Barcelona sigue tratando de imponer la 'tasa Amazon' que gravará el uso del espacio público para repartir paquetes: ahora esperan que esté lista antes del verano

Un repartidor de Amazon descargando un paquete.
Un repartidor de Amazon descargando un paquete.

REUTERS/Chris Helgren

Barcelona sigue a vueltas con la llamada 'tasa Amazon'. Este impuesto a las plataformas de reparto logístico por el uso del espacio público con el objetivo de reducir la congestión, lleva sonando desde 2019 con diferentes plazos de aprobación, y el último lo ha dado el primer teniente de alcalde de la ciudad, el socialista Jaume Collboni (PSC): antes de este verano.

Si lo cumple, Barcelona sería la primera ciudad del mundo en proponer esta tasa Amazon, un impuesto que se impondría a las plataformas de comercio electrónico y cuyos beneficios irían a fomentar la movilidad sostenible y el comercio local, según explicó a Business Insider España la concejala socialista de Hacienda, Montserrat Ballarín.

El consistorio barcelonés calcula que desde la pandemia, el comercio electrónico ha aumentado un 43% en la Ciudad Condal, de 23 millones de compras en 2018 a 33 millones en 2020, y esto provoca efectos en el tráfico: las furgonetas y los camiones suponen el 23% de la movilidad en vehículo privado en la ciudad y responsables de más de un tercio de las emisiones contaminantes.

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La teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, ha explicado este martes que con este impuesto quieren "distinguir a quien se esfuerza por dar estabilidad a los trabajadores de quien utiliza el espacio público de almacén”, en referencia a Amazon.

No obstante, la tasa está plagada de dificultades: entre ellas cómo gravar a las distribuidoras o cómo evitar que los repartidores en bicicleta o riders también se vean afectados. Amén de los posibles recursos de las compañías. “Veremos cuándo se podrá aplicar”, ha admitido Collboni.

Potenciar los puntos de recogida para reducir los repartos

Este nuevo plazo se ha dado a conocer en la presentación de la estrategia para la distribución urbana de mercancías (EDUM) con la que Barcelona quiere dar alternativas al reparto de mercancías, potenciando otras alternativas como los puntos de recogida.

Entre las líneas de trabajo de esta estrategia, que tiene como horizonte el año 2030, están aumentar el uso de puntos de recogida, crear centros de distribución urbana de mercancías en lugares fuera del espacio público como los aparcamientos municipales, flexibilizar el estacionamiento de cara y descarga, integrar mejor el suelo logístico en la trama urbana, reducir la siniestralidad y fomentar las flotas eléctricas y el reparto en bicicleta (ciclologística).

Todas estas actuaciones generarán datos que el ayuntamiento barcelonés recogerá en lo que ha denominado el "DUM Data Center", que aglutinará la información recogida por estas actuaciones.

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