El año pasado gané más de 200.000 euros escribiendo tuits para inversores durante 5 horas a la semana: así es mi trabajo

Mattathias Schwartz,
Twitter es la red social más importante de Sillicon Valley, y las empresas de capital riesgo pagan mucho a los escritores para popularizar sus perfiles.
Twitter es la red social más importante de Sillicon Valley, y las empresas de capital riesgo pagan mucho a los escritores para popularizar sus perfiles.

Rachel Mendelson/Insider

Este artículo está basado en una conversación con el fundador de una empresa tecnológica que se dedica a redactar tuits para inversores de capital riesgo. Aunque ha pedido permanecer en el anonimato para proteger la confidencialidad de sus clientes, su identidad es conocida por Business Insider, que ha revisado capturas de pantalla de extractos bancarias para validar sus afirmaciones.

Mi segundo trabajo consiste en escribir tuits para inversores de capital riesgo. El año pasado gané unos 205.000 euros con esta actividad. Algunas empresas pagan por cada tuit. He escrito hilos de más de 100.000 euros anunciando una gran ronda de financiación, y también tuits por los que he cobrado unos 100 euros. Otras empresas pagan al mes. Por 5.000 a 10.000 euros, ofrezco 10 tuits mensuales. Y, a partir de ahí, las tarifas van subiendo.

Uno solo de mis tuits puede generar hasta 4 millones de impresiones para mis clientes. Sus cuentas van desde los 2.000 seguidores hasta los 200.000. Curiosamente, cuantos menos tienen, más están dispuestos a pagar, debido a que son los que más visibilidad necesitan.

Suelo tener entre 25 y 50 clientes simultáneos en los mejores momentos. A algunos les tengo mucho aprecio y me encanta escribir para ellos. Sin embargo, a otros los rechazo, ya que no quiero que este trabajo me lleve demasiado tiempo. Se trata de una actividad que quiero poder hacer mientras voy andando a la oficina. No quiero sentirme presionado ni que interfiera con el trabajo de mi propia empresa. En total, le dedico 5 horas a la semana al tema de los tuits.

Por qué mis tuis valen tanto

Puede que te preguntes por qué estos inversores están dispuestos a pagar esas cantidades. Para entenderlo, hay que comprender la evolución de Silicon Valley y cómo se financian las startups

En la década de 2000, los fondos de capital riesgo tardaban meses en llegar a acuerdos, por lo que les daba tiempo a establecer una relación con los fundadores. Las sociedades de capital riesgo invertían 10 o 15 millones de euros al año en empresas que intentaban recaudar 1 o 2 millones. Los mejores inversores de esa generación llegaron a ganar algo más de 100 millones. Lo cual, en el gran esquema de las finanzas, no es nada. Cualquier analista ambicioso de un gran hedge fund puede imaginar mejores perspectivas profesionales.

Entonces algo cambió. Las empresas de software comenzaron a crecer mucho. Cuando Uber salió a bolsa, hubo un grupo de inversores que ganó algo más de 1.000 millones de euros (cada uno). Ese fue una especie de momento de crecimiento para el capital riesgo. Todos ellos, tienen ahora todos tienen más dinero del que pueden gastar, e intentan seguir ganando. Hay una competencia amistosa entre ellos. Después de ganar tanto, no decidieron retirarse, sino que se plantearon el objetivo de conseguir abrir fondos de 10.000 millones. 

Este aumento de la competencia, implica que los acuerdos han pasado a ser mucho más rápidos y agresivos. Las operaciones que antes se cerraban en meses, ahora lo hacen en las 24 horas posteriores a la salida a bolsa.  Y no hay manera de entrar antes, como se podía hacer en los viejos tiempos, porque los fundadores no aceptarán una reunión contigo antes de que se cierre la ronda de financiación.

¿Qué tiene eso que ver con Twitter? Importa porque los inversores tienen que construir relaciones paralelas con los fundadores. Un fundador puede leer un tuit de un VC y decir: "Vaya, es un tipo genial. Está en el ajo. Lo quiero en mi consejo". Consolidarse como inversor ya no consiste en un formato de uno a uno en el que se construyen relaciones importantes. Es un formato de uno a muchos. Estás transmitiendo. Estoy escribiendo el contenido que llamará la atención de los jóvenes fundadores, para conseguir la credibilidad de mis clientes, los fondos de capital riesgo.

He escuchado un montón de podcasts para ver qué aprendía sobre tecnología.

Los acuerdos solían empezar con una reunión en el Pacific-Union Club, un exclusivo club social de San Francisco. Ahora no conozco a nadie que vaya allí. Todo sucede en Twitter. Twitter es el nuevo club social. El presidente nunca va a estar allí. Pero su escritor de discursos estará. Así que los reyes de la industria, en su mayoría, no van a jugar en la plataforma. Pero la gente que está por debajo de ellos sí. 

Al principio, usaba la red social como cualquier otro usuario. Pero con el tiempo, empecé a escribir de forma irónica y bromista, haciendo una especie de parodia, y acabé con 20.000 seguidores. Fue entonces cuando la gente empezó a ponerse en contacto conmigo vía DM.

La escritura fantasma no era algo que conociera. Simplemente estaba forjando relaciones y utilizando esas relaciones en mi trabajo diario. Con el tiempo, los inversores de capital riesgo me dijeron: "Oye, queremos invertir en tu empresa, pero no nos importaría darte un poco de trabajo extra". Hablaban de la escritura fantasma utilizando un lenguaje cifrado, con eufemismos. Casi puede sonar como una operación ilícita. Es como: "Estoy interesado en tener algo de ayuda para hacer crecer mi marca en Twitter. Pareces muy bueno en esto. ¿Tendrías tiempo de darme algunos consejos?" Y muy rápidamente, eso se convierte en una escritura fantasma.

 

Mi vida como fantasma

Como escritor fantasma, nunca entro en la cuenta de Twitter de un cliente. Yo escribo y ellos publican. Utilizamos una herramienta de software en la que yo redacto los tuits, el cliente los ve y elige compartir los que más le gusten, y cuando quiera. Solemos utilizar Trello.

No suele haber mucho filtro entre lo que escribo y lo que se tuitea. La mayoría de la gente publica casi el 100% de lo que escribo. Si tiene éxito, genial. Si no, se borra.

Particularmente, me enorgullezco de no meter la pata con lo que escribo.Existe una serie de temas que, digas lo que digas sobre ellos, hacen que la gente se enfade en sus respuestas. Y los fondos de capital riesgo suelen elegir esos temas de tercera fila. Por ejemplo, ¿cuántas horas hay que trabajar? Eso es un clásico. Si un inversor de capital riesgo siente que no está recibiendo suficiente atención, puede simplemente tuitear: "Tienes que trabajar 80 horas a la semana para tener éxito". Todo el mundo saldrá a decirle que está cancelado. Se trata de dinero, privilegio, clase, capacidad de sacrificio. La gente tiene muchas emociones sobre esos temas.

Así que asumir riesgos puede llevar a mayores recompensas de atención, pero el nivel exacto de riesgo que asumiré depende del cliente. A algunos clientes no les importa. Algunos tienen la piel dura y no les importa atraer atención negativa. Tuitean cualquier cosa. Pero hay otros que son más cuidadosos. En el fondo, es una cuestión de la marca que están tratando de construir. 

La mayoría de las empresas de capital riesgo que crean contenido suelen tener un grupo de escritores. Conozco gente que gana casi 7 cifras haciendo esto. Yo no he llegado a ese punto, pero sí gano más con esto que con mi principal trabajo. He recaudado decenas de millones para la empresa que fundé, pero no se me permite cobrar nada de ese capital. Un fundador como yo gana una media de unos 120.000 euros al año (sin dietas). Por lo tanto, no me puedo permitir dejar el tema de Twitter, principalmente porque vivo en una ciudad muy cara.

Hay algo muy importante para mí, y es el poder hacer esto completamente al margen de mi trabajo cotidiano. Primero, porque tengo muchos empleados y necesito sentir que les dedico toda mi atención, y que la escritura fantasma no es incompatible para nada. Y, segundo, porque mi empresa es muy aburrida, por lo que mis tuits no tienen cabida en ella. En ese sentido, me alegra poder utilizar ese sarcasmo que me caracteriza, aunque sea para otros.

Los jóvenes banqueros de Wall Street han vivido una época muy buena de la bolsa, pero están a punto de conocer la cara B del mercado.

'Shitposting', pero con propósito

Todos aquellos que tienen grandes empresas tecnológicas, se vinculan con alguna postura política tarde o temprano. Muchos de mis clientes están interesados en la política tecnológica y la seguridad nacional. La disuasión de China, la defensa antimisiles, procesos de contratación pública... Con mi trabajo, puedo ayudarles a dar la impresión de que están bien informados y de que están al tanto de estas cosas. A veces, los tuits sobre política se acercan bastante a un artículo de opinión.

Luego está el shitposting, las cosas que se publican cuando no hay nada que publicar. El shitposting sirve para viralizarse escribiendo tuits agresivos, irónicos, etc., de modo que te garantizas tener audiencia cuando compartas algo verdaderamente importante. Diría que mis tuits tienen un 60% de shitposting. El resto son mensajes más intencionados.

Si alguien viniera y me dijera: "Quiero que mi cuenta tenga un millón de seguidores", le daría un par de consejos diferentes. Hay algo que ocurre cada semana y que se convierte en "lo más actual", como lo llama Marc Andreessen. Hay que tener una opinión sobre esa cosa, y una opinión sobre lo que se lleva. Hay que ser razonablemente contradictorio y a la vez ser straussiano al respecto; plasmar su significado en un conjunto de memes que la gente ya entienda. Nunca hay que decir lo que realmente se quiere decir. En lugar de ello, debes hacer sugerencias y referencias indirectas. Piensa en ello como en Playboy en lugar de en el porno. Debes dejar algo de trabajo a tus lectores para que lo hagan. A veces puede resultar repetitivo. Lee la línea de tiempo durante el tiempo suficiente y empezarás a darte cuenta de que la mayor parte es solo un cribado de los chistes de otras personas.

Y tienes que hacerlo en un solo tuit. Los hilos no funcionan. Las imágenes no funcionan. Necesitas una toma de 280 caracteres muy ajustada y expertamente elaborada. 

Sin darnos cuenta, hace 15 años que estamos en el metaverso. Vivimos en una realidad mediada por la tecnología. No hay hechos. La narrativa es lo único que importa. Todo es propaganda. Ese es el mundo en el que vivimos, y no vamos a volver atrás. 

Hace 15 años que vivimos en el metaverso. Vivimos en una realidad mediada por la tecnología. No hay hechos. El relato es lo único que importa. Todo es propaganda. Ese es el mundo en el que vivimos, y no vamos a volver atrás. Mira a Patrick Collison, el CEO de Stripe. Tiene la palabra "falibilista" en su biografía de Twitter. Un falibilista es alguien que no cree en la verdad absoluta. Mucha gente en el sector tecnológico piensa así.

En lo que respecta a mi escritura fantasma, no me veo como un delator ni nada por el estilo. Hablar públicamente de lo que hago es parte del chiste. El chiste es que puedes hacerlo más o menos a la vista de todos y a nadie le importará.

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