Las nubes están hechas de agua, pero la polémica por el nuevo centro de datos de Meta pasa de puntillas en la campaña de Talavera de la Reina

Acto por el Día del Agua en marzo de 2023 en la provincia de Málaga.
Acto por el Día del Agua en marzo de 2023 en la provincia de Málaga.

REUTERS/Jon Nazca

  • Marcó el inicio de la campaña e incluso un desairado García-Page advirtió con contundencia que no permitiría que empresas como Meta se fuesen por la falta de agua.
  • Ecologistas y activistas detrás de la plataforma Tu nube seca mi río advirtieron en abril del impacto hídrico que supondría la instalación de un centro de datos allí.

En los prolegómenos de la campaña electoral parecía que el debate sobre la sequía iba a copar más titulares. El Gobierno de Pedro Sánchez se anticipó aprobando en el Consejo de Ministros una serie de ayudas al sector agrario para paliar las consecuencias de la escasez de lluvias que se registran en los últimos meses.

De hecho, la situación de los regantes en Doñana causó una tormentosa bronca entre Ejecutivo central y Junta andaluza que se elevó incluso a las instituciones europeas, haciendo que todo el PP europeo acabara enmendando la plana a un comisario de la Administración Von der Leyen.

La digitalización promete, en muchos aspectos, reducir la huella de carbono de compañías y organizaciones que recurran a sus bondades. Pero la propia digitalización también deja huella, y una de las más evidentes es la construcción de grandes macrocentros de datos en territorios, con el consumo de recursos naturales que estos requieren.

Los municipios en la encrucijada de las políticas industriales: Arteixo o qué pasa cuando vives a la sombra del mayor gigante textil del mundo

Estas instalaciones utilizan el agua o bien para abastecerse de energía o bien para enfriar su infraestructura. Por eso no es de extrañar que gigantes como Google o Meta opten por acuíferos o ríos para levantar estos centros de datos. Y no en todos los sitios levantan el entusiasmo que cabría esperar ante sus promesas de generar empleo o apoyar la transformación del tejido productivo.

En Chile la construcción de un centro de datos de Google en la región de Cerrillos levantó toda una polvareda: la infraestructura requeriría 169 litros de agua por segundo para enfriar sus servidores y compró los derechos necesarios para su consumo. El proyecto se autorizó, aun con las dudas de posible sobreexplotación. Finalmente, Google pospuso el desarrollo de este proyecto.

Todo aquello se conoció en 2021. 2 años después la diatriba entre agua y centros de datos continúa existiendo. Un tribunal uruguayo exigió a las autoridades nacionales que ofreciera los datos que en un primer momento negó sobre el futuro uso del agua de un proyecto de centro de datos también de Google.

Hace unas semanas, un nuevo libro, Tecnología para un planeta en llamas, ponía en valor cómo el gigante del buscador y Microsoft se estaban disputando el control de usos del agua de la periferia de Santiago de Chile para desplegar sus iniciativas.

Hay ejemplos más allá de Latinoamérica. En Europa, las propias autoridades irlandesas han puesto pie en pared ante el desaforado gasto de agua que la instalación de más centros de datos puede provocar en el país. La empresa estatal de agua, Irish Water, ha instado a las tecnológicas a mejorar su tecnología para reducir el consumo y gasto del líquido elemento.

Y en muchos puntos del planeta, oír hablar de nuevos centros de datos hacen que algunos vecinos se echen a temblar, como es el caso de una nueva planta de Meta —antes Facebook— en Mesa, en el estado de Arizona de EEUU; o los granjeros que protestaron contra otro proyecto de la misma compañía en un condado de Albuquerque.

"Los granjeros necesitamos el agua, los datos no se pueden comer", denunciaban con sus pancartas.

Incluso al otro lado del mundo, en lugares como Singapur, se han implementado medidas para congelar durante períodos concretos la aprobación de proyectos de nuevos centros de datos hasta que no se oferten soluciones más sostenibles. 

Quien hace esta recopilación es el grupo de trabajo que hay detrás de una iniciativa de activistas llamada Tu nube seca mi río, que se dio a conocer hace unas semanas denunciando la construcción de un macrocentro de datos en Talavera de la Reina, municipio de Castilla-La Mancha, aunque nace con la vocación de dar soporte a organizaciones vecinales y ecologistas en todo el estado.

La polémica por la sequía y la aprobación de un centro de datos en Talavera pasa de puntillas por la campaña

La Junta de Castilla-La Mancha aprobó a finales de marzo un proyecto de singular interés: el centro "más importante de Europa de Meta", según el diariodecastillalamancha.es, que se ubicará en Talavera de la Reina.

Talavera es una urbe construida en la ribera del Tajo. En ella residen más de 80.000 personas y las fronteras fluviales las completan el río Alberche, que ha llamado la atención de la compañía tecnológica.

En el momento en el que se anunció la aprobación de este proyecto, el presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page, sacó pecho de la decisión de la multinacional tecnológica: calificó la elección de Talavera como "un orgullo para todos" y una "magnífica noticia". El proyecto será "importante para España y para el sitio donde va ubicarse y la región".

En Talavera gobiernan los socialistas desde 2019. Al frente del consistorio está Tita García, quien fuera consejera de Fomento desde mediados de 2017 y hasta las municipales de 4 años precisamente en uno de los primeros gobiernos autonómicos de García-Page. La propuesta de Meta también ha atraído al Gobierno central: la entidad pública de suelo ya se interesó por la iniciativa.

La memoria técnica del proyecto, recoge El País, contempla que las instalaciones consumirán 200 millones de litros anuales de agua potable, y la cifra superaría los 665 millones contando las necesidades asociadas, como oficinas, servicios, riegos, estación eléctrica...

Por eso los activistas que están detrás de la plataforma Tu nube seca mi río lanzaron la voz de alarma. Una de las portavoces, en conversación con Business Insider España, ponía el acento en que cuando las grandes tecnológicas "aparecen en el territorio" lo hacen con una idea "de extractivismo tecnocapitalista".

Proyecto de centro de datos de Meta en Talavera de la Reina, Toledo.
Proyecto de centro de datos de Meta en Talavera de la Reina, Toledo.

Meta

"No es que vengan a robarnos el carbón, pero sí vienen a robarnos otros recursos, como es el agua. Se aprovechan de que hay una población envejecida y con una alta tasa de paro y hacen promesas laborales que no van a cumplir. Los centros de datos requieren muy poca mano de obra: la que requieren es remota y los que están sobre el terreno no tienen grandes derechos laborales".

La plataforma colgó un artículo el 25 de abril en su web titulado Los buitres de los Centros de Datos en la Mancha: Cuando las grandes tecnológicas vienen a extraer recursos de la Iberia vaciada. Y en llamada con este medio van más allá al recordar que las promesas de empleo con las que llegan a los territorios no son tan atractivas como lo pueden parecer en un primer momento.

La plataforma cita, por ejemplo, la tesis de Steven Gonzalez Monserrate, un etnógrafo que se dedicó a, durante una época de su vida, vivir y trabajar con refrigeradores de centros de datos. "En la tesis Monserrate cuenta los riesgos y el estrés que provoca este tipo de trabajo: son empleos de muy mala calidad".

"Los políticos entran, además, en un ciclo de campaña electoral, pensando que estas promesas mueve a la gente. No sé si se están equivocando: hay nuevas generaciones a las que les importa muchísimo más el cambio climático. No sé si ese cortoplacismo de los políticos al atraer a las grandes tecnológicas pueden jugarles en su contra", remachan los activistas.

Por el momento la plataforma ha recibido adhesiones de ciudadanos del entorno de Talavera a título individual. Los ecologistas han compartido sus preocupaciones. Y una formación política, Podemos, ha sacado el tema a colación en campaña. 

El candidato morado a la presidencia castellanomanchega, José Luis García Gascón, denunció que si ese centro de datos "ha pasado los estudios medioambientales es porque no habían tales estudios, ya que el presidente García-Page, junto a Ciudadanos, se los han cargado". "Se está dañando al río Tajo y desde Castilla-La Mancha lo que hay que hacer es restar a dicho río 0 hectómetros cúbicos".

El espaldarazo de presidente y alcaldesa al proyecto

Pero el desarrollo del proyecto, lejos de suceder igual que sucede en varios puntos de Latinoamérica o de EEUU, se zanjó con un 'carpetazo' del candidato a la reelección. García-Page arguyó que "no permitirá" la marcha de Meta por la falta de agua. "¿Es razonable que se pongan en cuestión los problemas que puede tener una multinacional que va a ir a Talavera por 0,6 hectómetros?".

La actual regidora, Tita García, hizo lo propio: "Es un insulto que se cuestionen proyectos empresariales en la ciudad por falta de agua". Business Insider España se puso en contacto con su equipo para concertar una entrevista con la que poder ampliar su opinión, pero finalmente no hubo respuesta.

Málaga, entre monocultivos: la fiebre turística y la ambición tecnológica de la Costa del Sol que permiten imaginar una economía más diversificada

¿Y qué se dice desde Meta? La multinacional ha evitado pronunciarse públicamente sobre el conflicto: está satisfecha por la aprobación del proyecto de singular interés aunque no se anunciarán inversiones concretas hasta que termine la planificación y la obtención de permisos para el proyecto. La compañía remite a 2021, año en el que se comprometieron en ser positivos en agua para 2030.

En otras palabras: para esa fecha esperan recuperar más agua de la que consumen en todo el planeta.

Sobre el centro de datos de Talavera, reducen las cifras de agua que han bailado estos días en los medios. De 200 o 665 millones de litros al año a un consumo estimado de 117,5 millones de litros, ya que desde la compañía advierten que 82,5 millones se devolverían, eso sí, a la red de aguas residuales.

Cuando la ausencia de coherencia en políticas industriales desemboca en improvisaciones

A días de que termine la campaña para las elecciones municipales, Business Insider España ha sacado a colación varios paradigmas de los problemas que afrontan los municipios ante la posibilidad de buscar alternativas en el tejido productivo que hasta ahora había copado el sector servicios: un debate auspiciado y acelerado por la pandemia.

Así, se ha hablado de qué sucede en un concello como el de Arteixo cuando vive junto a un gigante del textil como Inditex, las posibilidades —y enormes desafíos— de una capital como Málaga cuando deja de mirar con obsesión al turismo y abraza muchas iniciativas del sector tecnológico, y un tercer caso es este de Talavera de la Reina como escenario de nuevos conflictos como el que presenta Tu nube seca mi río.

Roy Cobby es el autor del informe El retorno de las políticas industriales que puso mucho de negro sobre blanco hace unas semanas. El estudio es auspiciado por el think tank Future Policy Lab, y escrutaba y diagnosticaba cómo habían sido las políticas de atracción inversora e industrial en diversos territorios del país.

Las propuestas que también arrojó dicho informe "no son exclusivas para la industria manufacturera", reconocía el propio Cobby en conversación con este medio, pero entendía que esa industria sí podía representar esa conexión con "servicios de alto valor añadido o empleo de calidad".

Entre los problemas detectados en el informe es la ausencia de una banca de crédito pública propia del calibre de la KfW alemana o la ausencia de coherencia entre instituciones. Solo el diseño de los proyectos estratégicos de los PERTE que vehiculan los fondos europeos de recuperación se han diseñado por ministerios "como silos", obstaculizando muchas sinergias potenciales.

Lo que sí denunciaba el informe y el propio Cobby es que en España siempre se ha sido muy cortoplacista en el diseño de estas políticas. "Hemos tenido carencia de coordinación y carencia de objetivos estratégicos a largo plazo. Pueden verse improvisaciones que no están aprovechando de manera clara la traducción en el territorio que puede tener la implantación de una nueva empresa".

"Es importantísimo subrayar siempre que la atracción de la inversión es siempre el principio. También criticamos el paradigma que hubo durante los años de la crisis, en lo que lo importaba a toda costa era atraer inversiones. Se habló mucho de que la competitividad española era reducir el coste laboral. Lo que proponemos es que las inversiones tengan una traducción a largo plazo", incidió. 

"Lo que tenemos que ofrecer es un entorno institucional que sea atractivo para que las empresas no solo vengan porque tenemos grandes profesionales a bajo precio, sino porque hay una oportunidad en todo el ecosistema empresarial que permita una innovación propia, una creación de empleo, que no simplemente importemos esos componentes tecnológicos". 

A juicio del experto, también investigador en la King's College de Londres, es que "todo eso a veces es una conversación ausente". "A un alcalde o a un líder regional le puede gustar hacerse mucho la foto con esa apertura de la fábrica... pero el plan siempre tiene que estar ahí". 

El desafío con el nuevo macrocentro de datos de Meta en Talavera de la Reina no estará solo en que no represente una depredación de los recursos hídricos: las dudas los ponen los ecologistas y activistas sobre la mesa, las respuestas las tendrá que dar la compañía y las instituciones como ha sucedido en otras partes del globo.

El desafío también estará en cómo un macrocentro de datos puede atraer proyectos e impulsar una economía y un mercado laboral que no necesita de más promesas y que aspira a ir más lejos que la conocida industria cerámica del municipio.

En 2017 una gran manifestación recorrió la localidad, convocada por la Mesa por la recuperación de Talavera. La misma organización hizo balance de la legislatura hace unas semanas. Denunció la falta de cumplimiento en varios compromisos, como recogía En Castilla-La Mancha, pero también vio con buenos ojos la idea de que Meta se asentase en la ciudad.

Pero para esta organización, lo urgente es adecuar a Talavera por si finalmente aterriza el gigante tecnológico de Mark Zuckerberg. "Si una empresa se quiere instalar en la ciudad no puede porque no hay suelo industrial. Por ello las empresas de gran número de empleados que se están instalando en la provincia lo hacen en Toledo o en Illescas, y no en Talavera".

"Para la llegada de la multinacional antes hay que adecuar la ciudad para que los empleados con sueldos elevados se queden y no se marchen a otra ciudad".

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.