Tu cocina de gas es peligrosa, pero así puedes minimizar los riesgos

Cocina de gas

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  • Las cocinas de gas pueden provocar fugas, emitir contaminantes peligrosos como metano, dióxido de carbono o benceno, causantes de cáncer y de asma. 
  • Si siguen siendo tu opción preferida para cocinar, pero quieres minimizar los riesgos, hay algunas cosas que puedes hacer. 

Los grandes chefs prefieren las cocinas de gas a otras alternativas como la vitrocerámica: las razones son muchas, desde la respuesta inmediata del encendido al estricto control de la temperatura, más cantidad de utensilios de cocina disponibles o un mayor desarrollo de la creatividad.

Sin embargo, cocinar con gas en casa conlleva más peligros e inconvenientes para la salud, tal y como explica Regina LaRocque, profesora de la Facultad de Medicina de Harvard y recoge ProPública. Contaminación, problemas respiratorios e incluso un mayor riesgo de cáncer acechan detrás de la bombona. 

De hecho, un reciente estudio culpa a las cocinas de gas de aproximadamente el 13% de los casos de asma infantil en Estados Unidos. Estas estufas liberan monóxido de carbono y dióxido de nitrógeno, gases que aumentan el riesgo de daños respiratorios. 650.000 niños sufrirían este mal por culpa de los aparatos. 

4 riesgos de las cocinas de gas para la salud

  • Posibles fugas de metano: este es uno de los gases más potentes de efecto invernadero, ya que es hasta 28 veces más potente que el dióxido de carbono. Un informe que analizó 53 hogares de California descubrió fugas de metano en casi todas las cocinas, 3 cuartas partes de las cuales procedentes de estufas apagadas.
  • Mayor posibilidad de una explosión: Las estufas y los hornos de gas producen una cierta cantidad de monóxido de carbono a medida que se usan. Si una casa está sellada en extremo, el monóxido de carbono no puede escapar y puede producirse la explosión. Además, en 2017, la OCU alertó sobre 14 modelos de cocinas de gas independientes de las marcas Balay, Bosch y Siemens presentan un fallo en su fabricación con riesgo de explosión.
  • Problemas respiratorios: La combustión de gas natural libera dióxido de nitrógeno, una sustancia irritante parra el aparato respiratorio, que agrava el asma y afecta negativamente a la función pulmonar. Especialmente en cocinas mal ventiladas, representa un riesgo para la salud. 
  • Las estufas de gas emiten benceno, un carcinógeno que puede causar leucemia. En otro estudio publicado el otoño pasado, todas las 160 muestras de cocinas residenciales, salvo una, contenían benceno. Existen otros compuestos nocivos como tolueno, etilbenceno y xileno, que pueden causar mareos, náuseas y daños hepáticos. 

Cómo protegerte si tienes una cocina de gas 

Los expertos brindan algunas recomendaciones para minimizar los riesgos a la hora de utilizar una cocina de gas. Cocinar en los hornillos de atrás, utilizar siempre la campana extractora y mantener la cocina ventilada son algunos de ellos, claves para mantener una buena calidad del aire. 

Si su cocina está en la mitad superior de un edificio, abrir la ventana debería sacar los contaminantes al exterior siempre que no haya viento y haga más calor dentro que fuera. Si vives en la mitad inferior de un edificio, abrir una ventana en invierno no será tan eficaz, aunque cualquier ventilación es mejor que ninguna.

También es muy importante asegurarte de que las tuberías y conductos por donde circula el gas tengan un mantenimiento adecuado, desde una limpieza regular a puntos de ventilación suficientes y despejados.

 

Si te vas a ir varios días de casa, cierra la llave general de paso del gas, o de la bombona. Es importante tener cuidado con la conexión del regulador a la bombona, emplear solo mangueras certificadas y hacer revisiones periódicas de toda la instalación y los aparatos de gas. Lo normal es una inspección cada 5 años mínimo de la compañía de gas, y anualmente para la caldera.

Avisa siempre a un técnico cuando detectes una anomalía, y si notas olor a gas, no enciendas ni apagues la luz, no toques aparatos que puedan provocar una chispa, cierra la llave de paso y abre bien las ventanas. 

Recuerda que una llave de paso está cerrada cuando se queda cruzada respecto a la tubería, formando una cruz.

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