Esta es la capital exótica y desconocida con más récords Guinness del mundo

Vista aérea de Ashgabat

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  • Es la capital de Turkmenistán, se llama Ashgabat y es una de las capitales más extrañas, fascinantes y también con más récords Guinness. 
  • Si ves vídeos de los pocos visitantes que reciben, no vas a dar crédito a lo que hay allí  y la vida de sus gentes. Más que remoto, parece otro planeta. 

Muchos lo consideran el segundo país más aislado del mundo, después de Corea del Norte. Se llama Turkmenistán, un país de Asia Central que formó parte de la Unión Soviética hasta 1991. Desde entonces la han gobernado solo tres presidentes, en uno de los regímenes más autocráticos del mundo. Sin duda es también uno de los más exóticos, sorprendentes y con más récords Guinness. 

En abril de 2023, después de tres años cerrado por la pandemia, Turkmenistán reabrió sus fronteras, pero eso no significa que sea fácil viajar allí, ya que el ingreso, incluso para turismo, es complicado, con pagos incluidos, y apenas unos cientos de personas lo visitan al año por motivos de ocio. Se necesita visa, permiso de las autoridades locales que deberán conocer previamente el lugar donde te alojaras y cuántos días estarás.

Ashgabat, la capital más alucinante que puedas imaginar

Hay vídeos en YouTube, como este del canal Ramilla de Aventura, que son de ver para creer. Al menos en la capital, Ashgabat puede parecer por momentos que es algo casi de otro planeta o un decorado gigantesco, puesto que apenas se ve gente o coches, y, sin embargo, todo está perfectamente habilitado e impoluto, con operarios de limpieza y jardines aquí y allá.   

Ashgabat, la capital, revela un panorama futurista con edificios de mármol, avenidas limpias y una arquitectura moderna, aunque te encuentras lógicamente con áreas, barrios y avenidas al más puro estilo soviético. Caminando por las calles de Ashgabat, se aprecia la influencia soviética en edificios y la infraestructura urbana. La presencia policial es notoria, pero mucho menos de loque  se podría pensar en este tipo de países. 

El presidente y su culto a la personalidad

Serdar Berdimuhamedow es el tercer presidente de Turkmenistán, que sucedió a su padre, Gurb Mamedov, en un régimen que mantiene el poder real en manos de la familia. Las excentricidades personales del líder incluyen cambiar nombres de días y meses, imponer su nombre a calles y ciudades, y la lectura obligatoria en las escuelas del libro Ruhnamá o Libro del alma, escrito por el dictador turcomano Saparmyrat Nyýazow y que es el libro de cabecera para casi todo del pueblo turcomano y tienes que recitarlo de memoria para cualquier cosa: casarte, acceder a la universidad y hasta sacar el carné de conducir. 

Este libro es más sagrado que el Corán, en una población que de todas formas apenas la religión mayoritaria, la musulmana. Ninguna mujer lleva velo o está tapada, se sirve alcohol y apenas hay mezquitas y mucho menos se oye la típica llamada a la oración. 

Vida cotidiana y curiosidades

Ashgabat de noche

El transporte público sorprende con autobuses blancos y modernos, cuyo costo es simbólico, como blanco son prácticamente todos los vehículos que se compran, la mayoría además de la marca Toyota, en dos leyes no escritas. Lo que sí está por escrito es la prohibición de circulación de motocicletas, solo permitidas a la policía. El mercado negro de divisas, aunque ilegal, es la norma para los turistas, ya que los cajeros automáticos escasean y ofrecen tipos de cambio oficiales desfavorables, con precios inflados hasta en seis veces.

La influencia de Rusia se evidencia en el idioma ruso, hablado por la mayoría de la población y enseñado en las escuelas junto con el turkmeno, pero la cada vez más extensa parte moderna de la ciudad es una amalgama impresionante de grandes avenidas, parques y plazas gigantescas, jalonadas con edificios de una arquitectura impresionante, una mezcla de magnificencia occidental y oriental, recordando mucho a ciudades como Dubai. 

Incluso los edificios de organismos oficiales, como los ministerios, tienen forma de la cartera que ocupan: así, el de Cultura tiene forma de libro abierto, y el de Exteriores está jalonado por una bola del mundo. Impresionante. Todos edificios enormes, de varias plantas, para un país de poco más de 6 millones de habitantes, según datos de 2021. Como verás, en arquitectura tiene parte de esos récords Guinness. 

Viendo los vídeos te preguntas de dónde sacan todo el dinero necesario para tales infraestructuras, con autopistas y avenidas de varios carriles por donde apenas circulan coches o un enorme complejo solo para celebrar bodas, propio de Las mil y una noches. La respuesta es sencilla: la abundancia de recursos naturales, especialmente petróleo y gas.

Hablando de noches, como ves, la visión nocturna de la capital es igual o más espectacular, en una mezcla entre Las Vegas y las grandes capitales con rascacielos. Todos los grandes edificios, plazas, monumentos e infraestructuras más importantes están iluminados espectacularmente, en un festival de luz y color al caer la noche. Será por energía, porque allí les sobra (suministros gratis y la gasolina a precios ridículos de céntimos el litro al cambio)

Ashgabat, la ciudad de récords Guinness

Palacio de ceremonias en Asjabad

Pixabay

Recorrer Ashgabat es encontrarte con varios récords Guinness, siendo de hecho la ciudad del mundo que acumula más. Si preguntas a cualquier persona, nadie se imaginaría que una capital pequeña y remota de un país igual de remoto sería la que albergaría tantas marcas, y pensarías en ciudades como Nueva York, Dubai, Tokio, Londres o Singapur.

Ashgabat tiene la noria interior más alta del mundo hasta el Palacio de Bodas más grande. Cuenta con la mayor concentración de edificios de mármol del mundo (543 en un área de 4,5 millones de metros cuadrados), el mayor museo de alfombras del planeta, donde se exhibe la alfombra más grande, de 300 metros y más de 1 tonelada de peso; la torre de televisión, que es a su vez el edificio más alto del país, está en la estructura arquitectónica más grande del mundo, en forma de estrella.  La capital de Turkmenistán tiene también el mayor número de piscinas de fuentes en un lugar público (27 fuentes sincronizadas) y hasta hace poco el mástil de bandera más grande del mundo. 

Aunque fuera del Guinness, tiene otros récords, como el de la ciudad más cara del mundo, al menos según la consultora Mercer, por delante de Hong Kong, Beirut y Tokio. Sin embargo, si ves el vídeo, el youtuber no para de insistir en lo barato que es al menos el transporte, el ocio o la alimentación. 

Una monumentalidad avasalladora

Monumento a la independencia de Turkmenistán

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Ashgabat es también un festival de monumentos y plazas conmemorativas: a los presidentes anteriores y actual como líderes del régimen; a los caídos en guerras y desastres naturales; al libro  Ruhnamá... todos ellos emblemáticos, como el Arco de la Neutralidad, que conmemora la independencia de Turkmenistán y su reconocimiento como el único país verdaderamente neutral del mundo.

Y para rematar, la Villa Olímpica, que revela la magnitud de las instalaciones deportivas construidas para los Juegos Asiáticos de 2017 y que ahora está en desuso, pero una vez más, en perfecta conservación y limpieza, como si se fueran a usar mañana. Es alucinante y devastador a la vez ver las imágenes de unas instalaciones que podrían albergar perfectamente una próxima olimpiada, y, sin embargo, allí no tiene uso alguno. 

Datos curiosos de Turkmenistán

El país es casi enteramente desierto (el 70% del territorio) y casi toda la población se concentra en ciudades, al no haber tierras de cultivo. 

En el año 2015, Turkmenistán lanzó un satélite con la finalidad de captar la señal de varios canales, pero son especialmente para la dictadura. Allí apenas hay Internet y casi todo está capado. Para un turista es casi imposible conectarse, ni siquiera con tarjetas prepago o VPN. El régimen prohíbe también la colocación de antenas parabólicas que permitan captar señal de canales foráneos.

El país alberga uno de los fenómenos más increíbles de la Tierra, la llamada La Puerta al Infierno, el cráter Darvaz que no para de expulsar fuego. Pero no es precisamente de origen natural. Fue un error humano en 1971 lo que lo originó, cuando unos geólogos soviéticos perforaron un inmenso agujero con la finalidad de conseguir reservas de gas natural, pero tomaron la decisión de encenderlo. Pensaron que se extinguiría rápido, pero ya van 50 años ardiendo. 

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