Si buscas cuidar el planeta comprar carne de producción local no te servirá de nada: según este gráfico contamina casi lo mismo que traerla desde la otra punta del mundo

Cítricos nacionales recogidos por un trabajador de uno de los proveedores de Mercadona.
Cítricos nacionales recogidos por un trabajador de uno de los proveedores de Mercadona.

Mercadona

  • Comer alimentos de proximidad es una acción habitual de quienes quieren reducir su impacto en el medio ambiente.
  • Pero según evidencia un gráfico deOur World in Dataen lo relativo a los alimentos, sobre todos los que más emisiones generan, el transporte supone un pequeño porcentaje de su huella total.
  • Lo mejor para el planeta, comer menos carne y lácteos más que apostar porque estos sean de comercio local.
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Apostar por el comercio local y de proximidad es una de las acciones que se adopta cuando alguien busca reducir su huella de carbono en lo relativo a su dieta. 

Sin embargo apostar por productos de proximidad solo tendría un impacto significativo si el transporte fuera responsable de una gran parte de la huella de carbono final de los alimentos. Para la mayoría de ellos,sin embargo, no es el caso, tal y como pone de relevancia un gráfico elaborado porOur World in Data.

Según refleja este, más impacto tiene el tipo de comida que consumes, que comprar de manera local, incluso aunque el granjero o agricultor fuera tu propio vecino.

¿De dónde provienen las emisiones de los alimentos que comes?

Los datos en los que se basa el gráfico provienen de uno de los mayores metanálisis realizados hasta el momento sobre los sistemas alimentarios a nivel mundial, publicado en 2018 en Science por Joseph Poore y Thomas Nemecek. Los autores analizaron datos de más de 38.000 granjas comerciales en 119 países.

Este recoge las emisiones de gases de efecto invernadero de 29 productos alimenticios diferentes, desde la carne de res en la parte superior hasta cítricos o frutos secos al final de la lista. 

Para cada producto se especifican las emisiones generadas en cada etapa de la cadena de suministro. Lo que va desde tratamiento del suelo hasta el embalaje, pasando por el transporte y el procesamiento en el camino.

gráfico emisiones de los alimentos

https://ourworldindata.org/food-choice-vs-eating-local?country=

Tal y como permite ver el gráfico, es fácil ver las enormes diferencias en las emisiones de gases de efecto invernadero que se dan entre alimentos: mientras que producir un kilogramo de carne de res emite 60 kilogramos de gases de efecto invernadero (equivalentes de CO2) los frutos secos genera 0,3 kilogramo por kilo.

De manera generalizada, los productos de origen animal tienen una huella más elevada que los vegetales. Dentro de los productos cárnicos, las aves de corral y de cerdo emiten algo menos de emisiones que los rumiantes. Pero siguen siendo superiores a los vegetales.

Dicho esto, se puede ver que la mayor parte de las emisiones generadas por los alimentos derivan del uso de la tierra (color verde) y de los procesos en la etapa de granja (color marrón). Aquí se engloban lo relativo al uso de fertilizantes (incluyendo orgánicos) y del metano generado por el ganado.

Así, las emisiones combinadas del uso de la tierra y de la etapa agrícola representan más del 80% de la huella total de la mayoría de los alimentos. 

En cambio, el transporte representa menos del 10% de las emisiones en la mayoría de alimentos analizados. Por ejemplo para el mayor emisor (la carne de res), supone solo el 0,5% del total.

De manera similar, un estudio reciente publicado en Nature Food evaluó las emisiones en el año 2010 de 171 cultivos y 16 productos ganaderos con datos de 200 países. 

“Hemos considerado todas las fuentes y sumideros de gases de efecto invernadero de todos los subsectores relacionados con la producción y el consumo de alimentos, incluidos el transporte, la importación, la exportación y el almacenamiento de alimentos”, explica a SINCAtul K. Jain, autor principal del trabajo.

De todas las emisiones del sector alimentario, hallaron que el 57% corresponde a la producción de alimentos de origen animal y el 29% a la de origen vegetal. La carne de vacuno fue el alimento de origen animal que más contribuye –con el 25% del total de emisiones relacionadas con la alimentación–, seguido de la leche de vaca (8%) y la carne de cerdo (7%).

Otras investigaciones también  han evidenciado que esto es válido cuando se comparan las dietas en conjunto (y no alimentos de forma individual). Así lo muestra un estudio de 2018 que analizó la huella generada por las dietas en la Unión Europea (UE).

Mientras que el transporte de alimentos fue responsable del 6% de las emisiones, los lácteos, la carne y los huevos representaron el 83% . En cuanto a los alimentos de origen vegetal, estos supusieron el 17%.

Los resultados evidencian una y otra vez que comer menos carne y productos lácteos tendría un impacto mucho mayor en tu huella de carbono que comer productos locales.

¿Cuánto impacta la distancia recorrida en la huella generada por la carne?

Vacas

El artículo de Our World in Datalo evidencia a la perfección. El punto clave aquí es que si cogemos al mayor emisor (la carne de vacuno) las emisiones generadas por el transporte suponen una cifra mínima en relación a su huella total. Por lo que el comercio de proximidad apenas tendría impacto en el medio ambiente.

La autora lo muestra comparando la huella generada por carne de vacuno adquirida de manera local (a un vecino) con aquella transportada (los 9.000 km de distancia entre Reino Unido y América Central).

La huella promedio de la carne de res es de aproximadamente 60 kilogramos de CO2eq por kilogramo de carne. 

"El transporte de alimentos en barco emite 23 gramos de CO2eq por tonelada de producto por kilómetro. Por lo tanto, transportar los 9.000 kilómetros emite 0,207 kilogramos de CO2eq [9000km * 23g por tonelada-kilómetro / 1000/1000 = 0,207 kg de CO2eq por kg]. Esto equivale al 0,35% de la huella total de los 60 kilogramos de CO2eq por kilogramo de carne vacuna".

Al comprar al agricultor local, suponemos que caminas hasta allí, por lo que se generan cero emisiones de transporte. "Tu huella de carne de res es de 59,8 kilogramos de CO2eq por kilogramo [calculamos esto como 60 kg - 0,2 kg]. Casi no hace ninguna diferencia".

Es decir, que para aquellos alimentos que generan una gran huella, el transporte no supone un gran porcentaje de sus emisiones totales.

De hecho comer de proximidad podría incluso aumentar las emisiones. Por ejemplo, utilizar métodos que conllevan un elevado gasto en energía (como invernaderos o refrigeración) para la producción o conservación de alimentos fuera de temporada.

Aunque si los alimentos han sido transportados en avión todo esto cambia por completo

Avión BI

Getty

No obstante, hay una excepción. Esto no es así cuando los alimentos son importados en avión. Pues el transporte aéreo emite 50 veces más CO2eq que un barco por tonelada kilómetro.

Sin embargo, aquí se suma la dificultad de conocer cómo ha sido trasladado un alimento. En general, la mayoría de productos de alimentación llegan como mercancía marítimas. No es el caso de aquellos que son muy perecederos, entre los que se incluyen carnes y pescados, pero también frutas y verduras.

Miles de millones de espárragos llegan volando desde Perú hasta Madrid cada año, informaba en 2014El diario.es. Pero no es el único producto. De acuerdo a dicho artículo, la mercancía que más trae Iberia en sus bodegas es la fruta y verdura (45,3%), seguida por el pescado (25%), flores (18,5%) y carne (5%). 

Dentro de la fruta y la verdura, más allá del espárrago están toda la variedad de frutas tropicales, como papaya, mango, aguacate o guayaba. De los pescados, señalan la merluza y el salmón, además del bogavante y las vieiras. Y en el caso de lacarne desde Argentina llega a España y a Europa la de caballo.

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