Las orcas pueden ser sólo el principio: es probable que ballenas y humanos tengan más encuentros extraños en el futuro

Kelsey Vlamis
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Las orcas han embestido barcos cerca de España y Portugal. Las ballenas grises de Baja California se acercan con frecuencia a los barcos
Las orcas han embestido barcos cerca de España y Portugal. Las ballenas grises de Baja California se acercan con frecuencia a los barcos Amanda Fletcher/Getty Images; Guillermo Arias/AFP/Getty Images
  • Las orcas han atacado barcos cerca de España, mientras que las ballenas grises de Baja California se dejan acariciar por los humanos.
  • Una ecologista marina afirma que espera que se produzcan más interacciones de este tipo a medida que los animales se recuperen de la caza sufrida en el pasado.

Las orcas embistiendo barcos y las ballenas grises dejando que los humanos les quiten los parásitos han sido noticia recientemente, pero estas interacciones pueden indicar más de lo que está por venir.

"A medida que las poblaciones de ballenas se recuperan de la caza y los humanos se adentran más en los océanos por diversos motivos, como el ecoturismo, vamos a tener más interacciones de este tipo entre ballenas y humanos que no acabamos de entender", explica a Business Insider Leigh Torres, ecóloga marino y profesora del Instituto de Mamíferos Marinos de la Universidad Estatal de Oregón (EEUU).

La población de orcas cerca de la Península Ibérica ha causado especial preocupación. Hace unos años empezaron a atacar barcos, provocando el hundimiento de al menos 3. Desde 2020, los científicos han documentado cientos de casos de orcas que se han acercado a un barco o lo han golpeado.

Aunque los expertos dudan de que los encuentros sean realmente ataques —una explicación más probable es que las orcas estén jugando—, ciertamente se perciben como violentos para las personas a bordo y suponen un riesgo tanto para las ballenas como para los humanos. 

Orcas ramming boats and gray whales letting humans pick whale lice off them have recently made headlines — but these interactions may indicate more of what's to come.

A un océano de distancia, las ballenas se relacionan con los humanos de un modo diferente. Las ballenas grises que pasan los inviernos amamantando a sus crías en las aguas cálidas y poco profundas de las lagunas de la costa del Pacífico de la Península de Baja California, en México, nadan con frecuencia hasta el costado de los barcos, e incluso dejan que los humanos las acaricien. 

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"La ballena se gira y te mira a los ojos. Está claro que siente mucha curiosidad por la gente", describe Andrew Trites, director de la Unidad de Investigación de Mamíferos Marinos de la Universidad de Columbia Británica (EEUU). "No es la gente la que se acerca a las ballenas, son las ballenas las que se acercan a la gente".

La amistad de las ballenas grises con los barcos es especialmente interesante porque hace sólo unas décadas eran cazadas hasta el borde de la extinción en esas mismas aguas. Pero después de que las medidas de conservación ilegalizaran la caza de ballenas, las ballenas grises del Pacífico Norte se han recuperado espectacularmente, lo que ha permitido estas interacciones más amistosas y sociales entre ballenas y humanos.

Y no se trata sólo de las ballenas grises. La caza comercial de ballenas en los siglos XVIII y XIX puso en peligro de extinción a muchas especies, como los rorcuales comunes, los rorcuales jorobados y los rorcuales azules. En las últimas décadas, la población de cada una de estas especies ha aumentado de forma variable, aunque cabe señalar que algunas de ellas, como la ballena de aleta, la ballena azul y la ballena franca del Atlántico Norte, siguen en peligro de extinción.

Torres señaló que tanto las ballenas grises de Baja California como las orcas cerca de España y Portugal son ejemplos de comportamientos fascinantes que han aparecido recientemente y que los científicos no acaban de comprender, y que espera que surjan más a medida que las ballenas continúen su recuperación.

También pidió precaución a la hora de interactuar con las ballenas, ya que los humanos a menudo tendemos a ver a los animales a través de nuestros propios prejuicios y puede que no entendamos del todo lo que hace una ballena.

"Tenemos que tener cuidado con esas interacciones", matiza. "Este es su hábitat y nosotros estamos de visita, así que tenemos que darles el espacio que necesitan para hacer lo que tienen que hacer".

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