Esta joven de 27 años convirtió su blog de moda en una marca de ropa que facturó 2,5 millones el año pasado: así ha levantado su negocio

Alexandra York
| Traducido por: 
Sarah Ashcroft, la fundadora de SLA.
Sarah Ashcroft, la fundadora de SLA.

Sarah Ashcroft

Sarah Ashcroft comenzó a influir sobre sus seguidores mucho antes de que esta tarea se convirtiera en el trabajo soñado de cualquier adolescente. En 2013, lanzó un blog llamado That Pommie Girl, donde comenzó a compartir sus ideas sobre moda.

Ashcroft convirtió su blog en un canal de YouTube y en una cuenta de Instagram. A lo largo de los años, ha colaborado con marcas notables, como Missguided y Skims, al tiempo que ha trabajado con la plataforma online In the Style para crear su primera colección en 2017.

Desde entonces, ha aprovechado su poder de influencia para crear una línea de ropa propia llamada SLA the Label, que salió al mercado en 2019. Su primer lanzamiento se agotó en 24 horas y al término de su primer año, Ashcroft había vendido más de un millón de euros en productos, según ha podido comprobar Business Insider. El año pasado, esa cifra se elevó hasta los 2,5 millones de euros.

"Es asombroso cómo algo tan simple se ha hecho tan grande", explica la fundadora, de 27 años, que tiene más de 1,4 millones de seguidores en las redes sociales: "Nunca imaginé que un blog se convertiría en algo así".

Business Insider ha hablado con la joven empresaria sobre cómo comenzar su carrera como bloguera, convertir seguidores en clientes y expandir su marca hasta convertirla en una empresa multimillonaria.

Una solicitud de empleo convertida en una oportunidad

Sarah Ashcroft

Sarah Ashcroft

La empresaria explica que siempre le apasionó la moda, y que esto le llevó en 2012 a inscribirse en un curso de moda en la Fashion Retail Academy de Londres.

Esta experiencia educativa hizo que Ashcroft ganara experiencia en estilismo, compras y comercialización visual, pero, en cambio, decidió decantarse por las relaciones públicas de la moda. Durante su búsqueda de trabajo, los empleadores le preguntaban con frecuencia si tenía un blog de moda porque, en parte, estaban buscando a alguien con una nueva visión sobre el mundo de los blogs.

"Me fui a casa una noche y decidí comenzar uno, simplemente, para poder decir en la entrevista que tenía uno", explica.

De esta forma, That Pommie Girl comenzó su andadura en 2013, y 6 meses después, la plataforma de afiliación rewardStyle –ahora conocido como LTK– contactó con ella para monetizar sus publicaciones. 

En su primer mes en la plataforma de afiliados, la empresaria ganó casi 1.900 dólares –unos 1.700 euros–, lo que la empujó a dejar su trabajo como vendedora en una tienda y concentrarse en su blog a tiempo completo.

Transformado su experiencia en la industria en una marca

Sarah Ashcroft, la fundadora de SLA.

Sarah Ashcroft

"Sea lo que fuera lo que llevaba puesto, mis seguidores y lectores también lo acababan comprando", se percató.

A lo largo de los años, Ashcroft aprovechó sus altas tasas de conversión para asociarse con una extensa lista de marcas, incluidas L'Oréal, ASOS e In the Style. Y con esta última web arrancó su gustó por diseñar ropa y orquestar colecciones.

"Pensé para mis adentros: "Imagínate si pongo todo este esfuerzo en mi propia marca". Así nació SLA".

Cambiar es la única manera de crecer

A medida que crecían los seguidores de Ashcroft en las redes sociales, pensó que los fans se emocionarían al ver sus atuendos más informales y comenzó a diseñar su primera línea bajo este estilo.

Asimismo, la empresaria basó su análisis en saber qué productos les gustaba a sus seguidores y enfocar así su línea de ropa.

Un año después de la pandemia, Ashcroft predijo que sus seguidores se habían cansado de la ropa informal y en julio, lanzó Luxe, una división de negocio enfocada a ropa más formal como vestidos, blazers y pantalones.

"El COVID-19 nos cambió total y absolutamente", explica Ashcroft sobre su empresa y sus objetivos. "Cuando llegó el final del encierro, estaba lista para sacar mis lentejuelas y mis destellos".

El éxito de la línea Luxe de SLA demostró que la predicción de Ashcroft era correcta: sus seguidores estaban listos para volver a una normalidad glamurosa, lo que elevó sus ventas anuales a unos 2,5 millones de euros.

"La calidad siempre fue nuestro mayor objetivo porque nuestra intención es que nuestra ropa dure", sentencia. "Queremos que alguien que compre una pieza de SLA, esta se conserve en su armario durante años".

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