estratégico entre los reinos de Navarra y Aragón. 

El encanto de Sos reside en perderse por su entramado de callejuelas estrechas y empedrada, dejándose envolver por el aire medieval que rezuma su casco histórico, declarado Conjunto Histórico- Artístico desde 1968.

Este pueblo vio nacer al mismísimo Fernando II el Católico, el 10 de marzo de 1452. En él es posible visitar el Palacio de Sada, la casa de la familia en la que nació el futuro monarca, o la iglesia de San Esteban, en cuya pila bautismal fue bautizado.

Ansó (Huesca)

Ansó seduce al visitante con un rico patrimonio, arraigada tradición y naturaleza.

Este pueblo atesora uno de los cascos urbanos mejor conservados del Pirineo Aragonés, declarado Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Aragón. Sus calles empedradas son una muestra de arquitectura pirenaica con sus casas en piedra y madera recorriendo todo el entramado urbano.

Merece una visita la iglesia parroquial de San Pedro con retablo mayor barroco y por supuesto el museo del Traje Típico Ansotano. Esta vestimenta cargada de volúmenes y colores se remonta hasta la edad media, pero aún en el siglo XX seguía siendo utilizada por los vecinos de esta zona. 

Una vestimenta única que incluso llamó la atención del propio pintor Sorolla y que cada último domingo de agosto se festeja con la Fiesta del Traje Típico Ansotano, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, en la que este pueblo se vuelve a vestir según su arraigada tradición.

Asimismo, el pueblo es un enclave perfecto para aquellos que buscan perderse en un entorno natural privilegiado. 

Agüero (Huesca)

Sin duda, el entorno natural en el que se ubica Agüero potencia aún más la belleza de este pequeño pueblo del Prepirineo oscense.  Arropado por la sierra Mallos de Agüero, su horizonte queda totalmente dibujado por las impresionantes masas rocosas verticales (conocidas como mallos) que se alzan tras el pueblo y que parecen abrazarle o esconderle.

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El origen de Agüero se remonta a la época de la Reconquista, época que puede rastrearse en los restos de su castillo, existente ya en el siglo X. Otros monumentos destacados son la iglesia románica de Santiago, declarada monumento nacional y ubicada a unos 700 metros del pueblo.

También en las cercanías, a unos 30 kilómetros, es posible visitar el castillo de Loarre. Conocido por ser utilizado para la película El Reino de los Cielos de Ridley Scott, se alza como una de las fortificaciones románicas mejor conservadas de Europa.

Está claro que lo primero a la hora de viajar es conocer tu país y que Aragón nos ofrece grandes posibilidades.

Tanto en monumentos como en paisaje y naturaleza.

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Además de poder disfrutar de sus gentes y su hospitalidad.