Soy una asistente virtual de 24 años que gana casi 7.500 euros al mes: cómo he montado mi negocio y encuentro a mis clientes

Mary Carrasquillo acababa de graduarse en marketing en la Universidad Internacional de Florida cuando estalló la pandemia y aunque solicitó cientos de puestos de trabajo durante los primeros meses, no obtuvo respuesta de ningún empleador. El covid-19 obligó a todas las empresas a cerrar sus negocios y frenar congelar la contratación. 

Como otras muchas personas por aquella época, recurrió a TikTok para entretenerse durante el confinamiento. En la plataforma china encontró un vídeo de Jessica Haws, asistente virtual y coach empresarial, en el que explicaba el modelo de negocio de la asistencia virtual y cómo había conseguido un salario de 6 cifras haciendo además algo que le gustaba. 

Carrasquillo pensó que era demasiado bueno para ser verdad, pero su instinto le llevó a contactar con Haws y a hacerle muchas preguntas. 5 meses después, Carrasquillo lanzó oficialmente su empresa de asistencia virtual llamada Create with MKC. "Ni siquiera puedo expresar lo lejos que he llegado en mi negocio y lo mucho que ha crecido", asegura Carrasquillo. "Nunca lo hubiera imaginado, sabiendo que todo surgió de un simple vídeo de TikTok".

Desde su lanzamiento en diciembre de 2020, ha conseguido 6 clientes fijos e ingresa 8.000 dólares al mes, según documentos verificados por Business Insider. De hecho, Carrasquillo es uno de los muchos jóvenes de la generación Z que se han lanzado al mundo freelance en 2022 para crear sus propios negocios. Otros son diseñadores gráficos, fotógrafos o redactores de descripciones de Amazon.

Este artículo se basa en una conversación con Mary Carrasquillo sobre cómo ha encontrado una carrera que le apasiona gracias a su negocio de asistencia virtual y cómo consigue a sus clientes. El texto ha sido editado por motivos de extensión y claridad.

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Me gradué de la universidad en el verano de 2020. 

Durante la mayor parte de mi vida, me han enseñado que después de la universidad y obtener el título, prácticamente tienes garantizado un trabajo. Pero llegó la pandemia y esa mentalidad ya no se aplicaba a la realidad, ya que solicité cientos de puestos de trabajo, pero no recibí respuesta de ninguna empresa.

Estaba muy desanimada, teniendo en cuenta que había pasado los últimos 12 años en la universidad trabajando para tener un buen futuro.

Con el confinamiento y el aburrimiento me descargué TikTok y descubrí a Jessica Hawks. Sus vídeos me abrieron los ojos a los negocios por internet. Aunque muchas empresas físicas estaban cerradas y parecía que la economía en su conjunto estaba parada, había todo un mundo online que continuaba funcionando a pesar de la pandemia.

Lo que realmente me animó a tomarme en serio esta opción laboral fue la libertad que me daba: poder trabajar desde casa, decidir mi horario, fijar mis precios y levantarme cada día a hacer lo que me gusta era algo que me atraía.

Encontrar clientes con necesidades concretas y proyectarte

Una de las muchas ventajas de la asistencia virtual es la variedad de responsabilidades que puedes asumir. 

Te permite probar qué trabajo te gusta más y desarrollar esas habilidades con el tiempo. También puedes dividir tu trabajo en distintos tipos de tareas en función de las necesidades de los clientes. 

Como muchos de mis clientes son diseñadores de marcas y páginas web, mis tareas incluyen la gestión de proyectos, la programación, el envío de facturas, el cobro de depósitos y el reparto de contratos. En general, mi trabajo consiste en garantizar que los negocios de mis clientes funcionen sin problemas. 

Las llamadas de Zoom son otro elemento característico de mi trabajo y a veces duran una hora. En ellas hablo con los clientes potenciales para conocer lo que buscan y esperan de mí y así elaborar su estrategia.

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Para encontrar clientes, me aseguro de que mi comunicación sea muy fluida. Creo contenidos que resuelven algunos de sus problemas y que sé contienen información que les cuesta encontrar, después mantengo con ellos conversaciones profesionales significativas. 

Además, envío mensajes a las marcas que me gustan en Instagram, pero no me "lanzo". En lugar de eso, les digo que me encanta su trabajo y dejo que se pongan en contacto conmigo después de que vean mi perfil. 

Utiliza las habilidades que ya tienes, pero no tengas miedo de pedir consejo

Apliqué los conocimientos de marketing que aprendí en la carrera para destacar en el sector. Como sabía que quería trabajar con diseñadores, mi marca tenía que ser muy coherente con ello, pero fiel a mí misma y a mi estética.

Además, tener una página bien elaborada que muestre tus habilidades, tu visión y tus proyectos, te dará la credibilidad necesaria para que las diferentes marcas quieran trabajar contigo.

Lo más importante es mantenerse alerta y evolucionar constantemente con tu negocio. 

Encontrar un coach empresarial fue un paso muy positivo para la construcción de mi negocio. Otros empresarios no deberían tener miedo de pedir ayuda, porque tener a alguien que te guíe y te enseñe las herramientas que debes utilizar, el nicho en el que debes entrar y los servicios que debes prestar ayudará a decidir quién ser como empresario.