Los 5 errores garrafales que no deberías cometer en tu primer día de trabajo

Primer día de trabajo

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  • En tu primer día de trabajo estás nervioso, ilusionado y expectante por causar una buena impresión. Para que todo salga a pedir de boca, anota algunos errores garrafales que no deberías cometer.
  • El equilibrio entre humildad y confianza, las ganas de aprender y una actitud proactiva y comprometida son algunas de las llaves para afrontar con éxito la primera jornada de empleo. 
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Salir sano y salvo del primer día de trabajo no es moco de pavo: para empezar con buen pie en un empleo nuevo son necesarias una buena organización, el control de las emociones, un buen manejo del lenguaje corporal positivo o la demostración del interés y las ganas de aprender. 

En tu comienzo como empleado de cualquier empresa, corporación, comercio o trabajo debes centrarte en causar una buena primera impresión, transmitir disposición, curiosidad e ilusión y reflejar tus capacidades para el puesto a la par que aprendes, resuelves tus dudas y conoces a tus compañeros. 

Alissa Bayer, fundadora del estudio de arquitectura EVIA Studior destacaba en Quora que la flexibilidad es fundamental. "Eso significa que escuchas, haces preguntas y eres honesto cuando no sabes o no entiendes algo". 

Tener claro que estás en proceso de capacitación, ser sincero sobre tus aptitudes, rechazar las excusas y mantener viva tu motivación te ayudarán a surfear la cresta de la ola. Mirando al lado negativo, ¿qué errores garrafales no debes cometer en tu primer día de trabajo? Fíjate en ellos para no reproducirlos. 

Fingir que eres perfecto

Mostrarte hermético, pelota o soberbio no te ayudará a establecer lazos ni a ser receptivo para ajustar tu perspectiva y adaptarte a los requisitos del nuevo empleo. Ser flexible y mostrarte imperfecto y natural es mejor: la clave está en la atención.

Destina tus esfuerzos iniciales a escuchar, establecer prioridades y asentarte en la nueva rutina. 

Impuntualidad, el error imperdonable

Impuntualidad

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La impuntualidad deteriora la comunicación y el entendimiento, desemboca en un efecto dominó negativo sobre el desempeño de otros, genera mala imagen y pérdidas económicas y provoca una pérdida de la coordinación en numerosas tareas. 

En definitiva, llegar tarde el primer día de trabajo es uno de los peores errores que puedes cometer: causa decepción, transmite desidia y da una imagen de falta de compromiso con tus nuevas obligaciones. 

Echar pestes de anteriores trabajos, jefes o compañeros

Nadie te conoce todavía, y si de golpe y porrazo el primer día tienes críticas y malas palabras hacia tu anterior empresa o antiguos jefes y compañeros de trabajo, nadie confiará en ti, pues te percibirán como una persona quejica, chismosa, deslenguada y poco de fiar. 

Mantén una actitud positiva y trata de no comparar tu nuevo lugar de trabajo con el anterior. Si sufriste experiencias pasadas negativas, mejor un borrón y cuenta nueva que ponerte a despotricar. 

Vestimenta incorrecta o falta de higiene

Primer día de trabajo

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Parece algo evidente, pero en algunas ocasiones no lo es tanto. Para ser totalmente profesional infórmate del código de vestimenta de la empresa y deja todo preparado la noche anterior.

Y por supuesto, cuida tu higiene. Unos ojos llenos de legañas, unas uñas mal recortadas o un pelo sucio son la peor carta de presentación laboral y personal para pisar un empleo por primera vez. 

Bostezar o mirar el reloj

Los signos de prisa, de aburrimiento o de distracción son lo contrario a la gratitud, la concentración y la disposición. Este tipo de gestos, incluso inconscientes,no serán bienvenidos en el primer día de trabajo, y podrían ser especialmente un lastre si estás en período de prueba. 

Durante tu jornada laboral no estés pegado a la pantalla del smartphone ni consultes tus redes sociales o aplicaciones de mensajería instantánea, algo que podría ser percibido como signo de mala educación. 

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