Cuidado con mojar pan: estas son las salsas que más engordan
- Las salsas son indispensables para aderezar la mayoría de elaboraciones, aunque en ocasiones se convierten en fuente de calorías innecesarias. Pero, ¿cuáles son las que más engordan?
- Los nutricionistas de la Fundación Española de Nutrición abogan por el consumo moderado y la elaboración casera frente a las salsas que se compran en el supermercado.
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En ocasiones, las salsas se convierten en un elemento indispensable para dar sabor a los platos. Es cierto que algunas son ligeras, con poco aporte calórico, y que enriquecen cualquier menú. Todo es cuestión de echarle imaginación y pensar en cuál es el aderezo que mejor le va a la comida en cuestión. Aunque no es menos cierto que las salsas que más enriquecen las recetas culinarias son, la mayoría de las veces, las que más engordan.
Sí, son deliciosas y existe gran variedad, pero hay que consumirlas con moderación, ya que algunas son verdaderas bombas calóricas.
No se trata de eliminarlas para siempre de la dieta. De vez en cuando, puedes darte un capricho con una mayonesa holandesa, vinagreta o bechamel y compensarlo con ejercicio y actividad física para quemar toda esa energía si no quieres que ganar peso y acumular grasa. Tomarlas en pequeñas cantidades puede ser otra opción para no incorporar malos hábitos.
El motivo por el que las salsas engordan
Las salsas, en su mayoría, engordan por los ingredientes con las que están elaboradas. La mayoría son mezclas y compuestos de componentes cargados de calorías, pero nos resultan atractivas porque aportan sabor al paladar y consiguen dar mayor vistosidad a los platos.
Conviene saber que las salsas que llevan gran cantidad de aceite (según la Fundación Española de Nutrición (FEN), el aceite de oliva tiene 899 calorías por cada 100 gramos), mantequilla, harina, azúcar o miel y frutos secos tostados o salados son las más peligrosas si estás pensando en perder peso. Son lo primero que se elimina en las dietas para adelgazar o por motivos de salud, al incorporar en ellas un gran exceso de grasas.
Así las cosas, a tenor de los datos recopilados por la web tabladecalorias.net, este es el ranking de las salsas que más engordan.
Mayonesa
Aporta un extra de sabor a algunos platos legendarios, como espárragos, langostinos o ensaladilla rusa, entre otros muchos. La mejor opción es elaborarla en casa u optar por una opción light. Las mayonesas comerciales tradicionales, aunque depende de la marca, llevan aceite de soja, yema de huevo, vinagre de alcohol, azúcar, colorante y conservantes —todos ellos con gran contenido en grasas no saludables—.
Debe tomarse en pequeñas cantidades, ya que 100 gramos aportan casi la mitad de las calorías recomendadas en dietas normales (700 calorías).
Alioli
Con su inconfundible gusto a ajo marida con patatas, arroces, carne y pescado. Su alto contenido en aceite, huevo mostaza y sal, además de colorante y conservantes, la convierten en un alimento hipercalórico: 700 calorías aproximadamente por cada 100 gramos de esta deliciosa salsa.
'Remoulade'
Es un acompañante en la cocina francesa para verduras al vapor, carne o pescado. Sus ingredientes básicos, mayonesa y mostaza, poseen ya de por sí gran cantidad de calorías.
Además, a la mezcla se le suman anchoas, pepinillos y alcaparras para aderezarlo todo con estragón picado. De textura muy cremosa, con solo 100 gramos aporta a la dieta alimentaria 635 calorías.
'Tahini'
De origen árabe, esta salsa cada vez está más presente en nuestros platos de carne y pescado. Puede sustituir a la mayonesa.
Se prepara con aceite y sésamo muy machacado para lograr una mejor textura. Por el sabor fuerte del sésamo se utiliza en pequeñas porciones, aunque 100 gramos supone ingerir casi 600 calorías.
Salsa holandesa
De procedencia francesa, es una salsa muy cremosa con cierto sabor lácteo. Suele acompañar pescados, carnes y es el ingrediente indispensable de los huevos benedictinos.
Su mayor aporte calórico reside en la gran cantidad de mantequilla que necesita su elaboración, además de tener que incorporar zumo de limón, sal y yemas de huevo. Así, 100 gramos de esta salsa suponen ingerir 535 calorías.
Salsa César
Acompaña a la ensalada del mismo nombre y por el aporte calórico que tiene (429 calorías por cada 100 gramos), no se recomienda ingerir la salsa César con frecuencia, como recuerda en su libro Comer bien es fácil si sabes cómo, de Luis A. Zamora, nutricionista del programa Más vale tarde de La Sexta, y el periodista Alberto Herrera.
Lleva aceite, anchoas, yemas de huevo, queso, pan tostado, mostaza y salsa Worcestershire, todos ellos componentes supercalóricos, a los que se suman el pollo o pescado y otros ingredientes.
Mostaza
Esta salsa en sí misma no supone muchas calorías (60-70 calorías por cada 100 gramos), ya que está elaborada con semillas de mironato y miosina muy trituradas y emulsionadas con agua para adquirir un sabor específico y picante.
Es la mezcla de la mostaza con la miel o con azúcar la que dispara las calorías hasta 464 calorías por 100 gramos de mezcla. Además, posee un alto contenido en sodio, por lo que no se aconseja consumir este aderezo como acompañamiento habitual.
Pesto
De origen italiano, su sabor potente es una buena opción para pasta, pizza o carnes. Se elabora con aceite, queso parmesano y de oveja, ajo, piñones y albahaca. La suma de estos ingredientes da 450 calorías cada 100 gramos.
Romesco
Se puede degustar esta salsa típica catalana, de regusto picante por las ñoras, con verduras, carne o pescado y, sobre todo, con los famosos calçots.
Sus ingredientes —aceite, pan frito, avellanas y almendras tostadas— hacen que esta salsa aporte 521 calorías por cada 100 gramos.
Bechamel
Es la clásica salsa para la elaboración de las famosas croquetas, aunque también se utiliza para gratinar con pasta, lasaña, pescado o verduras.
Sus ingredientes —mantequilla, harina y leche— son los que mayor número de calorías dan, pero muy por debajo de otras salsas. Por cada 100 gramos, se ingieren alrededor de 200 calorías.
Buscar alternativas para aderezar y acompañar carne, pescado, verduras y ensaladas es lo más recomendable para nuestra dieta diaria. Es cierto que las grasas son necesarias para que el organismo funcione correctamente, pero en exceso son perjudiciales y las salsas contienen una gran cantidad.
Un sofrito de hortalizas o verduras con una gota de aceite y algo de aderezo puede sustituir a cualquier tipo de salsa, pues resulta igualmente saciante, apetecible y exquisito. Además de aportar vitaminas y nutrientes, da buen sabor y matiza cualquier comida, como apunta el estudio Predimed sobre los beneficios de la dieta mediterránea y sus componentes.
Utilizar harina de maíz en vez de harina de trigo como espesante contribuye al menor aporte calórico en las salsas. Una vinagreta, aunque contiene aceite, puede acompañar carne o pescado y supone muchas menos calorías.
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