El 50% de las niñas que practican deportes de equipo lo dejan en la pubertad: así se puede romper la brecha de género

Las cifras hablan por sí solas; el 50% de las niñas que practican deportes en equipo lo dejan cuando alcanzan la pubertad, cambiando dramáticamente su relación con el deporte para el resto de su vida. 

Desde fundaciones por el deporte, hasta marcas deportivas, todos se han afanado durante años en reducir esta brecha de género en el deporte con un modesto éxito, pero una nueva iniciativa podría ser la clave para el cambio.

El problema es global, y aunque la cifra de renuncias se ha aligerado en los últimos años, gracias en parte a la promoción del deporte femenino en los medios de comunicación y a los programas formativos, sigue cayendo.

Se estima que solo una de cada tres niñas de entre 6 y 13 años participa en un deporte de equipo y que, a partir de esa edad la mitad de ellas lo abandonarán, según un informe del centro de investigación Tucker Center, de la Universidad de Minnesota. 

Por su parte, la asociación Women 's Sports Foundation, creada por Billie Jean King, afirma que el 40% de las adolescentes no participa activamente en un deporte.

En España los datos son aún más dramáticos, ya que el 80% de las niñas de 13 a 17 años no practica ni una hora de ejercicio físico al día, según un estudio del Hospital San Joan de Déu, Barcelona. 

Según explica a Business Insider Sara Benlloch, psicóloga especialista en perspectiva de género y miembro de Top Doctors, la pubertad "es una época complicada porque a ratos se sienten como las niñas que todavía son y a ratos como las adultas que ya empiezan a ser".

Para las niñas, que llegan antes a los cambios hormonales y se enfrentan a un sexismo temprano, los cambios corporales les provocan un gran desasosiego.

"Con la pubertad se dan varios cambios a nivel corporal, lo que puede generar que, tanto a nivel social como psicológico, las adolescentes se sientan más inseguras en lo relativo a su autoconcepto y a su imagen corporal".

El verse expuestas en certámenes o en competiciones, el temor a manchar el equipamiento por la menstruación o el desagrado que les provocan sus cambios corporales disuade a muchas de permanecer compitiendo.

¿Cómo romper la brecha de género en el deporte?

Tal y como plantea el gigante de la ropa deportiva Nike, no solo basta con motivar a las niñas, sino hacer una profunda transformación del mundo de los entrenadores, que considera sexista y cargado de prejuicios.

En un estudio conjunto entre Nike y el centro de investigación Tucker Center se ha descubierto que al menos el 15% de los entrenadores juveniles tiene sesgos de género que alejan a las niñas del deporte.

Para abordar este problema, ambas entidades han desarrollado el programa Coaching Her, que ofrece formación online a entrenadores y entrenadoras sobre cómo formar a las niñas en el deporte, inculcarles seguridad y reconocer cuáles son sus necesidades.

De igual manera, el programa tiene el objetivo de empoderar a las deportistas para que sean entrenadoras juveniles, ya que, según el estudio del Instituto Aspen, casi el 75% de los entrenadores juveniles en Estados Unidos son hombres.

Para Sara Benlloch, contar con referentes femeninos es un pilar muy importante para motivar a las niñas a que hagan deporte.

Según explica, "la función del entrenador es la de ser un modelo, la de apoyar y ejercer liderazgo, pero es verdad que muchas veces y, concretamente en estas edades, se conecta mucho mejor con personas del mismo género".

Qué hace falta para que haya más mujeres en lo alto en el sector legal

En concreto, razona que, "una niña en un determinado deporte probablemente va a conectar mucho mejor con una entrenadora femenina que con un entrenador masculino porque hay temas relacionados con la menstruación y temas más delicados, temas emocionales, que pueden hacer sentir más cómodas a las niñas que hacen deporte".

Asimismo, afirma que el mero hecho de "tener referentes femeninos en el deporte ayuda a que las niñas visibilicen a mujeres ocupando espacios que les han sido históricamente silenciados" y ello permite que ellas mismas quieran ocuparlos.

Del mismo modo, explica que, para el desarrollo "es muy importante que tanto las niñas como los niños tengan más referentes femeninos, de modo que les va a dar la libertad de elegir lo que quieren hacer sin prejuicios".

El problema afecta a todos los estamentos del mundo deportivo. Si hay pocas niñas en el deporte, habrá menos atletas femeninas, un menor número de equipos y, por consiguiente, una menor inversión. Esto, a su vez, provocará que haya menos figuras femeninas que animen a las niñas a apuntarse a un deporte. 

Muchas niñas de todo el mundo no son conscientes de que el deporte es una parte imprescindible de la vida y de que existe un gran espacio en esta aárea en la que pueden desarrollarse y brillar.