Las zapatillas más populares de Nike están poniendo en jaque sus ambiciosos objetivos medioambientales

Matthew Kish,
Catherine Boudreau,
Las zapatillas de cuero son las más populares entre los compradores en lugares que marcan tendencia, como Flight Club en Los Ángeles.
Las zapatillas de cuero son las más populares entre los compradores en lugares que marcan tendencia, como Flight Club en Los Ángeles.

Getty Images

La mayor amenaza para los objetivos medioambientales de Nike pueden ser sus mejores clientes. 

Las zapatillas más clásicas, y de las que los clientes no se cansan a pesar de que pase el tiempo, incluidas las Jordan, Dunks, Blazers y Air Force 1, usan cantidades significativas de cuero, uno de los materiales con la huella de carbono más alta.

El alza de su calzado impulsó el uso de cuero en un 35% el pasado año.

"Debido a la preferencia de los consumidores por los modelos clásicos de Nike, con más cuero, estos están superando el crecimiento del resto del calzado, lo que nos coloca detrás de nuestro plan para 2025", escribía la propia empresa en su último informe de responsabilidad corporativa.

Nike se considera un líder en sostenibilidad en la industria mundial de la moda y la ropa deportiva, y por ello tiene marcado algunos de los objetivos más agresivos para reducir su huella de carbono de toda la industria. 

Sin embargo, la demanda de sus icónicos calzado de cuero hace palpable una tensión constante entre sus objetivos climáticos, la demanda de los consumidores y las expectativas de Wall Street. 

"¿Qué es más importante, los objetivos financieros o los objetivos de huella de carbono? Al final del día, Nike quiere vender más Jordan porque hay demanda y las empresas siempre buscan aumentar los ingresos", admite Ken Pucker, profesor titular de la Universidad de Tufts.

El también exejecutivo de Timberland añade: "El afán económico está por delante de cumplir con un objetivo de emisiones".

Nike ha preferido no hacer comentarios sobre este tema, a pesar de que de Business Insider ha contactado con ellos.

Nike Mercurial Vapor Next Nature está elaborada por un 50% de contenido reciclado.
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Nike

"Estos son problemas sistémicos"

Como parte de un nuevo compromiso con objetivos basados en la ciencia y los estándares de la industria, Nike quiere reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 90% para 2025. Sin embargo, la tendencia se mueve en la dirección contraria.

Las emisiones totales de la empresa aumentaron más de un 15% desde 2015, en parte, por la "intensidad de emisiones creciente" de la red eléctrica alimentada con carbón de Vietnam y el mayor uso de cuero.

De hecho, Vietnam representó el 30% de la fabricación de calzado de Nike en 2021, mucho más que cualquier otro lugar. Desde entonces, esa cifra ha ido aumentado hasta el 44%, según el informe anual presentado la semana pasada ante la Comisión de Bolsa y Valores.

En el documento, Nike explicaba que sus nuevos objetivos eran "mucho más grandes" que cualquiera de las ambiciones anteriores. Estos desafíos requerían ir más allá de las "reducciones incrementales", pero también desbloquear un cambio sistémico, algo que, admitían, no se dejaría sentir hasta los próximos años.

En 2019, Nike anunció su esfuerzo Move to Zero, un precepto reflejado en algunas cajas de su calzado, cuyo objetivo dibujaba un futuro sin emisiones de carbono y sin residuos para "ayudar a proteger el futuro del deporte".

Sin embargo, una revisión de Business Insider durante 2 décadas a sus informes arrojó que Nike tenía un historial desigual cuando se trataba de alcanzar objetivos ambientales y de responsabilidad corporativa.

Normalmente, la empresa establece objetivos cada 5 años para sus fábricas, mano de obra y esfuerzos ambientales. En el año fiscal 2020, la compañía mantenía que había alcanzado 7 de 19 objetivos, que había avanzado en 6 y se quedó corto en otros 6.

¿El éxito? Su porcentaje de energía renovable que en las instalaciones operadas o propiedad de Nike aumentó 34 puntos porcentuales, hasta el 48%.

¿El error? Su huella de carbono promedio de los productos de Nike, la cual se mantuvo sin cambios entre 2015 y 2020, a pesar de la meta de reducción impuesta del 10%.

Aún así, Nike es elogiada regularmente por sus esfuerzos ambientales. Los expertos en sostenibilidad advierten, además, de la complejidad de las cadenas de suministro globales.

"Estos son problemas sistémicos", dijo Pauline Op de Beeck de Carbon Trust, que trabaja para que la moda sea más sostenibles desde el punto de vista ambiental. "Estas cosas no pueden cambiar de la noche a la mañana. Requieren de colaboración y planificación estratégica a largo plazo".

El modelo Dunk de Nike, en blanco y negro, a menudo conocido como Panda.
El modelo Dunk de Nike, en blanco y negro, a menudo conocido como Panda.

StockX

"El desperdicio del cuero tradicional está negando la ganancia que hemos obtenido en otros lugares"

Una de las zapatillas Nike más populares en este momento es la Dunk, un modelo que debutó en 1985 como un calzado por y para el baloncesto. Sin embargo, acabó haciéndose un hueco entre los amantes de las zapatillas, como explica HighSnobiety

Uno de los colores más populares es el modelo en blanco y negro, a menudo conocido "Panda", que ha acabado convirtiéndose en el uniforme para gran parte de la generación Z y millennials. 

Tal es su relevancia que se han vendido más de 2.000 pares en el marketplace StockX. La mayoría han sido adquiridas por unos 200 dólares (195 euros), casi el doble del precio original: 110  dólares (unos 107 euros).

El modelo panda está hecho, en su mayoría, por cuero.

“El cuero es uno de los materiales más ineficientes en un entorno de producción de calzado”, reconoció, sin embargo, el propio Nike en su informe. 

"Hasta la fecha, el desperdicio de cuero tradicional está negando la ganancia que hemos logrado en otros lugares, al tiempo que está contribuyendo con la gran mayoría de nuestro desperdicio incremental".

Los materiales representan alrededor del 70% de la huella de carbono de los productos de Nike.

Pese a que la compañía ha desarrollado materiales de próxima generación como FlyKnit y Flyleather, el más ecológico, los modelos clásicos de cuero siguen siendo los más populares entre los coleccionistas de zapatillas que dictan las tendencias de consumo.

Nike describe Flyleather como el calzado más duradero, más ligero y más respetuoso con el medio ambiente que el cuero tradicional. Sin embargo, el pasado año representó el 0,1% del uso de cuero de Nike –el sintético, además, disminuyó 10 puntos porcentuales al 26%–.

Los primeros 2 años del CEO de Nike han disparado sus acciones, pero los expertos alertan del peligro de una fuga de talento

Aunque los productos más sostenibles de Nike, incluido el Space Hippie, que está hecho con desechos de fábrica, parecen estar ganando popularidad, no se agotan de inmediato y se venden por debajo del precio minorista. 

Nike, en este camino por la sostenibilidad, también ha presentado nuevas siluetas sostenibles, incluida una zapatilla que se puede desarmar fácilmente para facilitar su reciclaje.

John Donahoe, CEO de la compañía, mencionó la introducción de versiones más sostenibles de Nike Pegasus Turbo y Mercurial Vapor, 2 modelos de calzado populares. También hizo hincapié en un nuevo material sostenible que podría "cambiar la industria de la confección".

La sede corporativa de Nike cuenta con numerosas prácticas de construcción sostenible, que incluyen amplios paneles solares.
La sede corporativa de Nike cuenta con numerosas prácticas de construcción sostenible, que incluyen amplios paneles solares.

Nike

"Podrían poner un zapato en la luna"

Los amplios esfuerzos de Nike por el medioambiente se remontan a las críticas por los talleres clandestinos, los mismos que enturbiaron a la compañía en la década de los 90. 

En 1998, Phil Knight, fundador y posterior director ejecutivo de la empresa, reconoció las críticas en un discurso que acaparó titulares. La compañía se comprometió así a una serie de reformas, incluido el establecimiento de más objetivos en aras del medioambiente.

Desde 2001, Nike ha publicado regularmente sus informes de responsabilidad corporativa, los cuales brindan información detallada a cerca de sus fábricas, mano de obra y esfuerzos de sostenibilidad.

Uno de los mayores hitos respecto a sus materiales ha sido eliminar los gases de efecto invernadero de la popular tecnología Air de Nike, el sistema de amortiguación que utiliza muchas de sus zapatillas.

"Se necesitaron 60 expertos que trabajaron para 50 organizaciones diferentes y millones de dólares en inversiones para eliminar los gases de efecto invernadero", incidía Nike, al respecto, en los informes que cubren los años fiscales 2004 y 2006.

En esta pugna, la compañía también apiló paneles solares en edificios corporativos; colocó turbinas eólicas en centros de distribución; redujo cajas de zapatos e imprimió recibos en papel biodegradable.

Esas acciones han valido la pena, pero no lo suficiente como para compensar las emisiones de la extensa red de fábricas contratadas por Nike y que son juez y parte en la fabricación de sus productos.

Nike estimó que casi el 99% de sus emisiones provenían de fábricas que no eran de su propiedad, también conocidas como emisiones de Alcance 3, un problema común para las multinacionales que intentan reducir la huella de carbono.

Además, reconoció la necesidad de profundizar más que nunca en su cadena de suministro, así lo plasma en su informe de responsabilidad corporativa más reciente. 

La multinacional se ha esforzado por lograr reducciones absolutas de emisiones, en lugar de reducir la cantidad de carbono por producto.

"Estos factores crean un conjunto de objetivos que se vuelven más difíciles de alcanzar, a medida que crece nuestro negocio", reconocen.

Ante esto, las marcas de zapatillas más pequeñas ven una oportunidad donde Nike ha tenido problemas.

Es el caso de Rommel Vega, quien diseñó zapatillas para marcas con una mentalidad sostenible como Columbia, Keen y Merrell antes de lanzar Holo, su propia línea de zapatillas sostenibles. 

Él considera que la industria del calzado está en el punto en el que estaba la industria automotriz hace unos años. En el aire, aflora el caso de Tesla que cuando irrumpió en la industria los gigantes empresariales se apresuraron a priorizar vehículos eléctricos más sostenibles, incluido Ford, que ahora fabrica una F-150 eléctrica.

Por supuesto, Nike, ante todo esto, tiene una ventaja competitiva

"Se necesita dinero. Tienen todos los recursos del mundo. Podrían poner un zapato en la luna, si quisieran".

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