8 cosas que no sabes sobre los niños de San Ildefonso

Los niños del Colegio de San Ildefonso cantan los premios de la Lotería Nacional desde 1771, incluso antes de que se estableciera el Sorteo Especial de Navidad. Tan larga es su historia, que la Lotería de Navidad ha acabado siendo la primera red social de España. 

De hecho, desde que al desembarcar de Nápoles en España, Carlos III trajera la idea italiana de crear una lotería, un alumno del colegio San Ildefonso se ha encargado de extraer los premios. Aunque, eso sí, en los primeros años, lo hacían con los ojos vendados y había solo un niño, de siete años de edad. 

1. Las niñas de San Ildefonso, solo desde 1984

La llegada a la residencia de niñas, en 1984, marcó el inicio de su participación en el sorteo de Navidad. Adela Rivas, 46 años, fue de las niñas de San Ildefonso pioneras: “Fue una época increíble. No parábamos: teníamos ensayos a todas horas porque no teníamos experiencia en los sorteos. Nos hicieron vestidos nuevos -con falda- y el día del sorteo, con la impresión de los reporteros viniendo hacia mí, casi me da algo, había un montón”.

“Al año siguiente, yo ya no estaba, pero una compañera mía fue la que cantó el Gordo. Se le cayó la bola de los nervios, pero por suerte había muchas menos cámaras que el año antes y no se centraron en eso”, recuerda Adela. Hoy, solo uno o dos niños participan en cada sorteo, las chicas tienen las voces más nítidas. 

2. Colegio de San Ildefonso: el sancta sanctorum del fetichismo lotero

Asistimos al día de puertas abiertas de la residencia internado de San Ildefonso, que no el colegio, ubicados ambos en la misma dirección. En todo caso, se trata de la institución educativa infantil más antigua de Madrid, con casi cinco siglos de historia. Es de aquí de donde se selecciona un equipo de entre 45 y 50 niños, que son los que cada año extraen los premios.

Por eso muchos los conocen por los niños de la suerte. Por eso y porque no solo se encargan del sorteo del día 22, sino que también cantan todos los premios de la Lotería Nacional: los jueves y los sábados de todas las semanas del año. 

3. Niños y niñas de todas las procedencias

Antiguamente, la institución se dedicaba a la crianza de niños huérfanos y, de tanto repetirlo en las retransmisiones, mucha gente sigue pensando que esta es la situación de todos estos niños de la lotería. Sin embargo, desde los años 80, el internado acoge chavales en todo tipo de situaciones familiares.

“Es una actividad que les hace crecer mucho, la tenemos muy incorporada a nuestro proyecto educativo. Aprenden a organizarse, autocontrol, responsabilidad y todos salen de aquí sabiendo actuar en público como profesionales”, reconoce Chema García, uno de los cuatro profesores del centro que se encargan de este proyecto. 

4. Entrenan dos meses solo para este sorteo

En los dos meses previos, empiezan a entrenar específicamente para el evento. Dos días a la semana, media hora. Aunque tienen experiencia, el proceso y la duración del Sorteo de Navidad -casi cuatro horas- son específicas y vienen marcadas por la tradición. Loterías y Apuestas del Estado mantiene cedido al colegio material para los entrenamientos. 

“Mira estas bolas y la pletina, tienen cien años, literalmente”, afirma José María. A los niños se los empareja según la similitud de su timbre de voz. Son, como leías antes, más bien niñas: “Están con nosotros hasta los 13 o 14 años y muchos niños tienen un vozarrón bastante antes”, afirma el profesor. 

5. El proceso de extracción de las bolas

Los niños de San Ildefonso tienen que desarrollar una importante agilidad mental de cara al sorteo de Navidad. Mientras todavía están cantando la cifra anterior, deben recoger la nueva bola que ha caído del bombo, que además es bastante pequeña.

Tanto que, para poder leer la cifra completa, hay que girarla casi 180 grados. Esto el niño debe aprender a automatizarlo para mantener un ritmo alto durante el sorteo -“si no, se eternizaría”, admite José María. Se debe empezar a leer el nuevo número mientras se termina de cantar el anterior. Y no, no se equivocan. 

6. "El bola", "el chapa", "el director", tienen una jerga específica

No se percibe bien en las retransmisiones del Gordo, pero hay varias funciones diferentes en los sorteos y cada una exige unas condiciones. Según la jerga de los niños de San Ildefonso, hay un "director". “Es un papel muy difícil, requiere ser muy ágil mentalmente porque maneja a todos los demás solo con gestos y trabaja en coordinación con la mesa”. 

Después, están “el bola”, como su nombre indica, el que recoge las bolas con número que van cayendo del bombo; “el chapa”, que hace lo mismo pero con la cantidad del premio correspondiente y “el del pulsador”, que recorre el público buscando a alguien que apriete el botón de extracción. Además, al ensartar las bolas en la pletina, deben hacerlo al revés para que “el chapa-coro” pueda volver a leerlas.

7. Tablets y otros regalos... a veces los ganadores se acuerdan de ellos

Al ser la Residencia Internado de San Ildefonso una institución dedicada a la enseñanza de niños en situaciones familiares o económicas especiales, el Estado sufraga al 100% su educación. Pero en este caso también en fases posteriores, si los niños siguen adelante, se hace cargo de todos los gastos, incluso hasta la universidad como contraprestación a su esfuerzo. 

También, a veces, los agraciados con premios importantes como el Gordo de Navidad, se acuerdan de ellos y deciden enviarles obsequios personales. En 2016, los niños que cantaron el premio recibieron una tablet de regalo por parte de los ganadores. 

8. Los niños del Sorteo de Navidad de este año

Noelia (13), Aora (12), Youssef (13), Josué Ariel (12), Aya (12) o Nicole (12) son algunos de los niños de San Ildefonso que participarán en el Sorteo de Navidad 2017. La mayoría son veteranos dada su edad, pero solo la última, Nicole, ha cantado el Gordo en varias ocasiones. 

“Dos veces, en 2015 y 2016, pero este año no creo porque entonces tenía un amuleto que se me ha perdido”, afirma Nicole, quien a pesar de llevar decenas de sorteos a sus espaldas, reconoce “La noche antes, dormimos poco”.