He pasado una noche en una burbuja de plástico en un bosque de Islandia: estos son los 3 errores que cometí
- Me alojé en Buubble by Airmango, en Islandia, donde los huéspedes duermen en burbujas de plástico en el bosque.
- Cometí algunos errores, como llevar una maleta con ruedas y olvidarme de cerrar las puertas de la burbuja. Aun así, ese hotel es uno de los mejores recuerdos de mi viaje.
Situado a unos 100 km del centro de Reikiavik, Buubble by Airmango ofrece a los huéspedes la posibilidad de dormir en burbujas de plástico transparente en el bosque para disfrutar de vistas panorámicas de la belleza natural de Islandia.
En invierno, los huéspedes pueden ver el resplandor de las auroras boreales. En verano, durante mi visita, pude disfrutar de las surrealistas 24 horas de luz del sol de medianoche islandés.
Pagué 54.900 coronas islandesas (unos 364,75 euros), por mi estancia, que incluía una burbuja hinchable con calefacción, una toma de corriente y una lámpara, así como acceso a una cabaña con baño, cocina y wifi.
Mi noche en el hotel burbuja fue uno de los mejores momentos de mi viaje, pero también cometí algunos errores. Aquí van tres cosas que habría hecho de otra manera.
Debería haber llevado una mochila, no una maleta con ruedas
Me alojé en el hotel burbuja una noche durante un viaje de cinco días a Islandia, así que llevaba la maleta llena. Sin embargo, después de aparcar en el arcén de la carretera sin asfaltar que lleva al hotel, me costó arrastrar mi maleta rodante por el suelo hasta mi burbuja.
Habría sido mejor meter todo lo que necesitaba en una pequeña bolsa de viaje que hubiera podido llevar fácilmente por los senderos serpenteantes del bosque.
Olvidé cerrar una puerta de la burbuja antes de abrir otra
Las burbujas del hotel tenían dos puertas, una que daba a una pequeña entrada y otra a la propia burbuja. Como en una cámara de aire de una nave espacial, había que cerrar una antes de abrir la otra, pues de lo contrario toda la estructura se desinflaría.
Pero como iba y venía de la cabina para usar el baño o acceder al wifi, me olvidé de esta regla unas cuantas veces. La burbuja se desinfló un poco, pero enseguida volvió a su sitio.
No llevé suficiente agua
El agua del grifo islandesa es conocida por su alta calidad, y muchos ríos y arroyos de Islandia son seguros para beber. Pero en el hotel de burbujas, quizá debido a la disposición tipo camping, el agua del grifo tenía un sabor metálico que no me gustó nada. Solo me quedaba un poco de agua en la botella reutilizable que había traído, pero por suerte, otros huéspedes fueron lo bastante generosos como para compartir una de sus botellas extra conmigo.
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