Por qué las ciudades, pese a todos sus esfuerzos, nunca se librarán de la plaga de palomas

  • Las palomas son un elemento común en todas las ciudades del mundo, sin embargo, estas aves son originarias del norte de África, el Medio Oriente y Europa. 
  • Los europeos llevamos las palomas hasta Norteamérica en el siglo XVII, probablemente como fuente de alimento, y luego las aves se escaparon.
  • Las palomas pueden vivir perfectamente de las sobras humanas. Además, las damos de comer. La construcción de salientes en los edificios imitan a los acantilados de las costas, haciendo que estas aves se sientan como en casa.
  • Las palomas son también unas estupendas navegantes, ya que pueden encontrar el camino a casa a casi 1.000 km de distancia, lo que facilita mucho la búsqueda de recursos alimenticios en cualquier ciudad.

Esta es la transcripción del vídeo.

Narrador: Palomas. Algunas personas las adoran.

Larry: Todo piensan que son sucias y desagradables, pero en realidad no lo son. Son palomas. Todo lo que hacen es ser palomas. Ah, eres una paloma. Ah.

Narrador: Otras personas, no tanto.

Hombre: Las odio. Se acercan demasiado. No dejo que la gente entre en el espacio personal en el que se meten las palomas. Son, simplemente agresivas.

Narrador: Pero sea cual sea tu opinión, si vives en una ciudad, tienes que lidiar con ellas. Mientras que las palomas se sienten claramente en casa en ciudades americanas como Nueva York, en realidad son nativas de los acantilados del otro lado del mundo, en el norte de África, en el Medio Oriente y en Europa, donde las domesticamos hace 5.000 años.

Al principio, las criábamos para obtener otra fuente de proteínas, como el pollo. Luego las criamos como mensajeras. En el siglo VIII a.C., por ejemplo, los griegos utilizaban palomas para enviar los resultados de los Juegos Olímpicos a las ciudades cercanas, Y en el siglo XVI, las palomas alcanzaron su máximo esplendor. Los aficionados empezaron a criar los pájaros para exhibirlos. Akbar el Grande, por ejemplo, supuestamente llegó a tener hasta 10.000 palomas de exhibición en su colección personal.

Basta decir que los humanos y las palomas estaban intrínsecamente unidos. Y es por eso que los europeos que emigraron a Norteamérica en el siglo XVII se trajeron algunas de estas aves con ellos. Y sorpresa, sorpresa.

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Elizabeth Carlen: Se escaparon, y eso fue lo que provocó estas poblaciones salvajes en las ciudades de todo el mundo.

Narrador: Ella es la bióloga Elizabeth Carlen, quien estudia las palomas en la Universidad de Fordham. Una vez que las palomas se escaparon, su población se descontroló, especialmente en las ciudades. Porque, como dice Carlen, las ciudades están hechas a medida para estas aves. Por un lado, las palomas pueden prosperar gracias a la comida humana a diferencia de, digamos los petirrojos o los cardenales.

Carlen: Lo que tenemos aquí son palomas comiendo lo que parece arroz y trozos de pan, y probablemente también rosquillas, y esta capacidad de consumir todos estos deshechos de comida realmente las ha hecho lograr el éxito en las ciudades.

Narrador: Pero no son sólo nuestras sobras las que es están comiendo. También las damos de comer.

Larry Spike: Este es Spike.

Narrador: En consecuencia, las palomas pasan mucho tiempo buscando comida y mucho más tiempo criando, lo que pueden hacer sin necesidad de los árboles. En su área de distribución nativa, las palomas anidan en acantilados rocosos junto al mar.

Carlen: Y las ciudades a menudo imitan ese aspecto al tener edificios altos y al tener lugares perfectos para que las palomas aniden dentro de ellos, tales como escaleras de incendios o aparatos de aire acondicionado o incluso, sólo salientes que se construyen decorativamente en los edificios, todos imitan esos acantilados.

Narrador: Pero hay otra razón por la que las palomas tienen tanto éxito en las ciudades. Son unas navegantes increíbles. Algunas de estas aves pueden encontrar su camino a casa a casi 1.000 kilómetros de distancia. Y esas habilidades de navegación les viene bien en un paisaje urbano complejo.

Carlen: Es probable que esto esté relacionado con su capacidad para encontrar comida dentro de la ciudad, y saben dónde estaban las fuentes de comida anteriormente e ir comprobarlas de nuevo.

Narrador: ¿Cuántas palomas viven en las ciudades? En Nueva York, un refrán dice que hay una paloma por cada persona. Eso serían más de 8 millones de aves. Y sea o no cierto, los urbanitas han decidido una cosa: la ciudad no es lo suficientemente grande para los dos.

Hombre: No tengo nada para ellas. No tengo comida. No tengo dinero. No tengo nada. Dejadme en paz.

Narrador: En 2003, por ejemplo, las cosas se pusieron tan mal en el parque Bryant de Nueva York que se contrató a un halconero profesional para ahuyentarlas. Y no son sólo las ciudades americanas. En Bangkok, por ejemplo, los funcionarias han considerado la posibilidad de imponer penas de cárcel a las personas que alimentan a las aves. Pero aquí está el problema: mientras tengamos ciudades prósperas, las palomas vivirán en ellas. De hecho, lo único que podría controlar su población, a parte de la limpieza, son los depredadores naturales.

Carlen: Durante mucho tiempo, las palomas no tuvieron depredadores naturales en las ciudades.

Narrador: Esto se debe en parte al insecticida DDT, que los estadounidenses comenzaron a usar en la década de 1940.

Carlen: El uso de DDT hizo que las cáscaras de los huevos fueran más finas, reduciendo la población de rapaces como los halcones peregrinos, los halcones Cooper y los de cola roja.

Narrador: Pero en 1972, la Agencia de Protección Ambiental prohibió el DDT, y como resultado, los depredadores han regresado a la ciudad.

Narrador: Y con tanto para comer, probablemente no se irán pronto.

 

 

 

 

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